La relación política entre el gobierno nacional y el duhaldismo sumó hoy un nuevo pico de tensión, esta vez marcado por fuertes divergencias en torno al tratamiento oficial que reciben los grupos piqueteros. La nueva "bomba" estalló cuando el dirigente oficialista Luis D'Elía vinculó al duhaldismo con el grupo del "duro" Raúl Castells, y las esquirlas volvieron a desperdigarse luego de que el diputado Alfredo Atanasof acusara al gobierno de haberse puesto al frente de un "partido piquetero". Las marcadas diferencias entre el gobierno y el duhaldismo respecto del fenómeno piquetero se agregaron a la pelea que vienen manteniendo por la coparticipación federal para Buenos Aires y la posible incursión de Cristina Kirchner en territorio bonaerense.
Pero los fantasmas que perciben tanto en la Casa Rosada como en el PJ bonaerense se agigantan cuando la discusión se posa sobre los piqueteros, porque en ambos centros del poder creen que la existencia de una maniobra para desacreditarse mutuamente.
Según se pudo saber, cerca del Presidente Néstor Kirchner sospechan que los piqueteros de Castells -los más "duros" de los últimos tiempos- podrían estar alentados por lo que denominan como "el aparato duhaldista". Esta sospecha fue hecha pública ayer por el piquetero oficialista D'Elía y provocó escozor en el PJ bonaerense, que salió a contestar hoy por medio del diputado Atanasof, uno de los principales comunicadores del duhaldismo.
Atanasof negó cualquier vinculación del duhaldismo con los piqueteros de Castells y replicó con dureza: "Hoy nadie puede negar que el gobierno se ha convertido en el conductor del partido piquetero". La acusación del duhaldismo al gobierno encierra además una proyección a mediano plazo, puesto que en el PJ bonaerense existe la sospecha de que Kirchner podría lanzar a su esposa Cristina Fernández a la arena política bonaerense por afuera del PJ.
En ese escenario tendría lugar un conflicto abierto y final entre el gobierno y el duhaldismo, con las "damas" Cristina Kirchner y "Chiche" Duhalde compitiendo en las urnas por una senaduría por la provincia de Buenos Aires. Pero para que se llegue a esa situación faltan unos cuantos meses y todavía está abierta la posibilidad de que Kirchner y Duhalde recompongan su relación política, desgastada notoriamente en las últimas semanas.