Claudia Martínez
(Especial para ANÁLISIS)
Entrar a ese mundo de cristales, perlas y plumas, con telas soñadas y bordadas, con tules de colores maravillosos, es soñar con usar esos diseños en momentos especiales. Un vestido diseñado por Gerardo Casas es un clásico, pero la vez es el recuerdo feliz del momento en el que se lo eligió usar.
“Vine a esta ciudad porque vine en pareja, pero después me quedé porque estaba instalado acá”, cuenta sentado en su casona de calle Illia, que oficia de taller cuando sus clientas quieren hacerse el vestido ideal para la ocasión soñada.
En ese mundo se metió ANÁLISIS. Y allí se indagó sobre cómo deberían vestirse, o cómo están vestidos, quienes habitan en el mundo de la política.
Gerardo tiene 46 años.Nació en Córdoba, pero hace más de 15 años que está en Paraná. Papá de Constanza y abuelo de Olivia, es una personalidad de consulta a la hora de hablar de estética. “Estaba asentado comercialmente, tenía mis afectos y mi círculo social en Paraná. Ya era mi lugar”, dice al momento de referir por qué se quedó en esta ciudad.
—¿Cómo te trata la ciudad?
—Bien,excelente. Incluso muchas veces he subido a mi Facebook comentarios con respecto a eso. Si hay algo en lo que soy privilegiado, realmente es en el trato de la gente. Yo salgo a la calle y la devolución de la gente es maravillosa. Saludo a todos, clientas, dueños de los negocios donde siempre paso y Paraná tiene esa cosa particular que con la asiduidad del trato vas haciendo lazos. Pero lo que me parece increíble es el hecho de que la gente pueda devolverte tanto afecto. Yo siempre ando sonriendo porque la gente es muy cariñosa conmigo. Hay personas que está pendiente siempre de lo que hago. Es como si fueran mi familia. Creo mucho en la gente, eso es algo que me vuelve muy positivo. Siempre digo que Dios está en la gente. Así lo siento.
—¿Qué es lo que te ha decepcionado?
—¿Decepcionado? Si tengo que pensarlo ya es difícil. Tendría que pensarlo. Sí creo que Paraná es una ciudad que cuesta poner en movimiento. Por ejemplo, vos hacés un evento en Paraná, lo movés lo movés por todos lados. Y dos meses después viene alguien y te dice “che,avisame cuando vas a hacer un desfile”. Eso sí lo noto como una particularidad. Si no estás hasta último momento…somos como más lerdos para salir, para participar en la vida cultural de la ciudad y los eventos que hay. Es impresionante lo que le cuesta, a cualquier persona que organiza algo, la convocatoria.
(Más información en la edición gráfica número 1044 de ANALISIS del jueves 11 de agosto de 2016)