A horas de su primera Hernandarias-Paraná, el nadador oriundo de Bovril y representante del Atlético Echagüe Club, Mauricio Gatica, confía en cumplir su objetivo de completar los 88 kilómetros y espera que eso le abra puertas para continuar compitiendo en aguas abiertas.
“Llegar, llegar. Hacerlo en el tiempo estimado para que no me descalifiquen, pero el objetivo es llegar”. Así de enfático y entusiasta se presenta Mauricio Gatica, en un alto de su entrenamiento para la maratón acuática Hernandarias-Paraná, que lo tendrá este domingo como uno de los 23 participantes. En tanto, su entrenador fue todavía más entusiasta. “Si le podemos ganar a alguno, también”, exclamó Carlos Scocco, entre risas, al borde de la pileta del AEC, mirando de reojo a algunos de los colosos que desde hace unos días entrenan allí.
Mauricio Gatica nació en Bovril hace 22 años. Será el único entrerriano en formar parte de la maratón acuática Hernandarias-Paraná, la más larga del mundo, y lo hará representando al Atlético Echagüe Club. “Estoy muy tranquilo, concentrado en la carrera. No siento ninguna presión. Y está bueno ser el único nadador de la provincia porque recibo todo el apoyo y eso me alienta mucho”, contó a horas de la prueba.
El bovrilense llegó al club de calle 25 de Mayo hace tres años, primero para entrenarse con adultos y ex nadadores; luego se sumó al grupo de federados que entrena Carlos Scocco. Ya entonces le rondaba la idea de correr aguas abiertas, pero el camino era pedregoso.
Scocco lo define como “una buena persona, con mucha dedicación y entusiasmo”. Sin embargo, admitió que las idas y venidas que tuvo su devenir lo hacen dar ventajas porque “tiene muy pocos años de trabajo para este tipo de eventos”. El entrenador explicó que “la natación es un deporte muy prematuro, en el que los nadadores empiezan a sumar entrenamiento desde muy chicos, y en su caso esa etapa no fue cubierta de una manera correcta o igualitaria respecto del resto”.
Mauricio aprendió a nadar de chico, a los seis años, en una pileta municipal en Bovril que funciona durante el verano, mientras que en invierno recorría los 130 kilómetros que separan su pueblo de la capital provincial, para seguir con las clases dos veces por semana. “Empecé medio obligado: a mí me gusta ir a pescar e íbamos en lancha, con mi viejo, pero él quería que aprendiera a nadar. Al principio no me gustaba mucho, odiaba los viajes, creo que lo que no me gustaba era viajar para tener que nadar”, señaló.
Con los años, abandonó, retomó y volvió a dejar la natación. Cuando llegó a Echagüe, después de un año y medio fuera de la pileta, pesaba 115 kilos, por lo que comenzó a entrenar para adelgazar, entre el gimnasio y el agua. “No empecé de cero sino de menos diez”, recuerda hoy, con 35 kilos menos.
Mauricio lleva dos años preparándose para correr la Hernandarias-Paraná, con un entrenamiento en doble turno a un ritmo de casi 20.000 metros por día. También trabaja con un psicólogo para fortalecer la cabeza ante la exigencia de una prueba de este tipo. El entrerriano explicó que “las dos cosas van de la mano: el físico es importante porque si uno no tiene un buen estado no puede llegar; pero por más buen físico, si uno no está bien de la cabeza tampoco va a llegar”.
Otro factor importante durante la prueba será el apoyo que reciba desde el bote. En ese sentido, Scocco remarcó que “el trabajo del equipo consiste en marcar algunas pautas de carrera, tratar de que se cumpla con la estrategia, asistirlo de la mejor manera en la alimentación y apoyarlo técnicamente en cuanto al ritmo de brazada”. La otra parte importante, según el entrenador “es quien conduce la embarcación, para llevarlo por el recorrido más correntoso y no por lugares donde el río no corre tanto, para evitar que se canse y gaste energías inútilmente”.
De todas maneras, Gatica insistió en que el objetivo es completar los 88 kilómetros. “Primero quiero correr esta prueba y después veremos si me puedo dedicar profesionalmente a competir en aguas abiertas. A mí me encanta la natación, pero ahora estoy concentrado solamente en esto”, afirmó.
Medido, el muchacho no quiere ver más allá del domingo. “No he pensado si después voy a hacer otras pruebas del circuito mundial. La idea está, pero quiero probar cómo me va en ésta y después ver si se consiguen los recursos. Por ahora, el sponsor oficial está en mi casa: es mi viejo”. El mismo que lo empujó al agua cuando tenía seis años.
Prensa Echagüe