Por F. K.
El jueves 8 fue el paro internacional de mujeres, llamado a través de campañas y redes sociales como #8M. En la capital entrerriana, la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de Paraná convocó y organizó los aspectos necesarios para que la marcha de esta provincia sucediera de la manera más prolija posible. A las 17, la Plaza 1° de Mayo comenzó a llenarse de mujeres, niños y hombres, de agrupaciones sociales y políticas y de personas que se acercaban por el sólo hecho de sumarse. Las vallas frente a la catedral se instalaron a las 16 junto a los cuatro policías y nadie intentó nada pero cuando, a las 18, inició la movilización quedaron carteles, bombachas y corpiños colgados por doquier. Ciento y cientos de personas marcharon por calle Corrientes, La Paz y Laprida para desembocar frente a Casa de Gobierno, el eterno símbolo estatal adonde llevar los reclamos. Frente a la Municipalidad se realizó una intervención contra el acoso; más tarde desde Tribunales salió una segunda performance artística donde el capitalismo y el patriarcado callaban mujeres, les imponía su opresión; finalmente la danza con fuego marcó el cierre de lo performático que fue, en todo momento, intervenido por palabras de empoderamiento desde las organizadoras y canciones de letras de combate femenino.
¿Cómo sé esto? Porque marché, claro. Sin embargo al día siguiente en Paraná, pero con más fuerza en Buenos Aires o Rosario, las denuncias en redes sociales por la presencia de hombres violentos, inclusive de abusadores que se acercaron a las marchas sólo para que sus víctimas los vieran, no se hicieron esperar. En mi caso fue casi por curiosidad antropológica: quería compartir esa felicidad de la que tantas veces oí hablar. Pero como hombre no es mi lugar, porque mínimamente mi cuerpo es diferente; prometo que no lo voy a volver a hacer.
Quizás por eso mismo, días antes la Asamblea tuvo que repudiar las palabras del gobernador, Gustavo Bordet, que dijo que "no se homenajea a las mujeres haciendo un paro. El mejor homenaje es trabajar, educar a nuestros hijos", y llamó "al dialogo y la reflexión". Quizás también por eso desde la Asamblea se respondió: “Vamos a dialogar y a reflexionar pero entre nosotras y con las muchas compañeras que trabajan en el Estado provincial y denuncian contratos basura y que demoran meses en cobrar. Así como también con las que trabajan en la Nación y el Municipio en las mismas condiciones de precariedad. Al gobernador, a funcionarios, empresarios, sindicalistas, padres, hermanos, maridos, novios y a todos les decimos no es el Día de la Mujer, es el día internacional de las mujeres trabajadoras. Es el día que nosotras paramos el mundo".
Tanto en Paraná como en la provincia diversas actividades artísticas se llevaron a cabo para visibilizar a la mujer en las artes.
(Más información en la edición gráfica número 1074 de la revista ANALISIS del jueves 15 de marzo de 2018)