El nombre de Leyla Perazzo surgió en una entrevista que dio Oscar Kopaitich a El Diario, y que luego fue ratificada en la sede judicial. El militante peronista dijo que Perazzo lideraba una organización dedicada a la comercialización de hijos de desaparecidos, desde su rol de jefa de la Policía de Menores y que al mellizo varón se lo entregó una celadora de esa estructura al ex agente de inteligencia del Ejército Paúl Alberto Navone.

Aquella vez, Kopaitich aseguró que al mellizo “lo atendieron en el Instituto Privado de Pediatría (IPP) y de ahí fue a parar a la casa de Norma Ramos, que era una celadora de la Policía de Menores de Rosario y tenía una casa en la zona sur, adonde iban a parar todos los bebés para después negociarlos. De eso se ocupaba una abogada, Leyla Perazzo, y el precio variaba según las características fisonómicas de los chicos. Ahí fue a parar el hijo de Raquel Negro y de ahí lo sacó Navone”, fueron las palabras que utilizó. El militante residente en España fue más allá al manifestar que Ramos era, a la vez, “el nexo entre Perazzo y la patota” del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario.

Testimonio

Perazzo llegó minutos antes de las 11 al Juzgado Federal de Paraná, acompañada por su marido, y se dirigió directamente al primer piso para esperar al juez Gustavo Zonis. Su declaración testimonial se extendió por casi dos horas y allí admitió haber tenido contacto con niños derivados de procedimientos represivos, aunque aseguró que en todos los casos en los que intervino los chicos fueron derivados a la Justicia de Menores y luego entregados a sus familiares. Citó, por ejemplo, a los hijos de Jaime Dri, el dirigente que compartió cautiverio con Raquel Negro y Tulio Valenzuela en la Quinta de Funes y que el año pasado declaró en el juicio por la apropiación de Sabrina Gullino, la otra melliza, que recuperó su identidad en 2008.

En su declaración, Perazzo aclaró que no estuvo a cargo de la Policía de Menores, sino que desempeñó un cargo administrativo entre noviembre de 1976 y agosto de 1977, por lo descartó haber tenido intervención en el caso del mellizo de Raquel Negro. Dijo además que en la estructura de la Policía de Menores había tres secciones: femenina, masculina y central y que ella trabajaba en la sección femenina, adonde recibían a los niños derivados de procedimientos militares y chicos en situación de calle. Norma Ramos -que declaró el viernes aunque como imputada por sustracción de menores y sustitución de identidad- también se desempeñaba allí, como celadora.

Estos datos contradicen lo que había manifestado a Carlos Del Frade en una entrevista que el periodista transcribe en su libro El Rosario de Galtieri y Feced. “Yo estuve en la peor época… dos o tres años”, le dijo Perazzo el 14 de febrero de 2000. Allí también señaló que por la sede de la Policía de Menores llegaron a pasar “como 60” chicos provenientes de manos de grupos de tareas del Ejército.

El abogado querellante Álvaro Baella indicó que “ella dijo que tenía conocimiento de que muchos niños que llegaban a la Policía de Menores venían de operativos en los que estaban involucrados presos políticos y que sus padres podían estar en condición de desaparecidos; pero aseguró que en todos los casos en los que le tocó intervenir, los chicos eran derivados a la Justicia de Menores y retirados por sus familiares”.

Asimismo, el representante de Abuelas de Plaza de Mayo señaló que “Perazzo dijo que se sospechaba que eran chicos procedentes de operativos con presos políticos porque en los partes policiales que se recibían en la Policía de Menores se dejaba constancia de que eran niños provenientes del Destacamento 121 de Inteligencia, y dejó en claro que se refería a operativos en los que había intervenido el Ejército”.

“Policía fantasma”

Leyla Perazzo es abogada y retirada de la Policía. Ingresó a la fuerza en 1963, fue directora de Asuntos Internos entre 1998 y 2003 y jefa de la Policía de Santa Fe durante el segundo gobierno de Jorge Obeid (PJ), entre 2003 y 2007.

En su declaración, expresó que durante la dictadura funcionaron en Rosario dos policías: una Policía que cumplía las funciones tradicionales y otra a la que denominó “policía fantasma”, que operaba clandestinamente, cuyo centro neurálgico era la Jefatura de Policía a cargo de Agustín Feced, y que esa estructura tenía al resto de la fuerza “bajo un estado de terror”, afirmó.

La mujer admitió también que supo de enfrentamientos fraguados, con personas que eran detenidas en forma clandestina y luego aparecían en “procedimientos podridos”, según dijo. “Da la pauta del manejo que tenía Feced de la policía fantasma. Feced no entendía de papeles; operaba de noche; era quien mandaba en esa policía fantasma o paralela”, afirmó Perazzo en otro tramo de su declaración, que podría servir ya no para la causa denominada “NN Facundo” sino para las que se instruyen en Rosario.