Hugo Remedi

“La interna justicialista va a marcar el ritmo político de los próximos dos años y espero que el gobernador la sepa manejar para no poner en jaque la gobernabilidad”, advirtió el diputado nacional electo Emilio Martínez Garbino (NEE-Gualeguaychú). Dijo que el documento de la Conferencia Episcopal no es golpista y marca con exactitud lo que está ocurriendo, y que estamos en una sociedad con ciertos niveles de hipocresía y que tiene sus esquizofrenias. Reflexionó que la nueva ley de coparticipación tiene que combatir las desigualdades y lograr que los gobernadores tengan mayor independencia, y opinó que lo que tiene que existir acá es un debate sobre la pobreza. Aseguró que el adverso resultado electoral no lo golpeó con dureza y que es muy temprano para hacer conjeturas sobre candidaturas de cara a 2007. Objetó la designación de Jorge Kerz y finalmente se mostró confiado en que muchos radicales a partir de ahora se integrarán al Nuevo Espacio Entrerriano.

-¿Es golpista el documento de la Conferencia Episcopal?
-No, es un documento que marca con exactitud lo que está ocurriendo, lo que de alguna manera se viene denunciando en el país por parte de muchos sectores. Nadie puede ignorar que hay 15 millones de argentinos por debajo de la línea de pobreza. Pero te doy datos: en el año 93 había 1.000 empresas que generaban el 17 por ciento de la riqueza nacional. A 12 años, en el 2005, 100 empresas son las que generan esa misma magnitud de riquezas y esto habla de la fuerte concentración. Además, el 84 por ciento de esas empresas es extranjero, y a eso agregale que el mundo de la exportación, hoy en Argentina, el 46 por ciento lo manejan 20 empresas, de las cuales 16 son cerealeras, tres son petroleras, y la rara avis en ese grupo es Toyota.

-¿Y por qué creés que el gobierno nacional reacciona tan fuerte?
-Algunos sectores del gobierno tienen una reacción, digamos, espontánea porque de alguna manera molesta ese documento. Pero creo que otros sectores lo van a recepcionar bien, porque es una aguda observación pero no deja de ser reiterativo lo que se viene diciendo. No sólo por parte de la Iglesia sino por vastos sectores argentinos, ya sean políticos o no políticos.

-En realidad, no es más que un diagnóstico conocido...
-Fijate vos que ahora se va a notar en el tema de los impuestos, los mínimos no imponibles, etcétera, y ahí también corrés el riesgo de que si no se aumenta el impuesto a la riqueza, que va a ser los mínimos, te vas a encontrar con que las mejoras salariales que se dieron con una mano se quitan con la otra. Es decir, yo creo que en definitiva esto lo que está marcando es que no se está debatiendo el tema central en la Argentina, que es el tema de la distribución del ingreso y el tema de la coparticipación, el cómo distribuimos el ingreso entre los diversos sectores sociales. Y el otro tema está con relación a cómo se distribuye el ingreso por regiones, porque acá estamos agregando un ingrediente nuevo en la Argentina que es que las brechas en las regiones también son cada vez más grandes. No es lo mismo la Pampa Húmeda que otras provincias, no es lo mismo las provincias del Noroeste o Noreste que las provincias del Sur; es decir cada vez más se van profundizando diferencias regionales que de alguna manera llevan luego a que se resientan muchas políticas públicas.

-¿Va a haber un antes y un después del juicio político al intendente porteño, Aníbal Ibarra?
-No... no sé, francamente no sé. Creo que acá se han complotado muchos elementos.

-¿No es un golpe al gobierno nacional?
-No, no sé si es un golpe al gobierno nacional. Yo creo que esto fue muy mal manejado desde el vamos, desde su inicio, por el propio Ibarra, que finalmente recibe las consecuencias de su mal manejo. Creo que no se tendría que haber llegado a esta instancia de juicio político porque esto pone en permanente jaque a las instituciones.

-¿No es un camino posible o legítimo?
-Si el único camino para resolver la situación de las responsabilidades de los funcionarios va a ser los juicios políticos, evidentemente no es lo ideal. Esto tiene que ser algo excepcional y no puede ser el remedio o la receta universal a partir de ahora para enfrentar cualquier situación donde se vea comprometida la responsabilidad de un alto funcionario. Además, creo, con relación al tema Cromañón, que es la sociedad argentina entera la que debe reflexionar porque todos tuvimos un grado de responsabilidad en lo que pasó, ya sea en forma directa o indirecta desde el funcionario o desde el político, pero también desde aquellos padres que acompañaron a sus hijos a un lugar que no estaba habilitado o que a la vista de cualquier persona no se le podía escapar que estaba entrando a una trampa.

-¿Estamos en una sociedad hipócrita?
-Sí, esta es una sociedad que tiene sus esquizofrenias, tiene sus niveles de hipocresía, y es como que se han bajado los brazos. Por eso yo creo que hoy la tremenda responsabilidad del mundo de la política es tratar de cambiar el mensaje y las actitudes porque creo que quizás desde la política, no solamente de ella pero principalmente desde la política, se ha alimentado ese doble discurso y una cantidad de cuestiones como que hoy la sociedad está anestesiada o es muy permeable a situaciones que en otras instancias no las admitiría jamás. El mejor ejemplo es lo que ha pasado con Borocotó, creo que ese hecho es la expresión máxima de lo que es hoy la moneda de cambio en la política.

(más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)