Jorgelina Riolfo tiene 26 años y ataja actualmente en Racing. Nacida en Larroque, la futbolista atajó previamente para Boca Juniors y formó parte del primer torneo femenino (semi) profesional de la historia.
Como si el destino le hubiera señalado el camino, la larroquense Jorgelina Riolfo siguió los pasos de su padre, Jorge Riolfo, y decidió ser arquera. Con una gran parte de su vida ligada al fútbol, la joven jugadora de 26 años ataja en Racing, en la primera femenina.
En declaraciones brindadas a La Barra Deportiva, un programa radial de Radio Máxima (94.5 Mhz.), la futbolista contó el paso a paso de su carrera. “Cuando comenzó a emerger el fútbol femenino, arranqué a jugar los torneos de papi fútbol de Larroque, luego jugué fútbol once en Gualeguaychú y Concepción del Uruguay, y después di el salto directamente a Boca”, relató la joven pero experimentada jugadora.
Jole, como la llaman sus conocidos, llegó al mundo Boca por iniciativa de unas compañeras suyas en Larroque: “Armamos una combi para ir a una prueba que hacía Boca y tuve la suerte de gustar. Después fui una vez más, donde me dijeron que quedaba definitivamente y me tuve que instalar allá”, relató.
En el club de la ribera le tocó ser suplente de la histórica arquera de la selección argentina Elisabeth Minnig. Allí estuvo durante siete temporadas, en las que alternó la titularidad en el arco, luego partió a Racing, a mediados de 2019.
“El cambio me costó un montón, porque yo estuve siete años en Boca, así que al principio la llegada a Racing no fue fácil, pero al poco tiempo me adapté a lo que es la institución, porque Racing es una familia y te hacen sentir como en tu casa”, contó la jugadora entrerriana que agregó estar feliz con haber tomado la decisión de cambiar de club.
Pero el presente para Riolfo no es el mejor, debido a que tras comenzar el torneo como titular, sufrió una lesión que la alejó de las canchas. “Me lesioné en un entrenamiento. Choqué con una delantera, caí mal y me rompí los ligamentos. Me operé hace dos meses y estoy haciendo rehabilitación. Dentro de todo lo malo, me vino bien la cuarentena para recuperarme de cara al año que viene, cuando vuelva la actividad”, valoró.
La jugadora atraviesa el aislamiento con su familia en Larroque, donde cumple con las sesiones de kinesiología y las rutinas de entrenamiento enviadas por el preparador físico y el entrenador de arqueras del plantel.
Desafortunadamente para ella, la lesión le impidió ser parte del cotejo que jugó su equipo el 29 de febrero en el Cilindro ante Villa San Carlos, ocasión en la que por primera vez el plantel femenino pudo jugar en ese lugar. Fue triunfo por 2-1 para sus compañeras.
“Fue una locura, la gente, el estar adentro del Cilindro, fue una experiencia hermosa y hasta el día de hoy me acuerdo y se me eriza la piel. Fue divino, un partido totalmente aparte”, contó sobre la experiencia desde la tribuna. Luego añadió: “Por suerte en Racing nos dan lugar y escuchan nuestros pedidos”.