"Esas son las alternativas no deseadas de todo esto", lamentó Lischet, consultado por Ahora. "El transporte desde 2001 fue creciendo en cantidad de empleados y con estas medidas la alternativa es empezar a pensar qué va a pasar con el personal, porque si no hay carga no se puede seguir manteniendo la planta", expuso luego.
Lischet señaló que durante los últimos años hubo "alternativas de reducción de servicios” y recordó que en otras oportunidades se llegó a disminuir la cantidad de frecuencias y trabajar sólo hasta las 22 "para prestar el servicio necesario".
El empresario explicó que actualmente "el subsidio está cubriendo el 50 por ciento de los costos" y que "el otro 50 por ciento se genera a través del boleto, en el que también tiene una incidencia directa la devaluación".
Además, sobre la suba del tipo de cambio, planteó que todavía no se ha trasladado al precio que pagan los usuarios. "Nosotros tenemos una tarifa que todavía no se ha terminado de cobrar, que el último tramo será en octubre con valores a abril, con un dólar a 18 pesos y hoy a 40 pesos", detalló. "Todos los costos nuestros, a excepción del personal, están manejados al valor dólar: combustibles, lubricantes, renovación de unidades y repuestos”, advirtió.
"Cualquier boleto en el mundo cuesta 1,2 o 1,25 dólares. No es la realidad de acá. Creo que va a haber momentos para tomar determinaciones importantes junto con las autoridades y evaluar que el costo no puede ser internacional sino nacional y que la gente lo pueda pagar", analizó el empresario.
En este sentido, admitió que "hablar de un boleto arriba de 40 pesos es mucho, es muy importante, teniendo en cuenta que el transporte en todo el mundo es subsidiado".
Por esto, remarcó: "Hay que sentarse a conversar con las autoridades provinciales y ver qué participación van a tener ellos. Nosotros somos prestadores, no generamos precios ni esta tensión que hay en los mercados. Tenemos que ponernos de acuerdo con el gobierno".
Lischet rememoró que desde 2001 se subsidia a las empresas, tanto desde Nación como de las provincias. "A partir de ahí se fue incrementando esa participación y acompañando no solamente el combustible, sino el salario del personal", acotó.
Sin embargo, en el marco del ajuste propuesto por el gobierno de Mauricio Macri para ordenar las cuentas públicas, se contempla para el Presupuesto 2019 la quita de estos subsidios. Según el empresario, son 900 millones de pesos que perdería Entre Ríos.
En este contexto, Lischet señaló que desde el gobierno nacional "plantean que la alternativa es que se hagan cargo las provincias porque, según dicen, las economías provinciales están equilibradas". No obstante, dijo que "eso genera un montón de dudas porque no sólo la provincia tiene transporte, sino salud, educación y todo".
Para evaluar este escenario y morigerar el impacto, los empresarios del transporte mantienen reuniones con el gobierno provincial a través del ministro de Economía, Hugo Ballay. "Con la provincia hemos tenido charlas con el contador Ballay. Lo que él plantea es una evaluación de los montos. Pero a partir de ahí no sabemos cómo van a votar los diputados", expresó.