Álvaro Moreyra
Tan sólo tiene 18 años y mucho futuro por delante. Posee además unas condiciones innatas envidiables. Su nombre es Alexis Jesús Pineda, nació el 4 de julio de 1988 en la ciudad de María Grande y a los pocos días de vida su familia se trasladó a la ciudad de Paraná. El Ruso toda su vida practicó el deporte con más adeptos en nuestro país y a pesar de su corta edad tiene un largo recorrido sobre sus hombros. En Paraná defendió el arco del modesto AUFI, posteriormente, gracias a sus cualidades, hizo sus primeras armas en un equipo importante del fútbol argentino: en las inferiores de Colón de Santa Fe. Entre sus lauros más importantes figura el haber sido convocado por el ex seleccionador de equipos juveniles argentinos, Hugo Tocalli, a un preseleccionado Sub 17 en 2004. Además, fue el guardameta del seleccionado entrerriano en ese mismo año. También se probó en equipos europeos de la talla del Atlético Madrid y el Espanyol de Barcelona. En la actualidad juega en el Real Arroyo Seco, recientemente ascendido al Torneo Argentino A, y la semana entrante comenzará con la pretemporada, que tiene como horizonte llegar a la Primera B Nacional.
-Fue una temporada dura, que pudieron coronar con el ascenso.
-La verdad que sí, en el Apertura con la conducción de Horacio Sirrincione formamos un excelente grupo, en lo deportivo nos hicimos fuertes de local, de visitante perdimos un solo partido. Pero en el Clausura salió todo al revés, se fue el entrenador y los dirigentes se vieron obligados a cambiar de técnico; llegó Ricardo Roldán, comenzamos trabajando bien, pero jamás supimos las causas y también terminó yéndose. Obviamente comenzamos a perder partidos en forma consecutiva y no entramos en el lote de los nueve primeros; hay que agradecer que llegó ese parate de tres semanas y permitió que nos mentalizáramos en el ascenso. Era diferente, porque también tuvimos que adaptarnos a un DT nuevo, ya que llegó Arsenio Ribeca. Lo bueno es que cayó bien en el equipo y con un trabajo serio y ordenado comenzamos a ganar partidos y logramos el ascenso.
-Es decir, ¿no todo fue color de rosas a pesar del ascenso?
-Para nada y lo más triste de todo es que desde todos los ámbitos nos criticaban a los jugadores pero nadie se animaba a decir la verdad, cuál era el verdadero origen de las cosas, por qué duraban tan poco los técnicos. Pero el tiempo nos fue dando la razón y conseguimos el ascenso, que en definitiva era el objetivo que se había planteado el grupo al margen de quién fuera el entrenador.
-¿Quiénes los criticaban tanto?
-Está a la vista que se trata de un club con mucho poder adquisitivo, a ese poder se lo dan los dirigentes, entonces si había inconvenientes en el plantel no se iban a acusar entre ellos, sino que los primeros apuntados íbamos a ser nosotros, eso se cae de maduro. Tan convencidos estaban que hacían las cosas bien, que llegaron a ponernos un psicólogo a nosotros, cuando en realidad tendría que haber sido al revés, ellos eran los que no bancaban los técnicos y las derrotas. En definitiva, tuvimos la suerte de que el tiempo nos dio la razón a ambas partes, nosotros ascendimos y el club también.
-¿Es complicado tratar con los dirigentes?
-Son respetuosos con nosotros, pero fueron claros cuando comenzó la temporada. Me acuerdo que nos dijeron: “Muchachos, el objetivo es ascender y hay que dejar todo para lograrlo; el que no esté capacitado que se baje antes de comenzar y a aquel que nosotros veamos que no está dejando todo, lo bajamos de esta empresa”.
-¿Quieren llegar a Primera?
-Sí y lo más pronto posible, no hay que olvidar que Real Arroyo Seco es un club que se fundó en enero de 2004, es decir en dos años de vida hizo lo que muchos clubes no llegan a hacer nunca.
-¿Cuándo comenzaste a jugar en Real Arroyo Seco?
-En junio de 2005, justo después de que el Real pierde la chance del ascenso directo al Argentino A ante Juventud de Pergamino, viniendo del Torneo del Interior.
-¿Cómo llegaste allí?
-Estuve varios meses viviendo en Rosario, ya que mi representante por ese entonces vivía en esa ciudad y representaba a varios chicos. Teníamos un equipo y bastante seguido jugábamos ante Real Arroyo Seco. Gracias a esos amistosos, Patricio Gorosito, presidente del club, decide comprar el 50 por ciento de mi pase.
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