–Oficialistas y opositores. La lista 501, del Frente Justicialista Entrerriano, que encabeza Raúl Barrandeguy, cuenta con cierto hándicap –aunque para muchos también suena a contrapeso– al tener tras sí el Estado provincial y nacional. El simple dato hace que posea información suficiente como para demostrar a la sociedad qué es lo que se está haciendo y qué es lo que se puede hacer. En ese sentido, hay un sin número de aspectos que le ponen viento a favor. El justicialismo nacional y provincial fue la fuerza política que articuló la salida a la crisis que vivía el país en 2001, y ese es un detalle nada despreciable. En esta realización de todo lo que hace a la obra pública se pone en superficie las bondades de la estrategia kirchnerista estableciendo relaciones directamente con los intendentes. Si esa es la situación de base para el oficialismo, a la oposición le toca bailar con la más difícil, es decir, fundamentar propuestas sin contar a pleno con la información que da el manejo del Estado. Aquí vale analizar cómo se las arregla lo que surge como oposición más importante y con mayores posibilidades de disputa. Resulta que hay un perfil de la campaña del Encuentro Cívico y Social que nos hace recordar cuando Raúl Alfonsín, en la campaña electoral de 1983 y en sus primeros meses de gobierno, decía: “con la democracia se come, se cura, se educa”. El transcurrir de su gobierno fue contrastando este mensaje con la realidad. Como se recuerda, la economía del gobierno radical se estrelló contra los golpes de mercado, la hiperinflación trasladó la crisis económica al plano político y Alfonsín tuvo que hacer una entrega anticipada de su gobierno a Carlos Menem.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
–La mano de Busti. Precisamente, Jorge Busti como virtual jefe de campaña, pretende correr al Frente Justicialista Entrerriano de ese punto de confrontación con el Encuentro Cívico y Social. Salvo menciones en cuenta gotas, los candidatos se cuidan de copar la parada defendiendo los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Por eso, el sentido de la propuesta está concentrado en ofrecer al Partido Justicialista como mejor piloto de crisis exponiendo su experiencia para manejar situaciones complicadas. Directamente ligada a esta posición se remarca el temperamento independiente que ha predominado en el peronismo entrerriano respecto a los liderazgos nacionales.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
–Los indecisos meten la cola. Sin embargo, en la cúpula del PJ surgen dudas e incomodidades. Esta tónica de campaña, al gusto de Busti, ha generado más de un malestar en las filas del kirchnerismo puro. Que el ex gobernador en cada acto de campaña meta su adhesión a una posible candidatura a presidente de Carlos Reutemann, es un hecho que irrita la piel de la mayoría de los referentes que hoy por hoy toman a Néstor Kirchner con la figura convocante del proyecto nacional y popular. Días pasados en el medio de una conferencia de prensa, Busti mencionó su intención de armar el postkirchnerismo. Entonces, un caracterizado referente del kirchnerismo amenazó con entrar a promover el postbustismo. Pero bueno, más allá de las rispideces que genera el protagonismo de Jorge Busti en la campaña, en la cúpula del justicialismo provincial empezaron a hacer algunas cuentas que genera intranquilidad. En este marco de campaña que cierra la propuesta de la lista 501 en el círculo del voto justicialista, el nivel de adhesión proyecta un resultado que está entre el 36 y el 40 por ciento de los votos.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
–El voto de De Ángeli. Sabido es que el dirigente estrella del ruralismo entrerriano y figura del mismo movimiento a nivel nacional, ha entrado de lleno en la campaña electoral a pesar que no aceptó ser candidato de distintas propuestas. De todas maneras del dibujo electoral que va sembrando Alfredo De Ángeli sorprende y despista a más de uno. En Entre Ríos fue protagonista directo en la caída de la lista promovida por el Nuevo Espacio Entrerriano al negarle su apoyo y hacer que su hermano Atilio (el otro melli) se bajara del tercer lugar que previamente había aceptado. Luego de este hacer que dejó mal parado a Emilio Martínez Garbino y a su candidato Luis Leissa, “Alfredo” deambuló fijando diferentes posiciones. En un momento le hizo un guiño a Jorge Busti diciendo que el justiticialismo entrerriano no era kirchnerista. Luego, como Busti criticó determinados movimientos del ruralismo, De Ángeli cambió de opinión y poco menos que llamó traidor a Busti. Fue entonces que convocó a votar por cualquier proyecto político opositor.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
–Qué peronismo. Pero bueno, volviendo a De Ángeli, es importante el paso al dar el apoyo a su vecino, Héctor Maya. Durante el paro de cuatro meses que duró el conflicto del empresariado rural, De Ángeli se pegó a un perfil ideológico y programático de izquierda. Dijo que votó como candidato a presidente a Fernando “Pino” Solanas, del Proyecto Sur, en 2007, cuando en el país se eligió presidente de la República y ganó Cristina Fernández de Kirchner. Dijo también que para bien financiar el Estado en vez de gravar con retenciones las exportaciones agropecuarias, había que establecer un duro impuesto a las ganancias y a la renta financiera. Vale remarcar que esta propuesta impositiva es reivindicada por los agrupamientos de izquierda.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
