Dumoulín pidió licencia por un año a Puíggari y le exigió que se pongan “las cartas sobre la mesa”, para que no sigan los curas “de doble vida”

“Ayer le envié la carta a Puíggari, porque después de tanta lucha uno termina muy agotado, por eso creí conveniente pedir esta eximición de la responsabilidad pastoral como cura y pedir un año de licencia para descansar y desenchufarme. El motivo es todo lo que ha venido sucediendo durante estos años, porque desde el año 2012 que venimos en esta lucha por darle respuesta a estos temas que han sido tan delicados y graves para Iglesia (causa Ilarraz) y que no tuvieron un eco como uno esperaba o un acompañamiento por parte de las autoridades eclesiásticas. Porque son ellos los que deberían haberse puesto al frente de esto y no nosotros que somos simple peones”, expresó el cura en declaraciones al programa A quien corresponda (Radio de la Plaza).

En esa línea, lamentó: “Me quedé en una lucha solitaria cuando debería haber sido lo contrario. Porque cuando los hechos sucedieron se debería haber razonado sobre las cosas que se hicieron mal desde adentro de la Iglesia. Es decir, se podría haber obrado de otra manera, pero se sigue ocultando lo que pasó, no sé si por miedo o por qué, pero no se terminan de poner al frente de la causa y decir qué sucedió. La idea sería que ellos (el poder de de la Iglesia) puedan empujar para que todo se resuelva, porque uno ha tenido que luchar desde abajo para que esto siga avanzando y desde arriba siempre están buscando disfrazar las cosas para que no se terminen de resolver. Por eso es que tomé esta decisión de dejar la parroquia y tomar un año de licencia para descansar, estar más tranquilo y salir del medio del conflicto para ver también si las cosas se pueden esclarecer y hacer todo lo mejor posible”.

Ante la consulta de si volverá a la Iglesia, el cura respondió: “Por el momento me voy a tomar una licencia, reflexionaré y evaluaré la marcha de todo y luego veré si continúo o no, porque yo no perdí la fe, pero sí institucionalmente uno se queda mal y al no tener alternativas hago esto. Pero no descarto la positividad de volver si la Iglesia hace una reflexión interna y algunas cosas se acomodan. Espero que las autoridades tomen cartas en el asunto porque hay muchos temas para hablar y para blanquear”.

“Es necesario poner todas las cartas sobre la mesa, poner la verdad y sacarse las caretas, porque a veces los curas nos escondemos detrás del oficio pero también escondemos miserias, por eso hay que ser sinceros entre nosotros. Reconocer que nos hemos equivocado, reconocer que hay curas que tienen una doble vida, que tienen familia, hijos o que son homosexuales. Estos son temas en los que hay que avanzar. El dinero y el poder de la Iglesia son temas que el Papa ha venido mencionando a lo largo del pontificado. No nos hacemos cargo de este llamado del Papa a vivir el servicio ministerial del sacerdocio con una entrega fiel a Jesús, porque tenemos muchas cuestiones humanas que cerrar y resolver. Hay cuestiones que hacen a ciertos fundamentalismos de la Iglesia que necesitan una reflexión seria, porque nos horrorizamos de lo que pasa en otros países, pero no se están haciendo las cosas bien acá”.

Asimismo, aseguró: “No me siento contenido ni acompañado por la Iglesia, todo lo contrario, a veces he sido descalificado. Creo que quien es la cabeza de la institución debería mantener la unidad y coherencia, pero también algunos sacerdotes terminan siendo obsecuentes y aceptando esto como una obediencia seria. Creo que hay obediencia en la verdad y en la caridad. Por eso, como diócesis hay que reflexionar mucho. Además, tampoco me siento contenido por parte del resto de los curas de Paraná. Han sido muy obsecuentes con el poder de la Iglesia, pero creo que es hora de ser sinceros y plantear las cosas”.

“Creo que esto se debe a que nadie quiere quedarse ‘pegado’ o aceptar lo que pasa. En voz baja se acepta o se sabe lo que pasa, pero después nadie toma la palabra para tomar partido o ir en contra. Nadie se compromete por miedo a quedar mal y eso es muy lamentable para el clero de Paraná. No jugársela por la verdad, eso genera mucha tristeza y dolor, porque además creo que de esa forma no somos capaces de acompañar o entender algo del dolor de las víctimas que padecieron semejante atrocidad. Tengo algunos curas conocidos o amigos de otras diócesis que se solidarizaron con mi situación, pero de acá ninguno”, manifestó.

Sobre la reacción de la gente ante su decisión, Dumoulín indicó: “En este poco tiempo que pasó desde que publiqué la carta en Facebook me llamaron o comentaron da forma positiva. Eso sin dudas me llena el alma y me reconforta. En Villaguay me siento muy bien, pero no quiero ser motivo de discordia o división y por eso prefiero dar un paso al costado porque no quiero ser yo quien pueda enturbiar la vida de las personas, por eso voy a volver a Paraná, donde tengo a mi familia. Trataré de conseguir trabajo y hacer otro tipo de actividades para descansar de toda esta cuestión”.

En cuanto a la actuación de la Justicia en la causa Ilarraz, opinó: “No se termina de entender lo que padecen las víctimas y se minimiza esta cuestión, no sé si por interés o por presión, pero se están haciendo cosas para ir frenando o dilatando todo. Este fue un año atípico por las elecciones, eso sin dudas hace que se frene la cuestión, tanto a nivel de lo que está en la Corte Suprema de Justicia, que se debería haber expedido hace tiempo, como también en la cuestión procesal, porque ya se debería haber resuelto. Hacer eso sería un buen ejemplo y un mensaje positivo, para que la Justicia sea creíble que busca la verdad, pero sería bueno que la situación procesal se resuelva antes de fin de año. Eso sería un mensaje muy esperanzador”, finalizó.

Carta completa

Villaguay, 10 de diciembre de 2015
Arzobispado de Paraná
Mons. Juan A. Puiggari

Mons. Me dirijo a vos, por medio de la presente, para informarte mi decisión de dejar la Parroquia Santa Rosa de Lima, en la Ciudad de Villaguay, en la que me desempeño como párroco a partir del 1º de febrero de 2016.
El motivo de mi renuncia, a esta misión pastoral, que me fuera encomendada, es debido a los inconvenientes que hemos venido acarreando en estos últimos meses, y que en muchas oportunidades te he manifestado mi total desacuerdo en el modo y actitudes que has tomado con respecto a los casos que son de público conocimiento, y en otros, en los que no has actuado, a mi modo de entender, cómo se debería y no quiero ser yo quien ocasione división en la comunidad parroquial. Por esto prefiero dar un paso al costado para no interferir en la espiritualidad y la pastoral de la Parroquia.
También y como segundo término, pedirte licencia por un año, para no ejercer el ministerio, quiero tomar distancia, no he perdido la fe, pero debido a tus actitudes y la del clero paranaense, me parece oportuno este periodo para salir del medio de esta situación que para mí es muy desagradable.
Por otro lado, te sigo insistiendo en la necesidad de madurar como presbiterio para poder ser auténticos y aclarar muchas situaciones que siguen siendo turbias, con respecto a comportamientos totalmente inapropiados de muchos sacerdotes con doble vida, que tienen, mujer, hijos, el problema de la homosexualidad y pedofilia, el uso del poder y del dinero, como así también el problema referente al tema vinculado al fundamentalismo Católico, que sigue estando presente con su modo particular, reductivo y hasta belicoso de entender el seguimiento de Jesús, del cual has sido parte y es una herida no cerrada en nuestra diócesis.
He querido nuevamente expresarte por medio de estas palabras, como lo hice en otras oportunidades, para que quede claro el por qué de mi solicitud.
Aclaro, además, para no faltar a la verdad, que esta misma carta la haré pública, porque quiero ser yo quien aclare la situación y mi pedido y no haya comentarios, ni conclusiones que no son las que expreso en esta nota.
Sin más me despido y te saludo esperando tu pronta respuesta.

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