Yo desde aquí de mi cansado remis me pregunto: ¿es necesario tanta actuación y tanta hipocresía? ¿Por qué nos subestiman tanto a los que les pagamos finalmente la fiesta? En fin, para concluir esta catarsis les cuento con una sonrisa triste a esta gente que gobierna que tenemos que votar todavía. Por ahí, si ese día estamos bien, nos alcanza para pagar las cuentas y está lindo el día le damos una lección para que vean que no les creemos nada.
Mientras tanto, tenemos el fútbol que, en este bendito país, cumple innumerables funciones que desnaturaliza a este hermoso deporte, que simplemente tiene como objetivo llenarnos de emoción cuando se lo juega bien y la pelotita entra en el arco. Esta es la función específica de este juego, pero los argentinos le hemos encomendado tareas mucho más sofisticadas a este deporte, como por ejemplo utilizarlo como un elemento de distracción para cometer los más las más variadas irregularidades en el Estado.
Titi Gavilán
Remisero
Paraná