Un inspirado Oviedo y una óptima defensa, mostró el dueño de casa en el inicio del match. Sin embargo, no se vio tan claro en sus ataques como para sacar más rédito. Igualmente, el AEC dominó las acciones ante un apresurado y errático Sportivo San Salvador. Atento al bloqueo, tras los yerros desde el perímetro de su rival, el conjunto paranaense fue creciendo de la mano de Ricle y sus triples. Así el local sacó 10 puntos a cuatro minutos del cierre del primer cuarto (16-6) y más tarde estiró aún más la distancia.
En el segundo segmento Pedrazzi empezó a acrecentar el buen momento de su equipo lo que obligó a pedir minuto a Ruiz. El parcial 10-0 del conjunto de Vitale, Memo Rodríguez lo cortó con un bombazo de tres y con un par de apariciones más como para devolver cierta tranquilidad (33-20). Echagüe volvió a relucir su supremacía y su ímpetu para, de la mano de Ricle y Meza arribar al descanso largo de la mejor forma.
La distancia conseguida, que fue estirando a medida que pasaron los minutos, le permitió a Echagüe manejarse con tranquilidad. La falta de Gustavo Souto no se sintió ni en ataque ni en defensa. En este último punto el AEC hizo mucho hincapié con buenos resultados.
Pero la reacción de la visita era de esperar y llegó sobre el cierre del tercer lapso, en base a una defensa zonal. Jugado a llegar con un mejor panorama a la última parte, cuando los de Paraná sacaron la máxima de 25 puntos (64-39), Sportivo empezó a quebrar la marca del dueño de casa y a relucir las fisuras que, hasta aquí, el Negro no había tenido.
Con Cuberli, Wall y Pedrazzi, en el comienzo de los 10 minutos finales, la visita metió una ráfaga de 20 a 0 y volvieron a tener signos de vitalidad (64-59). En Echagüe, la ciclotimia que el equipo viene sufriendo en lo que va de la campaña reapareció y de no ser por lo hecho en los primeros 28 minutos, o porque un nuevo cambio de ánimo llegó sobre el epílogo, quizás lo hubiese pagado más caro, señala El Diario.