Transcurría el primer round de la pelea entre Ramón Lovera y Wenceslao Mansilla por el título Argentino Súper Mediano, cuando un cabezazo del paranaense le impidió a Lovera seguir boxeando por alegar falta de visión y mareo. El árbitro Antonio Zaragoza no tuvo más remedio que aplicar el reglamento y descalificar a quien cometió la infracción y el púgil paranaense quedó descalificado.

“La verdad que no puedo creer que se pueda generar dudas en tratar de pegar con la cabeza, es imposible y me llama la atención porque no tengo la culpa que mis rivales sean más altos”, explicó Mansilla en declaraciones a Canal 11.

Y siguió: “Mi forma de pelear es siempre tratar de achicar distancias, entonces cuándo frenan de golpe o me enciman para evitar un ataque mío se da eso del  cabezazo. O por ahí como soy de tirar el golpe muy volado puedo llegar a pegar en la nuca sin querer, pero son estilos de peleas, cuando un zurdo pelea con un derecho también, el choque de cabezas o el choque de las piernas y el tropezón es común y todo el mundo del boxeo lo sabe”.

Más adelante, sobre la explicación del árbitro, Mansilla dijo: “Me dice que no hay intención, pero tiene que terminar la pelea igual porque el rival no puede seguir, lo que yo no entendí y nunca me supo explicar es por qué me daba la pelea perdida por descalificación siendo que eran 20 segundos de pelea y podría darla tranquilamente sin decisión y no perjudicarme a mí con el fallo. Si la pelea era sin descalificación el campeón seguía con el título pero no me perjudicaba a mí”.

—¿Habrá revancha?

—La gente de la promotora estaba sorprendida y bastantes indignada porque querían hacer la pelea. Me estaban diciendo que la intención de ellos es que hagamos una revancha así que por ese lado un poquito más tranquilo. Si me hubiera ganado lo felicito, pero terminar así…

—¿Creés que Lovera exageró?

—Le faltó un poco más de actitud (risas), me he levantado quebrado, he peleado cortado con las cejas inflamadas, me han hecho tres o cuatro puntos después de las peleas y para mí es algo súper normal. Estas actitudes no las comparto y menos cuándo soy el principal perjudicado.