Comenzaron por la zona norte de la ciudad, al este y al oeste de Blas Parera, donde las fotografías satelitales mostraban una gran cantidad de edificaciones que sin embargo no figuraban en los datos de Catastro municipal. Con estos materiales, se diagramaron entonces inspecciones donde los agentes comunales constataron que en el barrio había ampliaciones, piscinas y casa enteras sin declarar, por las que sus dueños pagaban una tasa mucho menor a la que deberían haber abonado al fisco, pues la propiedad figuraba como baldío.
Con la información que recabaron los inspectores, Hacienda tuvo elementos para agregar las mejoras al terreno y las construcciones declaradas, lo que dio como resultado un ajuste en el avalúo de la propiedad, que redundó en un incremento de la tasa que paga el vecino en la zona. La idea es –según se indicó desde el municipio- lograr “equidad tributaria”, de modo que todos los vecinos tributen lo que corresponde a su propiedad, colocando así “en pie de igualdad al vecino que paga menos de lo que corresponde con el que sí declaró sus mejoras”, explicó en diálogo con El Diario el secretario de Hacienda municipal Sergio Granetto.
El procedimiento correcto al momento de edificar una casa es presentar antes de iniciar la construcción el plano en la Dirección de Obras Particulares para que éste sea aprobado. Recién después se puede iniciar la obra dentro de la legalidad. Si el plano se presenta después de construida la casa o luego de hecha la ampliación, la comuna cobra una multa que asciende hasta el 10% del valor del la construcción, con lo cual para presentar el plano de relevamiento de una ampliación de $50 mil (si se agregó un baño más a la casa, por ejemplo) hay que calcular el pago de $5.000 de multa.
Sin embargo, no todo el mundo sigue estos pasos, por razones, económicas o de otra índole. En 2010 se lanzó por esto mismo una moratoria para la presentación espontánea de mejoras no declaradas, pero que ya finalizó. Ahora el municipio salió a incorporar de oficio las construcciones clandestinas.
En el primer operativo, realizado en la zona norte, “el 80% de los lugares inspeccionados presentó irregularidades y fueron ajustados, y más de 75 inmuebles no contaban siquiera con planos presentados”, se informó oficialmente. “En términos de ajustes practicados, a través de estos operativos se incorporaron más de 9.000 m2 de superficie cubierta, 791 m2 de superficie semicubierta y 300 m3 piscinas de natación”, se agrega en el informe de Hacienda comunal. “Estas actividades se desarrollan en base a un concepto de inteligencia fiscal, a través de la selección previa de áreas en base a herramientas técnicas, lo cual permite focalizar los esfuerzos en áreas de alta significatividad”, se explica.
Sucede que los inspectores cuentan con las fotos satelitales que indican que en el terreno en cuestión se han realizado mejoras que no se han declarado al fisco, es decir, que no figuran en la base catastral del municipio. La edificación se constata en el terreno. “Los inspectores se presentan con la credencial, y relevan las mejoras. Han tenido un trato muy amable, han sido recibidos muy respetuosamente”, destacó el secretario de Hacienda municipal, Sergio Granetto.
Estas mejoras relevadas de oficio, son incorporadas a Catastro, con lo cual lógicamente se eleva el avalúo de la propiedad, y se incrementa el monto de las tasas que se deben tributar al fisco. Además, la comuna cobra una multa de hasta el 10% de las mejoras no declaradas, por no haberlas presentado en tiempo y forma.
Granetto subrayó que la intención del municipio es continuar con estos operativos sistemáticamente en las áreas donde surja, a través de la fotografía satelital. “Uno de los grandes logros es que se ha conseguido sistematicidad en los procesos de inspecciones. Estos operativos se están realizando en forma ininterrumpida todas las semanas desde diciembre de 2011 y permiten consolidar una línea de trabajo en función de mayores niveles de equidad y ordenamiento”, señaló el funcionario.
Por su parte, el director de Catastro, Gustavo Romero, explicó que “para la realización de estas inspecciones, se definen domicilios a donde se dirigirán los inspectores autorizados a efectos de constatar la superficie construida cubierta, semicubierta y las características constructivas de la edificación, estado de conservación del bien y antigüedad del mismo. La información obtenida es remitida posteriormente a la Dirección de Fiscalización de Construcciones Urbanas, que luego, si corresponde, se contacta con el contribuyente en cuestión a efectos de cursarle requerimiento de los planos de construcción e intimar su presentación en un plazo estipulado. Además, por otra parte, se ajusta la base imponible a los efectos de la liquidación de las respectivas tasas”, dijo.
Así, los casos que se detectan irregularidades en la declaración de los propietarios, se aplican multas significativas pues lo que se quiere es “valorar a los contribuyentes que efectivamente cumplen con sus responsabilidades fiscales”, finaliza diciendo la comunicación del municipio.