Hubo rabia en la desencajada mirada de San Lorenzo. El control mental, la tranquilidad que tanto buscó en el receso, duró apenas 25 minutos. Fue en el exacto momento en el que Lanús hizo el tercer gol. Entonces, el tiempo retrocedió a los momentos de desconcierto, a la angustia, al pecho oprimido. La renovada esperanza cayó desde el escalón más alto de la tribuna visitante de los Granates. Otra vez lo mismo para el viejo Ciclón, que se debate por la permanencia en primera ni bien empieza el Clausura.
Lanús se olvidó de su lucha interna y demolió a San Lorenzo. Primero, una media vuelta de Braghieri. Después, un cabezazo de Fritzler. Más tarde, otro de Pavone, que quedó solo gracias a un toque también de cabeza de Diego González. Las antiguas penas invadieron el sentimiento Azulgrana. Se vieron entre la desazón de Bottinelli. Aparecieron detrás del gesto helado del DT Madelón. Se dibujaron en las rabietas del uruguayo Bueno, el refuerzo que luchó y luchó... en vano.
En el debut, nomás, San Lorenzo se dio cuenta de lo difícil que será un cambio inmediato. Hace rato que, entre desatinos dirigenciales, nada le sale bien. Las deudas lo privaron de nombres suculentos en el mercado de pases. El nerviosismo le quitó la mínima imagen de equipo. La angustia lo ató de pies a cabeza. Se dijo: nada cambió. En la quebrada estructura, el primer envío al arco de Marchesín fue un tiro libre de Bazán, bien resuelto por el arquero, cuando faltaba un minuto para que terminara el primer tiempo. Cuesta decir algo más.
Lanús marcó diferencias en todas las líneas, con el buen manejo de Valeri, los quites de Fritzler y la reaparición goleadora de Pavone. Al Ciclón le costó afirmarse con dos toques seguidos. Dudó su arquero, Champagne, justo cuando Madelón le dio la titularidad y relegó a Migliore. Fallaron sus defensores. Y no aparecieron sus mediocampistas. Como si fuera poco, Pavone definió después de una buena jugada de Valeri y frustró cualquier reacción. Ni siquiera levantó con el descuento de Bueno, tras una rápida ejecución de un tiro libre, consigna Cancha llena.
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