Memoria Frágil y Priscila, la otra víctima de San Benito

Priscila Hartman

Priscila Hartman fue violentamente asesinada en octubre de 2014, en San Benito.

De ANÁLISIS

Priscila Hartman se fue de su vivienda una noche de octubre de 2014. Fue vista por última vez por sus familiares, antes de partir de su casa en inmediaciones del Hipódromo de Paraná. Esa noche del 23 de octubre, la joven de 20 años, salió en su moto, poco antes de la medianoche, rumbo a San Benito. Iba a ver a quien consideraba su novio: Facundo Bressán, de 18. Nunca se le cruzó por la cabeza que ese joven, que ese mismo día fue padre de una beba con otra chica, tenía un plan perverso, que terminaría con sus sueños. Y con su vida.

“Las últimas horas de Pri. Ella llegó de trabajar y no sabía si salir o no. A las amigas les dijo que no, que estaba cansada. De repente se cambió. Me dijo que ya volvía. Quería ir de short, le pedí que se pusiera un jean. Se fue en la moto de su papá y un casco a un tío. Se despidió y fue la última vez que la vi con vida. A las 6 de la mañana cuando me levanté para trabajar no estaba. Empezamos a buscarla. Mis hermanos me ayudaron a llamar a centros de salud y hospitales. Estando en mi trabajo, una de las amigas me lo nombra a este chico. Llamé a San Benito y no lograba dar con su casa. Como a las 12 del mediodía decidió hacer la denuncia”, relató su mamá, Carina Hartman.   

Carlos Schmunk, oficial de Investigaciones, contó que Facundo Bressán narraba hechos que no coincidían con los hechos. “Lo que decía no era. Culpaba a unos chicos de San Benito. Aportamos elementos que sirvieron al fiscal para ordenar la detención de Bressán. Encontramos la moto de Priscila. Rastrillamos la zona. Al tercer día localizamos el cuerpo de Priscila a la vera de un arroyo”.

 Marcos Rodríguez Allende, abogado querellante, manifestó que el femicidio fue “extremadamente violento”. “Llegamos a la persona de Facundo Bressán que fue quien ejerció esa violencia contra Priscila. Estábamos en presencia de la calificación legal más extrema del Código Penal. Llegamos a una sentencia condenatoria que después fue ratificada en todos los tribunales superiores”.

Bressán la citó a su domicilio. La violó, utilizando su superioridad física y aprovechándose del estado de indefensión de la víctima. La golpeó fuertemente en diversas zonas del cuerpo, le comprimió el cuello, le introdujo un guante en la cavidad bucal y un elemento punzante, causándole con eso sufrimientos deliberados e innecesarios, lo que finalmente le ocasionó la muerte con asfixia por sofocamiento. Luego ocultó el cuerpo de la joven en un campo de proximidades de San Benito y llevó a su casa el casco y el celular. Fue al mediodía del día siguiente que Carina Hartman -la mamá de Prisicila- denunció la desaparición de la joven y ello marcó el inicio de otra historia de sufrimiento y dolor.

Mamá de Priscila recordó que siempre colaboraron con la Policía y los fiscales. “Ellos se portaron muy bien con nosotros. Nos pasaron mucha información hasta que llegó el día domingo y me dieron la peor noticia que una mamá puede recibir”.

El querellante describió los momentos que pudieron reconstruir en la investigación. “Priscila se estuvo mandando mensajes con Bressán desde la tarde. Ella fue a la casa de Facundo Bressán. Tuvieron relaciones sexuales y Bressán comenzó a ejercer estos actos violentos que provocaron mucho sufrimiento y el fallecimiento. En una segunda etapa, Bressán se apodera de los elementos de Priscila y los quiere vender, además de ocultar el cuerpo en el campo que arrendaba su papá. Todos esos elementos nos llevaron a él, el único culpable. En la casa de Bressán encontramos guantes. Faltaba uno de un par y es el que tenía Priscila en la boca. Encontramos también debajo del colchón de Bressán un aro de Priscila. Como si fuera poco, hallamos en la casa lindante la cartera, el juego de llaves, las botas, los anteojos de Priscila. Aún más, encontramos en posesión de Bressán el casco y celular de Priscila”.

El cuerpo de la joven apareció tres días después de su desaparición, en un descampado. Tenía signos de golpes y estaba vestida. Era un lugar arrendado por el padre de Bressán. En la investigación se entendió que después de violarla y asesinarla, le puso la ropa y trasladó el cadáver en la moto. Como si hubiera llevado a un animal. Las huellas de Priscila aparecieron en distintas partes del vehículo. La moto fue hallada a unos 200 metros de la casa de Bressán. Poco antes la había ofrecido a un precio vil, borró datos de los celulares y no dudó en mentir cuando fue citado como testigo. La jueza de Garantías Marina Barbagelata le dictó la prisión preventiva por “homicidio simple”.

La jueza hizo lugar al pedido de los fiscales Juan Malvasio y Álvaro Piérola para que Bressan quedara detenido, ya que podía entorpecer la investigación con su fuga, amenazar a testigos o destruir pruebas.

Además, los fiscales entendieron que por las pruebas recolectadas y el informe preliminar de los forenses, la causa debía ser caratulada como homicidio agravado por violencia de género, ensañamiento y alevosía. La conducta irracional del victimario aparecía claramente en cada una de las acciones.

Guillermo Vartorelli, abogado defensor, expuso cuáles fueron las estrategias de defensa a Bressán. Remarcó que siempre sostuvieron que Bressán no fue el responsable. “Basándonos en elementos probatorios cuestionamos la posibilidad del asesinato en el lugar que decían había ocurrido. No estuvo acreditada la escena del crimen. No salieron rastros genéticos con las pruebas de luminol que se hicieron en el lugar. Tampoco hubo vecinos que hayan escuchado o visto algo. Además Bressán no pudo llevar solo un cuerpo en una moto, durante tantos kilómetros, es físicamente imposible. Fue un punto muy discutido en el juicio”.

“Él la fue manipulando a través de Facebook hasta que logró sacarle el número de teléfono”, apuntó su mamá. “Priscila le contó a su tío que se iba a encontrar esas noche con esta persona. Ellos ya se conocían”, acotó Rodríguez Allende.

Debate

El juicio oral contra Facundo Bressán se inició en agosto de 2015. Lo llevó adelante la Sala I del Tribunal, integrada por los jueces José María Chémez, Miguel Ángel Giorgio y Elvio Garzón. Había una lista de 70 testigos, pero fueron menos los convocados finalmente y varios abogados, entre querellantes y defensores. Uno de los citados a declarar era el entonces intendente de San Benito, Angel Vázquez, por un extraño episodio sucedido esa noche del crimen. Los familiares de Priscila Hartman se ubicaron en las primeras butacas. Eran la imagen del dolor y la impotencia. Pero querían mirar de cerca a quien era acusado de asesino y feminicida.

“El tema del juicio fue, pasaron todos los testigos, algunos que habían presentado ellos faltaron a la verdad, dijeron cosas que no eran como que había estado en una reunión cerca del club Palermo, que la habían visto ahí y no fue así tampoco. Nosotros presentamos la mayor cantidad de testigos que pudimos, conseguimos la mayor cantidad y el juicio se fue dando a favor nuestro entre lo que declararon testigos y las pruebas que había, que lo incriminaron a él. Yo siempre supe que el culpable había sido él, no había otra persona. En casi todas las sesiones estuvo. Sé que en una de las sesiones no estuvo. Pero en la mayoría sí estuvo presente. Frío, ni un gesto, nada, jamás se arrepintió. Nunca lo escuché decir que pidió perdón o algo, ni él ni ninguno de los familiares que tampoco hablaron con nosotros, que nos podían haber dado el pésame aunque sea, nada. Pienso que los familiares sabían que él fue el culpable”, describió Gustavo Arredondo, papá de crianza.

“Nunca. Él jamás miró para el lado donde estábamos nosotros, nosotros esperábamos para entrar a la sala donde era el juicio y siempre con la cabeza baja, jamás miró para el lado donde estábamos nosotros. Me hubiese gustado hablarle y preguntarle por qué lo hizo”, recordó.

Vartorelli agregó que hubo en el juicio “otros elementos también muy importantes como ser, hubo un informe forense de la perito oficial del STJ que indicaba que la muerte tenía unas características tan espantosas en cuanto a la mecánica del femicidio, las lesiones producidas en la víctima que evidentemente era obra de alguien con características psicopáticas, el autor o los autores eran psicópatas. El mismo forense que señalaba esa característica en el autor, al mismo tiempo señaló que habiendo entrevistado a Facundo Bressán no contaba con características psicopáticas, es decir no era un psicópata. Eso es algo que sumamos también a nuestra defensa. Ese fue un punto muy fuerte. Tan fuerte fueron esos puntos de discusión y tan dura la pelea entre las posturas contrapuestas en el juicio, que fiscalía termina reconociendo en casación que es cierto que no estaba demostrado o podía no ser lugar de la muerte pero era indiferente a los fines de castigar el hecho. También decía que es cierto o muy probable que no haya sido una persona o que intervino más de una. Y estoy recordando otro punto muy importante. En el pantalón de Priscila se halló material genético compatible con un hombre que no se corroboró como perteneciente a Facundo Bressán”. 

Los integrantes de la Sala I condenaron a Facundo Bressán por el delito de "homicidio calificado por alevosía, criminis causa en concurso real con robo".

Los magistrados, presididos por José María Chemez, hicieron un anticipo de sentencia frente a un auditorio conformado por periodistas, fotógrafos y familiares directos de ambas partes, lo que se extendió por más de una hora. Afuera del palacio de Tribunales, un grupo de amigos y familiares esperaba con carteles pidiendo Justicia. Los abogados defensores siguieron insistiendo con la inocencia de Bressán y anunciaron apelaciones a la sentencia.

En el fallo, el tribunal agregó que "si bien no hubo pruebas concretas, la acusación es lógica y coherente", y aseguró que "las pruebas no pueden dividirse en su peso probatorio, deben ser analizadas en su conjunto" por lo que "el autor del delito es el imputado Bressán".

Entre los elementos acusatorios más importantes se encontraban las conversaciones por Whatsapp entre la víctima y el imputado, y los mensajes entre Bressán y un grupo de amigos donde el joven ofrecía una moto y un celular.

El tribunal reconstruyó los hechos en base a la declaración de testigos y sostuvo que "hubo mensajes entre ambos", y que Priscila "fue al encuentro" pero su familia "no sabía de la relación", ya que la joven "le había contado de Facundo (solamente) a las amigas".

Los jueces remarcaron que "fue un hecho alevoso", ya que se trató "de un ataque artero que sorprendió a la víctima", y que Priscila luchó "por respirar y seguir con vida".

Los jueces Chémez, Giorgio y Garzón condenaron a reclusión perpetua a Bressan.

El papá de Priscila la recordó “siempre alegre, contenta con amigas, muy amiguera, siempre venían las chicas a casa, para salir. Siempre estaba de buen humor. La recuerdo así”.

“Ella era, alegría, ella entraba y era entrar cantando, o siempre estar vamos arriba, era una chica que le gustaba reunirnos en familia, estar reunidos con todos. Tenía un montón de amigos, no tenía problemas con nadie, le gustaba compartir, le gustaban los animales, amaba los animales, en su persona era muy coqueta, siempre estaba que bien peinada, maquillada, sus uñas impecables, no sé, no sé qué más decirte, era especial”, expresó su mamá.

Desde ese día de la sentencia, Priscila, quizás, comenzó a descansar en paz. Pero sus padres siguen soñando con aquella joven trabajadora y buena compañera. La que por amor se entregó a una pesadilla, de la que nunca más pudo salir.

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