Por Sofía Arnaudín

De ANÁLISIS 

Alambraba un cielo tormentoso, pero no; el clima fue como la música: litoral. Humedad, calor "no corre ni una gota de aire", se escuchaba entre los presentes que, paradójicamente, sostenían un mate humenate entre sus manos.

Gratamente, eso no fue impedimento para que miles de personas se acercaran al Anfiteatro “Héctor Santángelo” de la capital entrerriana para vivir la primera noche de "Música en el Anfiteatro" que se desarrollará todos los sábados hasta el 22 de febrero, enmarcado en el Ciclo "Activá Paraná" organizado por la municipalidad de Paraná con apoyo del gobierno provincial. 

La cita estaba prevista para las 19:30; ya desde las 18:30 los espectadores empezaron a acomodarse en las escalinatas del majestuoso escenario, buscando la mejor ubicación, aprovechando, además, la prueba de sonido.

Resuena el litoral sobre el río 

A metros del anfiteatro -ubicado en el Parque Urquiza de Paraná- Está el Río Paraná; un cauce de identidad que alimenta las músicas de nuestra tierra. Justamente, revalorizar el espacio público y nuestra cultura local es una de las premisas de este Ciclo. 

 En esta primera edición de "Música en el Anfiteatro",  el género predilecto fue música del litoral, siendo el chamamé el principal protagonista de la noche. Alrededor de las 20, con un cielo tiñiéndose en anaranjado, dio inicio a la velada la actuación del Trío Guastavino/ Suárez/ Cersofio, integrado por Mauricio Guastavino (Guitarra), Lucas Suárez (Flauta traversa) y Emilia Cersofio (Bajo eléctrico) quienes interpretaron cinco canciones de autores como Isaco Abitbol, Edmundo Pérez, Abelardo Dimotta y canciones de su autoría; evocando lo más genuino de la música litoraleña. “Estamos tomando en parte el repertorio de otro trío que integro -y que está un poco inactivo en este momento- que es el Chamamé Trío.” Detallo Lucas Suárez, ante un anfiteatro que de a poco fue colmándose.

Luego fue el turno del reconocido acordeonista oriundo de María Grande, Alcides Müller, conocido por ser intérprete e investigador del tanguito montielero. “Gracias por esta invitación, gracias por acordarse de nosotros" dijo Alcides Müller, acompañado de dos guitarristas con los que ahondaron en las raíces del género.

Entrada la noche ya -pero con un calor que se negaba a dar tregua- subieron al escenario el bandoneonista Gustavo Reynoso acompañado por Nicolás Pross y Abelardo Coronel -ambos en guitarra-. El trío desarrolla la puesta en valor de músicas que no han tenido la oportunidad de ser difundidas por medios nacionales. Además, estuvieron acompañados por una pareja que bailó al ritmo del chamamé y el rasguido doble, mostrando otro costado de la cultura tradicional de nuestra región. 

Pero ese no fue el único baile de la noche.

Litoral 2.0

Mucho se hablaba de la “gran sorpresa” de la noche. En la grilla de artistas sólo estaba prevista la actuación de sendos grupos de música litoraleña de Paraná con el esperado cierre de Chango Spasiuk. Luego de la actuación de Gustavo Reynoso, los técnicos comenzaron a despejar el escenario. De repente, todo se oscureció y era el silencio. Un manto blanco recubrió el piso del anfiteatro; unas mujeres sosteniéndole a los costados, debajo unos cuerpos movedizos.

Se trataba de la compañía de Danza Aérea Reverso y Espacio Danza, quienes fusionaron música y movimiento, con una fuerte puesta estética: visuales, juegos de luces, creando diferentes perspectivas, al compás de los cuerpos que danzaban en contemporáneo. 

 El aire también fue escenario: sobre las cabezas del público tendía un slackline por el que se paseaban artistas, deslumbrando a todos los presentes que no paraban de filmar y fotografiar lo que sucedía en todo el predio del anfiteatro Héctor Santángelo.

Spasiuk: un gigante del acordeón

Cerca de las 22:45 el público no había dejado un solo espacio sin ocupar; con reposeras había copado hasta la calle esperando la llegada del número principal. Luego de la puesta de baile, el escenario volvía a encenderse en chamamé. Los locutores dieron la bienvenida al músico misionero y los presentes estallaron en aplausos y ovaciones. Acompañado de violín, percusión, teclados, chelo y dos guitarras, Horacio Spasiuk tomó asiento en el centro del escenario y se dispuso a ejecutar el gran instrumento que pequeño quedaba ante su grandeza musical.

30 años sobre el escenario

El Chango Spasiuk dio inicio a su show. Una canción, una ovación. Terminada la primera canción, el músico dejó el gran acordeón que resoplaba sobre su regazo y tomó uno, tres veces más pequeño, de un color terroso, anaranjado; sobre el fondo, la proyección de una foto: un niño que en sus manos sostenía un acordeón de iguales características. “Ese acordeón chiquito me lo regaló mi padre cuando yo tenía 10 años -hace exactamente 41 años- y volvió a mi hace pocos. Ahora que se han cumplido 30 años de mi primer disco y de dedicarme a la música ese acordeón volvió a mis manos y quería que estuviera en estos conciertos simbólicos de compartir con ustedes toda mi música y mis composiciones.” Contó Spasiuk luego de interpretar una totora que había aprendido en ese tiempo. “Estoy muy feliz de haber tocado este acordón para ustedes. Que esta música se vuelva -como dice Atahualpa- una antorcha que usan los pueblos para defenderse en el camino.” Finalizó.

Una película sonora

Muchas de las composiciones propias del músico misionero han sido destinadas a ser banda sonora de películas: “Leonera”, “Agua del fin del mundo” “Vagón fumador”, por nombrar algunas. Sobre el escenario y antes de interpretar la canción Los Hermanos (de la película “Los Marziano”) Chango Spasiuk compartió una anécdota que maravilló a todos los presentes “Una vez estaba tocando en un festival en Buenos Aires; había un señor en primera fila que estaba escuchando; en la cuarta canción se levantó y dijo: ‘Esto parece música de películas, yo me voy al carajo’. De alguna manera fue un visionario porque los siguientes 20 años yo compuse mucha música para cine.” Relató, mientras se secaba el sudor de una noche encendida.

Homenaje a una cantora

Diez años hace que Mercedes Sosa dejó el plano terrenal, no así la música. En sus canciones vive, y así fue como los músicos la trajeron de vuelta. Su voz en una pista grabada, los intérpretes tocando sobre ella. Volvía la cantora, fresca y profunda. “Es una cantora única e irremplazable; queremos traerla virtualmente para que esté con nosotros. Queremos hacerle este pequeño homenaje y recordarla y recordar esta bella canción que escribió la letra Víctor Heredia.” Expresó "El Chango" y procedieron a interpretar la canción “Sólo para mí”.

Mujeres entrerrianas

Casi una hora de espectáculo; el público esperaba ansioso el momento de la entrada local. Es que El Chango tenía de invitadas a dos grandes cantantes de la ciudad de Paraná: Florencia Di Stéfano y María Silva. “Florencia Di Stéfano, va a cantar una canción de cuna que se llama Sueño de Niñez que fue escrita por una niña en un taller literario de niños en situación de calle; es el trabajo de una fundación que comenzó ese taller. Es una letra muy esperanzadora y Florencia nos va a decir algo alrededor de esas palabras “ resaltó Spasiuk, en la antesala de una canción que fue simplemente conmovedora. Luego, le sucedió la mítica canción de Ramón Ayala “El Cosechero”; la voz de Florencia dejó al público “borracho de sueños y amor”.

“A ella la conocí hace un año. Cuando abrió la boca en la prueba de sonido no lo podíamos creer.” Relató el acordeonista mientras daba paso a María Silva, cantora entrerriana de renombre. Primero interpretó “El pescador” de Aníbal Sampayo. Su voz resonó dulce pero imponente, con una actitud deslumbradora. Para finalizar, la clásica chamarrita de Santos Tala, “La Solapa” que, con los primeros acordes, movilizó al público que cantó y despidió con aplausos y pedidos de “otra” a la invitada; “La próxima ensayamos más canciones” dijo, a tono de broma, Spasiuk.

Cierre

Casi dos horas de show brindaron el acordeonista y su conjunto: polkas, chamamé, chamarrita “la polka es un estilo sumamente peligroso; más de dos canciones y te dan ganas de casarte” dijo, un Chango que interactuó con el público de manera permanente, -cosa que sorprendió gratamente-. No faltó la música de Luis Alberto Spinetta, con la interpretación de “Seguir viviendo sin tu amor”, canción que enternece, siempre, a los presentes.

Durante aproximadamente cinco horas el Anfiteatro de la capital entrerriana se colmó de música.

Así se espera que sean los todos los encuentros de “Música en el Anfiteatro”, un ciclo que se extenderá hasta el 22 de febrero en encuentros que desandarán una vasta cantidad de géneros musicales. 

Fechas siguientes

Sábado 25/01

-Gildas / Nikel / Por esta vez / Música para enamorar langostas

Sábado 01/02

-Javier Malosetti / Factor Fun / La Mafia del Blues

Sábado 08/02

-Gato Peters / Litoral Stand Up / Las Hermanas Saladix

Sábado 15/02

-Rita Cortese / Ángela Herrera / Cuarteto Fidel / Los Amantes

Sábado 22/02

-Lo´ Pibitos / Fuxia / Equilátera

Además, desde el domingo 23 se podrá disfrutar de una selección de cine internacional y de cortos de realizadores audiovisuales locales organizado junto al Instituto Audiovisual de la provincia dependiente de la Secretaria de Cultura de Entre Ríos.

Presencia de autoridades

Alrededor de las 21:50 se hicieron presentes el gobernador de la provincia Gustavo Bordet, la vicegobernadora Laura Stratta, el intendente de Paraná Adán Bahl y la viceintendenta Andrea Zoff acompañados de algunos funcionarios de sus respectivos gabinetes. Recorrieron el patio gastronómico ubicado sobre la calle, y luego descendieron para ir hacia la parte trasera del escenario. No hubo palabras inaugurales oficiales. El intendente y la viceintendenta se ubicaron en la primera fila de las escalinatas del anfiteatro y procedieron a subir al escenario al momento de la entrega de un viaje a Villa Carlos Paz que fue sorteado durante la noche; sorteos que tendrán lugar cada edición de “Música en el Anfiteatro”.