El paranaense Mariano Werner se fue conforme del autódromo Centenario de Neuquén con el segundo puesto de la segunda final de la temporada del Turismo Carretera. Al menos así lo reflejó en sus declaraciones, una vez que se bajó del podio que encabezó Juan Cruz Benvenuti (Torino) y completó Agustín Canapino (Chevrolet).

El entrerriano fue el mejor usuario de Ford (Julián Santero terminó noveno y fue el más próximo de los representantes del óvalo) y tuvo una suerte de revancha tras su exclusión de Viedma, Río Negro, donde había ganado la carrera. “Uno no se fija mucho en la marca; le quiere ganar a todos, del primero al último. Es mérito de todo el grupo humano; de todos los mecánicos, que trabajaron muy bien en boxes, más allá de las estrategias que pudimos hacer con el equipo”, sostuvo.

Si bien reconoció que perdió “un poco de tiempo con (Nicolás) Cotignola”, Werner valoró que estuvo “muy cerca” de la punta, dominio absoluto de Benvenuti. “Salí muy cerca. Estoy contento porque estuvimos muy cerquita de salir adelante, tuve alguna chance muy concreta, pero estuvo un paso arriba en su conjunto”, reconoció respecto del ganador.

En diálogo con Carburando, el piloto del Memo Corse by DTA Racing subrayó que buscó “a muerte” la victoria en el trazado neuquino. “Cuando me subo arriba del auto, lo que más me apasiona es eso: trabajar con lo que uno le gusta, los pedales, el volante, exprimir al máximo, es lo más lindo del automovilismo”.

Por último, Werner consideró que tuvo dos chances de sobrepaso en la competencia. “Con (Sergio) Alaux, que se pasa un poquito en la entrada a la recta y fue la más concreta. Después hubo otra en la definición; había un pequeño hueco, pero estaba muy sucio y tenía mayores posibilidades de perder”, concluyó.