Organizar un viaje en familia siempre trae su cuota de desafíos. Cuando se trata de recorrer Argentina en micro, la cosa se complica un poco más: distancias largas, chicos inquietos y esa sensación de "¿nos estaremos olvidando algo?". De todos modos, más allá de las dificultades y nervios previos al viaje, nuestro país tiene destinos increíbles para explorar en transporte terrestre, y con un poco de planificación, la experiencia puede ser emocionante.
Argentina es enorme — hablamos de casi 2,8 millones de km² — lo que significa que algunos viajes pueden durar más de 12 horas. Por suerte, la red de terminales de ómnibus conecta todo el país.
Destinos que funcionan para todos
¿Qué hace que un lugar sea ideal para familias con niños? Básicamente, debe ofrecer una variedad de opciones y no requerir caminar kilómetros entre una actividad y otra. Por ejemplo, las sierras de Córdoba cumplen perfectamente con estos requisitos: hay ríos para refrescarse, pueblos encantadores para explorar sin prisas y rutas de senderismo fáciles. Villa Carlos Paz tiene fama de ser comercial, pero ofrece de todo, desde complejos turísticos con piscinas hasta obras teatrales durante el verano.
Por su parte, Mendoza sorprende más allá del vino. El Parque San Martín tiene unas 307 hectáreas con espacios de picnic y juegos, mientras que subir hasta el Puente del Inca deja a cualquiera con la boca abierta por sus formaciones rocosas naturales.
Antes de subir, revisá esto
Más allá de que todos te van a llevar a tu destino, debés saber que no todos los micros son iguales: los hay semicama, cama ejecutivo o cama suite. Si estás pensando en hacer un viaje de noche en micro lo mejor es comprar pasaje en un coche cama para llegar descansado. Antes de comprar tus pasajes en micro, no te olvides de comprobar que la empresa te ofrezca WiFi, puerto usb para cargar tu celu y lo más importante: que tenga sanitarios a bordo.
El aire acondicionado siempre genera debate: unos mueren de frío, otros lo necesitan. Llevar un buzo o campera liviana resuelve el tema sin depender de que ajusten la temperatura. Y en viajes largos, mejor llevar snacks propios porque las paradas no siempre coinciden con el hambre de los chicos.
Los horarios también importan. Salir a la noche permite que duerman la mayor parte del trayecto, aunque llegan con hambre a destino. Las salidas de día ocupan muchas horas pero dejan ver paisajes que en la oscuridad se pierden.
Mantenerlos entretenidos (el gran desafío)
Llevar tablets con pelis descargadas es una excelente idea para que los niños no se muevan del asiento; eso sí, no olvides un power bank como back up si el enchufe de tus asientos no funciona. Los juegos clásicos tipo "veo veo" vuelven a ser útiles cuando el paisaje cambia. Los audiolibros o podcasts infantiles son otra alternativa que no cansa tanto la vista.
DNI y documentación
Todos necesitan DNI vigente. Si viaja un solo padre, mejor llevar una autorización hecha por escribano público, aunque no siempre la piden. Las políticas sobre menores varían entre empresas, así que conviene consultar antes de viajar.
Recorrer el país en micro tiene su ritmo, más lento que volar pero con la ventaja de ver cómo cambian los paisajes de provincia en provincia. Con un poco de organización y eligiendo bien el destino, se arma algo memorable.


