Por Nahuel Maciel

(De ANÁLISIS)

Si se entiende que la globalización es una relación a escala planetaria que ha acercado (y cercado) las relaciones entre las sociedades y los intereses sectoriales; y las tecnologías con los bienes de consumo. Si se comprende que la modernidad implica utilizar a la razón y a la ciencia para interpretar la realidad. Si se percibe que el mercado desvaloriza al ciudadano para tratarlo como consumidor. Entonces, se concluirá que ni la globalización, ni la modernidad, ni mucho menos el mercado, le han podido ganar o eclipsar al Carnaval como cultura popular.

El Carnaval del País es muestra de ello porque es una expresión tan local como universal; facilita y se sostiene en la relación existente entre la sociedad y sus instituciones; se fundamenta en el espíritu y la razón para dialogar desde la realidad con el pasado en común; y genera un movimiento económico que abre nuevas potencialidades en el mercado, especialmente el vinculado con el de la hospitalidad y el turismo.

Un fiel testimonio de esto fue la quinta noche del Carnaval del País, que con sus poco más de 20 mil personas como público, integró a propios y extraños en un mismo coro, tan plural en sus voces como personal en sus interpretaciones.

A las 22 horas exactas, la voz del Corsódromo que encarna Silvio Solari, les dio la bienvenida al público que provino de las propias barriadas, de localidades entrerrianas, de Buenos Aires, Rosario, Córdoba –entre otras provincias- y especialmente de la República Oriental del Uruguay, favorecidos por el cambio de la moneda. Todos llegaron para rendir tributo y consolidar el concepto de que esta celebración de la alegría es también la mayor fiesta a cielo abierto que se vive en el país durante el verano.

O’Bahía (Club de Pescadores) con su propuesta “O’Bahía Rock” fue la encargada de abrir el destile por los 500 metros de la pasarela; seguida por Papelitos (Club Juventud Unida) con “León”; Ará Yeví (Club Tiro Federal) que muestra “Indiferentes”; le siguió en cuarto turno Kamarr (Centro Cultural y Social Sirio Libanés) con “Impulso ¡Un grito de conciencia!” y el cierre estuvo a cargo de Marí Marí (Club Central Entrerriano) que presenta “Enérgica”.

Reconocimiento

El Carnaval del País es una expresión de la cultura popular que, a fuerza de su propia transformación e innovación, ha resistido –tal como lo hizo en otras épocas a lo largo de la historia de la humanidad- ser una propuesta uniforme en lo cultural y monótona en lo social. Es precisamente su capacidad de vincular el presente con el pasado, es su contenido temático y estético el que permite integrar al individuo con la comunidad.

En Gualeguaychú, el Carnaval del País ha demostrado a lo largo de su historia que es generadora de bienes culturales (un Museo específico es consecuencia de ello). Pero, también su calidad artística hace escuela; y su arte refleja cómo se relacionan los objetos con las ideas. Por eso es valorado en el corazón del pueblo como un bien histórico (y cultural) tan relevante como significativo.

Así, el Carnaval del País es parte del patrimonio y la identidad cultural local y regional (convoca a un público más allá de sus propias fronteras) y asume tanto la tradición como la innovación: el carnaval es concebido como una herencia cultural y -de algún modo- es parte de la memoria colectiva del pueblo.

La Legislatura de Entre Ríos lo declara –casi todos los años- de “Interés Legislativo”. En la noche inaugural lo hizo la diputada nacional Gisela Marziotta, quien trajo un diploma a manera de reconocimiento al aporte cultural que realiza el Carnaval del País; y otro tanto ocurre con el Honorable Concejo Deliberante de la ciudad que emite todos los años una resolución de similar tenor. Todos gestos valiosos, pero claramente insuficientes.

Ante este escenario de unánime reconocimiento, sería oportuno que en algún momento sea declarado patrimonio cultural intangible. Hay herramientas que para ello pueden utilizarse: el 14 de febrero del año pasado, el gobernador de Entre Ríos reglamentó la Ley Provincial número 10.911 conocida como Patrimonio Cultural Provincial Material e Inmaterial de las y los entrerrianos.

Esa norma establece definiciones, organización y criterios generales para concretar objetivos y garantizar el cumplimiento de los fines de la Ley en la provincia. Y establece definiciones y clasificaciones para distinguir qué es un Patrimonio Cultural Material; Patrimonio Arquitectónico; Patrimonio Arqueológico; Patrimonio Artístico e Histórico; con un detalle no menor: en materia de Patrimonio Cultural Inmaterial también se tiene en cuenta el ámbito dónde se desarrolla.

A nivel local hay dos claros ejemplos: a través de la Ordenanza número 12.178/17 se declaró con justicia a la “Corneta Murguera” como Patrimonio Cultural de Gualeguaychú. Y junto con los Corsos Populares “Matecito” (esto es murgas, conjuntos carnavalescos, corso infantil y entierro), fueron declarados de Interés Cultural por la Secretaría de Turismo y Cultura de Entre Ríos (Resolución 236/19) e incluso es parte del relevamiento del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Argentina que es realizado por el Ministerio de Cultura de la Nación.

¿Y el Carnaval del País, que no ha sucumbido a la globalización ni al mercado? Por el momento, la impiedad o indiferencia –paradójicamente- de los funcionarios públicos.

Este reconocimiento colaboraría –en mucho- con el objetivo de preservar esta celebración para las generaciones futuras. ¿No es momento de reconocer al Carnaval del País como un bien cultural de la comunidad? Su demora es una ofensa a la alegría y al reconocimiento que se anida en su pueblo.

El ritual festivo que se vive en el Corsódromo, pero en rigor, todo lo que se despliega a lo largo del año, no son otra que una cultura viva, con una tradición que es cambiante, innovadora y que vincula al presente con el pasado.

De alguna manera implica la expresión ya no de una cosmovisión de creencias, sino de una cosmovivencia de experiencias. Por eso el Carnaval del País es un cabal exponente de las percepciones de la vida colectiva.

Se trata de una propuesta celebratoria en permanente transformación. Su dimensión cobra otra amplitud porque quienes lo celebran son también quienes la protagonizan, ya sea desde la pasarela como desde la tribuna.

Su perdurabilidad radica en su diálogo entre las generaciones. No es casual que la cultura popular –con sus diversas expresiones- siempre esté viviendo una evolución. Es hora que la construcción política institucional pueda articular este reconocimiento, que no será otra cosa que el reflejo del bien colectivo.

El orden del desfile

Como se apuntó, el orden de desfile de las comparsas y el título de su temática fue el siguiente: O’Bahía (Club de Pescadores) con “O’Bahía Rock”; Papelitos (Club Juventud Unida) “León”; Ará Yeví (Club Tiro Federal) “Indiferentes”; Kamarr (Centro Social y Cultural Sirio Libanés) “Impulso. ¡Un grito de conciencia!” y Marí Marí (Central Entrerriano) con “Enérgica”.

Si bien claramente hay ya comparsas que se destacan por encima de otras, se podría señalar un denominador común: las batucadas despiertan por igual a un público ávido de ritmo y carnaval; del mismo modo que despierta admiración su vestuario, sus plumas y una puesta en escena que hace vivir que se está frente a un teatro a cielo abierto.

O´Bahía es “Rock”

La comparsa dirigida por Fabián Scovenna viene sumando –noche tras noche- notable crecimiento armónico, equilibrado y que redunda en una mejor estética como espectáculo.

Si bien no está del todo logrado el tributo a Elvis Presley con la alegoría del Rock de la Cárcel que se insinúa en su primera carroza (la de la moto, que es toda una bella escultura), la banda musical tiene determinados momentos que hacen que el público no se quede pasivo.

Sin duda es con su batucada “Ritmo Demoledor”, lo que más se destaca de esta comparsa. La guitarra eléctrica integrada en la parte final de la batucada es una original propuesta que es saludada desde las tribunas con ovación.

Anoche, su pasista Luciana Sekaf volvió a lucirse; lo que establece ya una tendencia clara en la competencia.

Papelitos es “León”

La comparsa del Club Juventud Unida propone el tema “León”, y es claro como oportuno homenaje a Juan Carlos “Juancho” Martínez, una persona que en Gualeguaychú es sinónimo de costura, arte y Carnaval.

Anoche, el niño que hace de León nuevamente logra una ovación cerrada y extensa a lo largo de los 500 metros de la pasarela. No es solo el prodigio de la infancia, es –en esencia- el despliegue de una danza que solo la pueden hacer las personas con talento.

La comparsa del Decano está dirigida por el intendente Esteban Martín Piaggio y junto a la pasita Candela Gómez, ofrecen un espectáculo sin fisuras, pero al mismo tiempo independiente de la propuesta general.

Papelitos es percibida por propios y extraños como una candidata firme a quedarse con el título 2023, tal como lo hizo el año pasado. Nada está dicho en esta mitad de la competencia. Quedan cinco noches, son muchas fechas para consolidar propuestas; pero muy pocas para remontar presentaciones.

Ará Yeví: “Indiferentes”

Ará Yeví (Club Tiro Federal) presenta este año el tema “Indiferentes”. La propuesta de Leandro Rosviar –al igual que sus competidoras- tiene una gran aceptación del público.

Anoche tal fue vez una de sus peores presentaciones de esta temporada. Tuvo tres situaciones para el olvido.

A la altura de la ubicación del jurado, una de sus carrozas quebró una parte de su escultura y demasiados bruscos y desprolijos fueron sus asistentes para intentar remediar ese infortunio.

La segunda situación se vivió cuando desde la pasarela se activó una bengala, cuyo humo y olor fue tan desagradable para el público como incluso para los propios protagonistas. Es un acto que debería replantearse por completo, nada suma y todo lo resta.

Y el último percance, fue un verdadero infortunio que pocas veces ocurre, pero cuando pasa, genera secuelas. A las 00:40 cuando estaba despidiéndose de la pasarela, en el ala Oeste una de sus carrozas tuvo un desperfecto hidráulico que paralizó al Corsódromo.

Personal de Bomberos Voluntarios, Defensa Civil y de la Policía de Entre Ríos, entre otros, se ocuparon de limpiar la pasarela de aceite y así permitir que la comparsa siguiente –por Kamarr- pudiera tener su desplazamiento sin mayores peligros.

Fue oportuna la decisión de paralizar el desfile ante este percance. Eso está fuera de toda discusión, porque la prioridad innegociable es la seguridad de sus protagonistas como del público. Pero, claramente fue un hecho negativo para Ará Yeví como para todos. De hecho, fue notorio cómo las tribunas comenzaron a despoblarse; aunque es justo reconocer que un leve frío también contribuyó a esa situación.

De todos modos, fue una pena, porque la propuesta de Ará Yeví (que significa "tiempo de diversión" en guaraní) tiene muchas condiciones para ser percibida de otra manera.

Kamarr es “Impulso” y un grito a la conciencia

La comparsa Kamarr (Centro Cultural y Social Sirio Libanés) está dirigida por Mario Martínez, y presenta el tema “Impulso, un grito a la conciencia”.

A raíz del percance vivido con su antecesora Ará Yeví, su ingreso a la pasarela se vio demorado casi por 20 minutos. Un tiempo demasiado prolongado, aunque la fuerza de la banda musical de la “Azul y Negro” logró entusiasmar al público con la mejor pasión del Carnaval.

El ritmo de las palmas que acompañó a esta comparsa, la ubica en una posición cómoda para esta edición.

Sus trajes, su desplazamiento y especialmente su pasista Noelia Mouzo como su batucada “Batería de Gualeguaychú”, dan una nota distintiva a la propuesta.

Marí Marí energiza a un país

La comparsa del Club Central Entrerriano tiene un diálogo con las tribunas que no deja a nadie sin participar. Marí Marí siempre se ha destacado por ello. Ahora bien, ¿se trata de una valoración a su actual propuesta o sólo es un romance con una historia que nadie puede negar?

La comparsa dirigida por Emanuel Pérez, no logra transmitir su bien ganado antecedente como campeona. No es que defrauda, no es tan extremo; pero no logra convencer siquiera a los propios.

Aún restan cinco jornadas para continuar viviendo el Carnaval del País: el sábado 11, el sábado 18, el domingo 19, el lunes 20 (estas tres fechas son Feriado de Carnaval) y el sábado 25 de febrero como cierre. Entre esas noches, un bono especial que se vivirá en el viernes 24 con la Fiesta de la Elección de la Reina.

Para experimentar esta celebración a cielo abierto, las boleterías del Corsódromo estarán habilitadas de martes a viernes de 9 a 13 y de 17 a 21, y los sábados de 9 a 23:30 en horario corrido.

También pueden comprarse tickets y ubicaciones en www.entradauno.com y los residentes del Departamento Gualeguaychú tienen el beneficio del 50 por ciento de descuento en el valor de la entrada general, siempre y cuando sea adquirida en forma presencial presentando DNI que acredite el domicilio (este beneficio no es válido para las noches del fin de semana largo de Carnaval).

El Carnaval del País le dio la bienvenida a febrero. Lo hizo con su acostumbrada convocatoria de público que lo convierten en la nave insignia de la temporada de turismo. Y ofrecerá en sus sucesivas fechas una expresión artística que espera por un mejor reconocimiento como patrimonio e identidad cultural. Que la mezquindad no prevalezca, justamente para no desvalorizar la generosidad del Carnaval del País.