La fiscal de cámara Susana Lacorazza solicitó ayer la pena de seis años de prisión para el santafesino Marcos Darío Larrea por el delito de Robo calificado en grado de tentativa. El hecho, común y regular en los Tribunales de Paraná, adquirió ribetes más importantes porque el acusado, cuando perpetró el ilícito el 9 de enero en horas del mediodía en el mercadito de calle Gutiérrez, no sólo sufrió una paliza propinada por el dueño del local, que se defendió junto a otros trabajadores y vecinos que colaboraron en la detención del delincuente para luego ponerlo a disposición de la Policía, sino que además el acusado del delito tenía en sus espaldas un pedido de detención de la Justicia de Santa Fe por encontrarlo responsable del asesinato de un policía en la vecina provincia.

En la sala

Larrea ayer se enfrentó a la Sala I de la Cámara del Crimen, que le impuso los motivos del juicio. Juan Ascúa, Felipe Celli y Ricardo González siguieron con atención las respuestas graciosas y risueñas del santafesino, que en todo momento demostró tener un buen semblante y gozar de un buen sentido de humor, a veces innecesario y desubicado.
Lo cierto es que se le recordó que en la etapa de instrucción quedó demostrado que Larrea ingresó al mercadito Romero ubicado en Gutiérrez al 1900 de Paraná. Con un revólver calibre 38 intentó reducir al dueño del comercio, lo golpeó y le extrajo algunos elementos de valor, sin embargo la víctima del atraco no se amilanó y se trabó en lucha con el muchacho.

Un distribuidor que se encontraba en el lugar colaboró con la resistencia y allí el delincuente disparó al menos en dos oportunidades, sin herir a nadie. Tras algunos momentos de tensión Larrea perdió el arma y cayó al piso, esto fue aprovechado para ser tomado por las víctimas del intento de robo y allí algunos vecinos le propinaron una golpiza, que motivó que, de acuerdo a los dichos de algunos presentes, Larrea solicitara ayuda a la Policía que llegaba al lugar. En definitiva fue detenido con lesiones y magullones en distintas partes del cuerpo.

Según Uno, en el juicio Larrea reconoció ante el tribunal que él ingresó con fines de robo. Pretendió quitarle la billetera, pero aclaró que nunca usó un arma de fuego. En la explicación, inconsistente, informó que cuando se encontraba en el suelo llegaron tres policías que le colocaron en la mano un revólver y se lo dispararon.
Remarcó que a causa de la golpiza perdió el conocimiento y se despertó envuelto en sangre.

En la Policía el acusado dijo llamarse Enzo Vicentín, pero con posterioridad se estableció su correcta identidad. Larrea tenía pedido de captura de la Justicia de Santa Fe luego que se lo involucrara directamente en el asesinato del cabo de Policía Cristian Magán, ocurrido en la vecina ciudad capital el 30 de octubre de 2004. A causa de esa situación escapó a Paraná y se recluyó en la Villa 351. En la actualidad Larrea se encuentra detenido y procesado en la cárcel de Coronda.

Alegatos

A la hora de los alegatos, la fiscal Lacorazza no creyó un ápice los dichos de Larrea, por lo que sumado a la “peligrosidad”, del hombre, consideró oportuno condenarlo a la pena de seis años de prisión por el delito plenamente establecido y acreditado por los dichos de las víctimas y testigos.

Sin embargo, el defensor oficial Alberto Silva Velazco entendió que al existir varias irregularidades en el proceder de los policías y no estar confirmado el uso de arma de fuego, se debería absolver a Larrea del delito en cuestión. Tras marcar que acudiría en Casación ante un fallo adverso a su defendido, consideró que podría caber la hipótesis de Tentativa de robo simple.

El tribunal deliberará hasta el martes 13 a las 7.30, cuando dará a conocer el fallo.