En el arranque, el Pincha lució más agresivo y buscó tomar las riendas con la presión de su mediocampo y el talento de Enzo Pérez. A Independiente, que mantuvo su 3-4-2-1 pese a sus bajas, le costó generar juego en los primeros 15 minutos. Y durante esa leve supremacía local, Navarro fue héroe y casi villano. El correntino disipó un intento de Pereyra, pero luego casi pierde la pelota ante Pérez.
Pero el Rojo comenzó a mejorar desde su activo tridente ofensivo: Gracián, Villafañez y Parra. El Tano se vistió de conductor y encontró como socios al movedizo ex CAI y al voluntarioso delantero. A los 28’, Parra festejó la apertura el marcador, pero el línea insólitamente invalidó el gol por una nula posición adelantada.
Enseguida, Gracián generó peligro con un tiro libre. A su vez, los carrileros Vélez y Mareque lucieron atentos en las bandas. Si Estudiantes fue el mejor en la primera parte, Independiente lució más preciso en el resto del periodo inicial. En el primer minuto de descuento, llegó el premio para el esfuerzo del visitante. Galeano se iluminó y clavó un golazo de zurda digno de un enganche lujoso. El zaguero combinó con Gracián, se perfiló para rematar y venció a Orión con un disparo lleno de comba.
Como un león herido, Estudiantes fue a la carga en el inicio del complemento y tuvo dos momentos ideales para igualar. A los cuatro minutos, el mendocino Pérez derrochó tres chances en una sola jugada. Y cinco más tarde, un cabezazo salvador de Parra sobre la línea evitó el gol de Desábato. Más tarde, Mohamed dispuso el ingreso de Battión por Gracián para reforzar la marca en el mediocampo.
Los roles de los protagonistas quedaron muy claros. El Pincha ostentó la iniciativa, pero desnudó su excesiva Pérez-dependencia y le costó demasiado generar peligro. Y en cada réplica del Rojo, Parra mostró el camino a pura guapeza. El partido se definió a los 31 minutos: el ex Chacarita comandó un avance y tocó para Villafañez, quien eludió el cruce de Desábato y no perdonó a Orión.
Con aplomo y solidez, Independiente prácticamente le dijo adiós a ese fantasma de la Promoción que amagó con complicarle el futuro. Sin el talento desequilibrante del Patito Rodríguez pero con el empuje de Parra, los dirigidos por Mohamed dieron otra gran muestra de madurez y disiparon las nubes grises de su firmamento.
Precisamente, la tormenta arrecia en el cielo de Estudiantes, totalmente desorientado y con la continuidad de Berizzo pendiendo de un delgado hilo, señala TyC Sports.