Para muchos es el jugador más importante de la historia de Patronato. Y este domingo lo reafirmó, sufrió los malos momentos del club y fue clave para este presente glorioso para el equipo paranaense, da cuenta El Diario.
Se trata de Sebastián Bértoli, quien como otras tantas veces, se convirtió en héroe y contuvo el sexto remate a Santamarina. Voló abajo, hacia su derecha y le detuvo el disparo a Juan Gáspari, lo que desató la locura y algarabía del pueblo Santo, que celebró eufórico el ascenso a la máxima división del fútbol argentino.
“Nunca bajamos los brazos y tuvimos hombría para poder igualar la serie y después, en los penales, tuvimos la hombría para patear y no errar”, dijo el arquero en el comienzo de sus palabras.
Y prosiguió que “nos tocó sufrir mucho y ya estoy grande, me pongo sentimental. Es una alegría enorme porque cumplimos el sueño de mucha gente, que hizo un esfuerzo enorme. No me quiero olvidar de nadie, con los dirigentes la venimos remando desde hace mucho tiempo, tenemos apoyo de muchos sectores y somos un grupo muy noble, desde el utilero hasta el más grande”.
Y cerró: “Queríamos la gloria, nos aferramos a ese sueño y todos los inconvenientes que tuvimos que pasar los fuimos superando. Es merecido por el torneo que habíamos hecho”.
Para la finalización el Seba contó que “recibimos el mensaje de optimismo durante toda la semana. Hace 12 años que estoy en el club y nunca hubo un plantel que merezca el ascenso tanto como este”.
En la culminación de sus palabras destacó que “la gente vio el partido en Tandil y estaba confiada de que podíamos revertir la historia y lo hicimos. Estamos todos muy felices porque fue merecido; ahora nos toca disfrutar con la familia y toda la gente”.