El expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, presentará la segunda edición de su libro referido a Colonialismo y Derechos Humanos este viernes a las 18 horas en el Salón del Consejo General de Educación.

En ese marco, brindó una conferencia de prensa en donde se refirió a los temas de la agenda judicial: el juicio político a la Corte Suprema, las condenas a Cristina Fernández y Sergio Urribarri, como así también expuso conceptualmente la teoría del lawfare enmarcada en el proceso histórico. 

Antes, se reunió con los organismos de derechos humanos y abogados querellantes en causas de Lesa Humanidad para dialogar e intercambiar: "Me llevo críticas muy racionales a la Justicia", afirmó. 

"Tenemos un poder judicial bastante patológico", aseveró ante los medios el expresidente del máximo órgano de Justicia. 

Se refirió al proceso de Juicio Político contra los integrantes de la Corte y baticinó que "no tendrá un final feliz" pero que "es importante porque está visibilizando algo que normalmente no llega al ciudadano". "Las decisiones que toma la cúpula del Poder Judicial son determinantes en la vida cotidiana", amplió.

Dijo que "un final feliz sería la destitución de la Corte, un final más feliz sería obtener una legislación constitucional que racionalice el Poder Judicial". Insistió en una ampliación de la Corte que tenga entre 15 y 25 integrantes "divididos en salas y que cada uno sepa lo que firma". 

"Hay un juez de la Corte que no se excusa en las causas de quien fue su cliente. Comodoro Py que la Corte no hace nada por contenenerlo, las causas contra exfuncionarios parecen un proceso sucesorio o de quiebra. Un Poder Judicial que está pasando una anomalía grave", enumeró.

Las condenas a Urribarri y Cristina y la “criminalización de líderes populares”

En otro orden de ideas, el jurista fue consultado por las condenas que recibieron el exgobernador Sergio Urribarri y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Colocó a los dirigentes políticos como promotores de la independencia financiera trasnacional y que, según su opinión, les valió las sentencias condenatorias.

En ese orden de ideas, contextualizó: “El dinero, el robo y la plata que se roban de América fue a parar al centro de Europa y se inició el neocolonialismo que permitió a Europa extender sus genocidios a todo el planeta. El nacional colonialismo. En el siglo pasado, en nuestra región hubo movimientos populares contradictorios, que ampliaron la base de ciudadanía real. A mediados del siglo pasado se produjo la detención de esos movimientos y una regresión violenta con la invasión a Guatemala, forzado suicidio de (Getulio) Vargas, la inversión de la ideología en México y Bolivia, el bombardeo a Plaza de Mayo, el Golpe del ‘55. A partir de ahí vino el último coletazo del neocolonialismo que fueron las dictaduras de seguridad nacional que se acabaron con la Guerra de Malvinas. Cambió el viejo capitalismo productivo en el mundo, el aparato financiero que hipertrofia como el demonio, porque después de los 30 o 40 años dorados posteriores a la guerra, entró en crisis con el petróleo. Los norteamericanos se pusieron a fabricar billetes verdes sin respaldo”.

“La fabricación de billetes verdes generó inflación en dólares, en el mercado mundial. Actualmente los bancos tienen un 7 por ciento de los encajes de billetes verdes, el resto son números en computadora. Se fabricaron entonces los papeles de deuda. Hoy Estados Unidos tiene una deuda astronómica con papeles prometiendo pagos. Sería necesario explicar el producto mundial que está estancado. Y triplicar el producto mundial sería una locura, acabar con la vida humana del planeta. Buena parte de esos compromisos de deuda lo tienen los chinos. Entonces ¿qué situación estamos viviendo?”, preguntó  y analizó: “Estamos viviendo un neocolonialismo tardío, ya no tenemos oligarquía, no alienan a nuestras FFAA con ideología de seguridad nacional. Ahora nos endeudan, la táctica es endeudar. Esto se vale de creación o invención de realidad, a través de oligopolios de medios de comunicación en combinación con Poderes Judiciales anómalos. Con distintas anomalías. Cada país tiene sus características, lo tuvimos en Brasil, Bolivia, Ecuador, en Perú. Se trata de una criminalización de líderes populares e impunidad para el resto. Los medios hegemónicos se convierten en partidos políticos que promueven candidaturas y llevan adelante las campañas electorales de procónsules de los intereses financieros transnacionales”.

Señaló en el mismo sentido que “lo nuestro es un capítulo nacional pero no lo veamos como nuestro. Esto es un fenómeno regional, de nuestra américa. El contexto es este, tardo-colonial, corresponde a una mayor sofisticación de la economía financiera por un lado y tecnológica de la comunicación por otro”.

“No queda otra que pelear políticamente, tarde o temprano los pueblos responden, resisten. Puede ser que se confunda, que se cree realidad por un tiempo, que genere confusiones pero a la larga los pueblos no desaparecen ni se suicidan”, dijo más adelante.

Admitió además no haber leído aún los fundamentos de la condena a Cristina Fernández, que se difundieron este jueves. “Sobre los fundamentos de la condena a Cristina dijo que no los leyó pero son 1500 páginas, lo cual le revela que “es la técnica de los lawfare”. “Cuando escribíamos a máquina no escribíamos 1500 páginas, sino 30 o 40 como máximo y decíamos las cosas que teníamos que decir. Ahora se escriben 1500 para esconder razonamientos. Y no las escriben los jueces. La mayor parte de eso es relato de lo que va pasando en el curso de la causa. Estoy seguro que unas 700 páginas dicen eso, no lo leí. Pero leí otras sentencias de lawfare, de acá y de afuera. La técnica es aquella vieja cosa ¿cómo oculto un elefante en la 9 de Julio? Llenando de elefantes la 9 de Julio. Es eso. Entonces de las 1500 me tendría que tomar el trabajo de ir viendo cuáles son las 10 que vale la pena leer. Seguramente ahí es donde voy a encontrar las contradicciones”.

“Lo que vi en otras sentencias es relato, cita de autores, jurisprudencia y después: ante la abrumadora prueba es evidente que fulano o fulana son responsables. Esa es la técnica de construcción, a lo mejor esta gente innovó. Dan el relato de testigos, documentos, no lo analizan respecto de cada hecho”, concluyó.