F. P.

Mañana a las 21 se presentará Entre Cielo y Tierra, en el Centro Experimental Gloria Montoya (ex-Danhes, Rivadavia al final). Este espectáculo circense es realizado por el grupo La Tribu del Sur, bajo dirección de María José Pacayut Klein y Verónica Nedime Kuttel, y estará nuevamente en cartel el viernes 13 y el sábado 14.

En diálogo con ANALISIS, Pacayut contó que este grupo independiente se formó a partir del Taller de Circo que ella guía, avalado por la Subsecretaría de Cultura de la provincia, y que se encuentra en su tercer año.

-No es la primera vez que presentan esta obra...
-Pero el año pasado fue en carácter de muestra anual. Nos unimos con los estudiantes de Danza contemporánea de la Escuela de Música, Danza y Teatro y con gente de acrobacia de María Elena Vásquez, que este año no van a estar. Y ahora surgió por la interacción de varios artistas. Ariel Dutria hace la música y se sumó Eduardo Ramírez para el vestuario, cuyos ornamentos son reciclados; él trabaja con reciclaje y hace trajes de comparsas. La inspiración surge a partir del Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, pero está totalmente amasado.

-¿Qué técnicas desarrollan?
-Utilizamos mucho la técnica circense, vista desde una perspectiva muy performática. No es el tradicional sino el nuevo circo, que también se mezcla la danza. Son trabajos coreografiados. Se usa mucho el aéreo, trapecios y tela, y en el piso acrobacia, danza, malabares, el swing, la cinta, pelotas.

-En Paraná, ¿son los únicos que realizan este arte?
-A ese nivel performático, circo espectáculo, sí. El circo también se está viendo en la murga pero nosotros trabajamos un lenguaje totalmente distinto, sale desde la pura investigación, como una mutación a partir de lo que cada uno crece. Es importante decir que hay mucho de creación colectiva, está muy trabajado y han surgido propuestas por parte de los participantes. Y es a puro pulmón porque no tenemos un mango y todos estamos trabajando por amor al arte.

-El entrenamiento es un factor importante, ¿cómo lo resuelven?
-En este momento como grupo independiente no tenemos espacio y entonces nos remitimos a re-pelearla. Buscamos la posibilidad de que el Taller de Circo permita que los integrantes viejos puedan seguir en el grupo. Está entrando gente nueva, pero los otros también encuentran ahí un espacio de entrenamiento, todos los martes y miércoles. No sé hasta cuando va a durar porque es un grupo grande de casi 20 personas, entonces el cupo para nuevos es muy limitado. Creo que hay que buscar para el año que viene, necesitamos un espacio para entrenar. Es nuestro problema principal. Pero cuando no hemos tenido lugar, hemos ido al parque y usamos los pasamanos.

-¿Qué grupos podrías nombrar como referentes?
-El más conocido es el Cirque du Soleil, pero yo trato de que elaboremos algo bien autóctono, bien nuestro. Siempre he tratado de no recibir mucha influencia de ellos más allá de lo técnico porque me parece que es demasiado espectacular. Nosotros estamos tratando de transmitir algo más interno. Hay muchos grupos que laburan el nuevo circo, la interacción de las distintas áreas. Está el Cirque Eloise, un poco más under, por ahí ellos tienen un lenguaje más copado, no tan espectacular. Pero creo que Entre cielo y tierra ha surgido totalmente de nosotros, siendo que está Verónica con una visión distinta, ella es coreógrafa. También las ideas de los chicos; el lenguaje es totalmente nuestro. Y a pulmón, lo que significa estar limitado por lo económico.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)