En este año signado por la crisis y la pandemia, una vez más Argentina despide gente.  Pese a las restricciones, cada vez son más los argentinos que buscan otra vida en el exterior y deciden emigrar. Familias enteras que van tras un sueño o buscan un futuro distinto. Un informe de Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) indagó en esta cruda realidad de los que se van para no volver y las dificultades que ello implica.   

Es común ver, en los últimos tiempos, en redes sociales, numerosos casos de argentinos que se van a vivir al exterior. Instagram, Twitter, Facebook son los medios que utilizan para dejar sus mensajes y fotos de despedida, con sus pasajes en mano.

Desde hace varios meses se viene informando de una corriente migratoria que iría en aumento, como consecuencia de la profundización de la crisis económica y la falta de perspectivas. No obstante, no hay registros confiables que confirmen ese hecho y sólo se pueden tener aproximaciones a la realidad por distintas formas.

Por ejemplo, la baja de los registros en la AFIP, para dejar de tributar impuestos en el país, la oleada de ventas de propiedades en zonas de alto poder adquisitivo, el crecimiento de matrículas de alumnos argentinos en colegios privados en países como Uruguay o el aumento de consultas y trámites en diversas embajadas, son señales que pueden mostrar la existencia de ese fenómeno. Nada es concluyente.

Emigración en números

Según los últimos datos publicados por la ONU, Argentina tiene 1.013.414 emigrantes, lo que supone un 2,26% de la población de Argentina. Si lo comparamos con el resto de los países vemos que tiene un porcentaje de emigrantes medio-bajo dentro del ranking de emigrantes.

En los últimos años, el número de emigrantes argentinos aumentó en 36.205 personas, un 3,7%.

La emigración de Argentina se ha dirigido especialmente a España, donde va el 25,65% de las personas; Estados Unidos, con el 21,24% y seguido de lejos por Chile, con el 7,18%.

Según este reporte, con las mujeres que dejan el país que los varones: hubo 523.322 mujeres que dejaron Argentina, un 51,63% del total de emigrantes mientras que los emigrantes varones fueron 490.092, que suponen el 48,36%.

Testimonios

Claudia Passarella es una concordiense que vive hace muchos años en Italia y hoy es gestora de ciudadanías en ese país. Según su experiencia, la emigración “se ve mucho más que años anteriores. Ante era muy raro que una familia dejara todo para irse a Europa, eran más los chicos, los jóvenes quienes querían conocer otras cosas y se instalaban en Europa porque antes era mucho más fácil, pero hoy no es tan fácil estar en Europa sin papeles, sin la documentación reglamentada”.

“Hoy en día lo que vemos es que hay familias que vienen a tener otras posibilidades, otra calidad de vida. Muy pocos vienen para hacer la ciudadanía y marchar de nuevo a la Argentina; la mayoría vienen para hacer su ciudadanía italiana y quedarse a vivir en Italia o irse para España”, contó ante Cuestión de Fondo desde Calvello, Italia.

“Venir gente con trabajo es muy difícil, son pocos los que puedan llegar a Europa sin documentación y con trabajo. Es muy raro, aunque los hay. No solo de Entre Ríos sino también me contacta gente de Córdoba, de Mendoza, de Buenos Aires”, refirió. Y reiteró que “cada vez son más los argentinos que se quieren ir, y muchos son de Entre Ríos”.

También comentó sobre los motivos y el sentimiento que embarga a quienes deciden emigrar de Argentina: “Muchos han tenido empresas o negocios que quebraron o tuvieron que cerrar, no les alcanza la plata, quieren un futuro mejor para los hijos. No sé si vienen con bronca. Pero es difícil el desarraigo, tener hijos en un lado y en otro, el decidir dejar una familia, dejar una vida para empezar otra, no es fácil. Creo que la gente busca un futuro mejor o ver estabilidad”.

Por otra parte, el propietario de la agencia de viajes y turismo ParanaTur, Edgardo López Osuna, confirmó que “mínimo 15 a 20 personas que se han ido o que están intentando irse a vivir al exterior atendimos” y comentó que “llama la atención la cantidad de gente que se va a México, sobretodo chicos jóvenes; atendimos a familias que se iban a Inglaterra y España, Brasil y Estados Unidos que siempre es atractivo”.

“Pero lo más llamativo, que antes no lo tenía es México. Hay una zona que es el caribe mexicano como Tulum o Playa del Carmen donde los argentinos consiguen fácilmente trabajo; chicos jóvenes son muy bienvenidos porque en general tienen una mejor presencia que el mexicano y los buscan para trabajar en atención al público, hotelería, gastronomía”, explicitó.

“Y hay otro destino que está dentro de Europa –que es un destino estacional- donde se nota también que buscan cocineros y gente de hotelería que es Andorra, es un centro de sky similar a Aspen en el norte de Estados Unidos, y es muy atractivo porque pagan muy buenos sueldos a chicos jóvenes que tienen una profesión como cocinero. Esto ha provocado una mini migración, se van normalmente en noviembre, trabajan hasta la emporada de invierno de allá, y en marzo buscan trabajo en otra cosa para subsistir hasta que vuelve la temporada de nieve”, puntualizó.

En primera persona

Jorgelina Cabo y Julián Breser son de La Pampa y viven juntos desde hace varios años. Primero en Buenos Aires donde debieron efectuar cuarentena cuando comenzó la pandemia y desde el 4 de agosto en Málaga, adonde viajaron para cumplir un sueño. Jorgelina es profesora de tango y flamenco y siempre deseó profundizar su conocimiento sobre esa típica danza española.

Desde España, contaron a Cuestión de Fondo las peripecias que tuvieron que pasar para poder viajar y las ansiedades y contratiempos en los momentos previos a abordar el vuelo en Ezeiza en pleno periodo de pandemia. “Fueron varios días sin dormir porque había comentarios de que en España no iban a poder quienes no eran residentes habituales, así que no supimos si íbamos a poder viajar hasta último momento”, contó Jorgelina.

Además, comentaron que desde Málaga, intentan darle una mano a la gran cantidad de personas que en los últimos meses les consultan para poder dejar Argentina: “En las redes tenemos un canal que hicimos para nosotros, para la familia y para quienes necesiten ayuda como necesitamos nosotros; así que pensamos en hacer algo para divertirnos nosotros y para mostrar lo que hacemos –que se llama Perdidos con Ritmo tanto en Instagram como en YouTube- y por allí es donde más encontramos personas muy interesadas en conocer cómo llegamos acá. Tuvimos cientos de consultas de gente que se conecta con nosotros desde Argentina y está en ese proceso, y preguntan dos o tres cosas: hay trabajo, dónde puedo vivir, cuanto sale vivir”.

No obstante el sentimiento de estar cumpliendo su sueño, ambos hablaron de lo difícil que es dejar la familia, los amigos, la vida ya organizada. 

“Hemos visto de todo, está la persona que huyó de Argentina, sobretodo de las grandes urbes, algunas personas con experiencias feas que les robaron varias veces o los apuntaron con armas, sobre todo en Buenos Aires y Rosario. Nuestra experiencia es que vimos personas que emigraron hace años, no solo ahora por la pandemia, y fue para lograr mejor calidad de vida, pero eso también se puede conseguir dentro de Argentina; y en nuestro caso particular como muchos otros que viajaron para seguir sueños que no tienen que ver con alejarse de la realidad argentina”, reflexionó Julián.

En este sentido, advirtió: “Algo que lo planteamos desde un principio, es que no hay que irse resentido del lugar donde te vas, porque si llegás a cualquier parte de Europa y te va mal, por cualquier razón que sea –discriminación, o porque tu expertise no sirve para nada y no encuentres trabajo o que los papeles no salgan- quedás varado en la nada. Porque te vas odiando de donde saliste y no te aceptan o no terminas de encajar adonde llegaste, entonces quedás en un lugar donde te mata la frustración. Por eso aconsejamos irse por una decisión para hacer algo de uno, más allá del contexto general del país, porque es mucho más difícil remarla si estas en esa situación”. 

Jazmín Fiscarelli tiene 18 años y acaba de terminar la escuela secundaria en Paraná, de donde es oriunda. Desde que hizo un viaje de intercambio hace unos años, decidió que su destino sería vivir en Europa. “Primero me gustaba porque era otro lugar, otra cultura, gente diferente, otro idioma pero también por la situación de Argentina; se sabe que no estamos en la mejor situación y siempre vi que afuera la gente que se iba progresaba y le iba mejor”, analizó la joven a un día de llegar a Calvello, en Italia.

Consultada por las dificultades a la hora de emprender viaje, sostuvo: “Por suerte mi familia, especialmente mis papás me pudieron apoyar no sólo en la decisión y en hacer papeles sino también económicamente porque lamentablemente no es algo que se pueda hacer si no se está en una situación económica determinada”.

También contó que muchos de sus jóvenes amigos plantean como objetivo irse del país: “Tengo una amiga que también está en Italia y se vino a trabajar. Antes de irme en Argentina cuando me preguntaban mis amigos y les contaba sobre mi plan, muchos me decían que también tenían ganas de irse y esperaban estudiar y terminar una carrera en Argentina y después irse y trabajar en Europa”.

Conclusión

Históricamente Argentina ha sido un país con una tradición de bienvenida, un lugar de brazos abiertos donde los inmigrantes llegaban con el sueño de encontrar una tierra que los cobijara. Sin embargo, es realmente lamentable que cíclicamente se vuelva un país que expulsa a sus ciudadanos, porque no les da oportunidades.

Son desgarradoras las historias de familias enteras que deciden emigrar, o los jóvenes que buscan un futuro laboral para obtener dinero y luego poder llevar a sus padres o parejas. En muchos casos se trata de gente que tenía trabajo y lo perdió, y en otros se ve a jóvenes recién egresados que se van con su título y sus ilusiones a otro país, porque creen que no vale la pena ni siquiera probar en Argentina.

Una realidad que siempre duele, y cada vez más.