La postura no es monolítica dentro del FpV. Si bien el presidente de la Cámara Baja desechó hace unos días toda posibilidad de impulsar un cambio de cara a la reelección indefinida, sí se refirió a una “agenda pendiente” en términos de federalismo y coparticipación.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, Marcelo Fuentes, consideró que “hay que sostener el debate” en torno de la reforma y mencionó, además, que los países europeos que tenían un sistema parlamentario están buscando reformar sus constituciones en pos de una mayor fortaleza en los ejecutivos. “Hoy las complejidades de la acción de gobierno desbordan el tema de los equilibrios de los regímenes parlamentarios”, agregó.
Más allá de las posiciones dentro del FpV, dirigentes de distintos sectores de la oposición se manifestaron en contra de la posible modificación.
Según su artículo 30, la Constitución puede reformarse en el todo o en cualquiera de sus partes y la necesidad de reforma debe ser declarada por el Congreso con el voto de dos tercios de los legisladores.
En el caso de la reforma de 1994, esa declaración fue manifestada por el Senado. Si el oficialismo quisiera implementar una reforma hoy, debería contar con apoyo de al menos parte de la oposición. El radical Ricardo Alfonsín ya se pronunció en sentido contrario: “Podemos ponernos a discutir y por ahí llegamos a la conclusión de que quizás es mejor un régimen parlamentario. Pero las cosas no son en abstracto, son en concreto. Y en concreto, en este país, ponernos a discutir con el FpV una reforma de la Constitución es abrir una caja de Pandora que no sabemos dónde puede terminar. Que empiecen por dar muestras de que quieren cumplir la Constitución”, afirmó.
El diputado Gerardo Milman, del Frente Amplio Progresista (FAP), se manifestó en contra de una posible reforma: “(el ministro de la Corte Suprema, Raúl Eugenio) Zaffaroni, Domínguez y otros voceros oficiosos del gobierno son la punta del iceberg del intento de perpetuarse en el gobierno”, aseguró en declaraciones reproducidas por Página 12.
Por su parte, el diputado Gustavo Ferrari, mano derecha de Francisco de Narváez, consideró que no son suficientes los contrapesos para abrir la discusión sobre la reforma, aunque coincidió con Domínguez en la necesidad de aumentar la coparticipación para Buenos Aires.