Lejos estuvo de ser un camino de rosas el arranque para River. Durante los primeros diez minutos, la Lepra cumplió con el planteo de Zapata: presionar en la mitad para cortar a Sánchez, Ocampos y Domínguez en el inicio de cada jugada. La premisa era evitar que los tres encararan mano a mano y con espacios. Al marco táctico incómodo se le sumó la expulsión a los 11 de Sánchez, quien se ganó una amarilla por una fuerte entrada y enseguida la segunda por una protesta excesiva ante el árbitro Delfino.
El gran pecado del elenco mendocino fue no haber aprovechado a fondo aquel momento complicado de River. El juego ofensivo del visitante, con Fabbiani y Ferradas como puntas aislados, fue muy pobre y no hirió a la eventual línea de tres rival. Zapata entendió el déficit e hizo un cambio a los 26: el Pelado Gómez por el combativo Guerra. Sin embargo, la movida ambiciosa llegó tarde. El Millonario, con la presencia de Ponzio y las gambetas de Ocampos, logró recuperarse y golpeó a los 27.
Primero, el arquero Ayala desvió al córner un filoso tiro libre del Chori. Y en el tiro de esquina corto, Domínguez envió un centro pasado que bajó Funes Mori en el corazón del área para la aparición goleadora de Cavenaghi (llegó a 16 tantos). Tras la conquista, los roles no se invirtieron. River ganó confianza y levantó a la gente con lujos, sobremanera de Ocampos. En tanto, Independiente se perdió en pelotazos sin sentido hasta el descanso.
En el inicio del complemento, la Lepra logró trasladar el juego a campo rival para soñar con el empate. Gómez, Ferradas y Fabbiani tuvieron mayor participación, mientras que River pareció descansar en el contragolpe. Ambos tuvieron sus chances claras para marcar. Independiente casi empata luego de una salida peligrosa de Vega que Ferradas no pudo aprovechar, en tanto que Cavenaghi definió un contragolpe impulsado por Díaz con un tiro por arriba del travesaño.
La apuesta contragolpeadora de River salió a la perfección gracias a dos factores: la escasa profundidad de su rival y la explosión de sus delanteros. Luego de aguantar sin problemas las embestidas sin peso de Independiente, el Millonario aprovechó el desequilibrio de su dupla ofensiva para asegurarse el resultado. A los 30, Ponzio abrió rápido para el Chori, que se fue por izquierda hasta Ayala y definió con autoridad.
A partir de allí, todo fue algarabía en Núñez. Ponzio estuvo cerca de estampar el tercero con un remate desde fuera del área. A su vez, el arquero Josué Ayala fue expulsado a los 39 tras derribar al ingresado Villalva cerca del área. Y a los 43 llegó la frutilla del postre: centro de Abecasis y cabezazo de Trezeguet. El Monumental estalló de euforia y valoró una victoria que tuvo valor simbólico y deportivo, da cuenta TyC Sports.