Senador colado
Sabido es que las inmediaciones de Casa de Gobierno se pueden asimilar con un pequeño infierno en los horarios pico por el gran tránsito y circulación de peatones por el centro cívico paranaense. Lo mismo sucede con los comercios de la zona, que lucen abarrotados de gente que hace largas colas para ser atendida. Algo de eso sucedió la semana pasada en la librería Tiempo Rivadavia, ubicada sobre calle Santa Fe. Los empleados no daban abasto entre fotocopias, cigarrillos, dulces y los artículos de librería que demandaban los clientes. En eso, ingresa el casi siempre correcto senado Julio Majul (Concertación Entrerriana-Gualeguaychú). El legislador arremetió por entre la gente, exhibió un billete de dos pesos, lo dejó sobre el mostrador y pretendió sacar unos caramelos.
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Santa Elena, tierra especial
Como casi todas las cosas que pasan en Santa Elena, el acto de juramento de Asunción Olmedo como reemplazante del condenado Domingo Daniel Rossi (PJ) tuvo algunos ribetes extraños. El acto que tuvo lugar el pasado lunes 16 de abril en el salón del Concejo Deliberante mostró algunas caras de fastidio pero también algunos punteros que exteriorizaron su bronca a los puñetazos y patadas. Una víctima de la intolerancia típica que ha venido mostrando la patota de Rossi fue Roque Gómez, concejal electo por el Frente para la Victoria y la Justicia Social, que pretendió presenciar el acto cual ciudadano común. Disipados los incidentes, continuó el acto protocolar, en el que no faltó el nombramiento de las autoridades presentes, incluido el propio cura, a pesar de que nadie vio una sotana en el recinto.
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Balas para la Policía
Aunque las épocas de rudeza policial parecen haber quedado atrás, la Policía de Entre Ríos siempre está preparada. Para ello, desde el Servicio Penitenciario se solicitó al Poder Ejecutivo la adquisición de armamentos y municiones para destinar al personal que cumple funciones en las distintas unidades penales. Así, a través del Decreto Número 5.615, se destinaron 348.450 pesos para tales fines. Entonces, se adquirieron 300 pistolas 9 milímetros a un valor de 992,20 pesos cada una; 33.744 proyectiles, a un costo de 0,625 cada bala; 9.441 cartuchos At monoposta por un valor unitario de 1,573 pesos la unidad; y 12.395 cartuchos At 09 postas de goma, a un costo de 1,198 pesos cada uno. El proveedor fue Fabricaciones Militares, que es el único organismo estatal a nivel nacional que tiene a su cargo la provisión de ese tipo de materiales a los diferentes organismos públicos provinciales.
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Penosa irresponsabilidad
El 25 de enero de 2005 se produjo un sangriento motín en el penal de menores de Victoria en el que perdió la vida el sargento Adolfo Reynoso, que prestaba servicios en dicha unidad penal. Alrededor de la medianoche, una docena de presos que contaban con chuzas y armas denominadas tumberas, se amotinaron en una celda e iniciaron una violenta reyerta en el penal Clemente Once, atacando a los guardias que pretendieron reprimir la protesta. La pelea duró aproximadamente una hora y media y dejó como saldo la muerte de un agente y un interno, mientras que otros tres efectivos de seguridad resultaron heridos. Pero el trágico episodio desnudó además una grave falta de parte de las autoridades provinciales cuando se reveló que el Servicio Penitenciario no contaba con la cobertura del seguro de riesgo de trabajo que se dispone por ley.
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