Sección

Premio Nobel de la Paz: “Se da en un contexto autoritario y de mucha represión”, dijo periodista venezolano

"Tenemos un grave problema de orden social que se verá incrementado en la medida en que aumente la presión sobre Venezuela porque todo eso tiene un impacto económico", afirmó Villegas.

El periodista de Unión Radio de Venezuela, Vladimir Villegas, analizó la entrega del Premio Nobel de la Paz a la dirigente opositora María Corina Machado en medio de la tensa situación política de su país.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza 94.7), Villegas sostuvo que “el Premio Nobel de la Paz es un premio a personas que han promovido la paz, el entendimiento, los derechos humanos, y en el caso de Venezuela este premio se da en un contexto bastante peligroso por la presencia norteamericana en el Caribe, por el hecho de que está planteado un escenario en el cual una de las opciones que está sobre la mesa con mucha preeminencia es la posibilidad de ataques militares a Venezuela. Es un contexto bastante complicado en medio de un gobierno autoritario, de mucha represión, de presos políticos, y más allá de las diferencias que uno pueda tener con su enfoque político, María Corina Machado ha sido una persona que tiene mucho reconocimiento en el país, que tiene apoyo en importantes sectores de la población y este premio coloca en primer plano la situación venezolana, también en medio de distintas opiniones sobre cuál debe ser el camino a seguir en el país y cuál es el camino posible”.

Resumió que “la entrega de este premio no se puede ver aisladamente porque se da en este contexto, y en el caso venezolano el gobierno busca la forma de que este premio tenga el menor impacto posible, y lo ha venido logrando porque los medios privados en Venezuela tienen prohibido hablar del tema”.

“También hay sectores que valoran el premio, pero a la vez marcan distancia con las posturas de María Corina Machado de apoyo a una intervención extranjera en Venezuela, porque ha manifestado claramente su apoyo a esa posibilidad. En mi caso particular, he venido siendo claro al rechazar esa posibilidad por sus consecuencias y por lo que ha sido la historia de las intervenciones militares en el Continente. Ciertamente es una decisión difícil y es difícil también opinar sobre este punto, porque el camino hacia la democracia está lleno de obstáculos y lleno de distintas miradas, y el caso venezolano no es la excepción”, planteó.

Consideró que “es un premio que genera opiniones encontradas, porque también hemos visto sectores noruegos y de la izquierda europea protestando contra el premio, y tiene un impacto a tal punto que los voceros del gobierno venezolano también están hablando del premio, cuestionando a María Corina Machado”.

Asimismo, marcó que “se ha generado también toda una épica en torno a su salida del país, y no tengo elementos para afirmar o negar lo que se dice respecto a eso, porque en Venezuela hemos visto que en otros momentos algunos dirigentes han salido de la mano de algún tipo de acuerdo con el gobierno y no sería extraño que el propio gobierno norteamericano, en medio de este clima, haya logrado que el gobierno venezolano permitiera la salida de ella. Eso está por verse. Lo mismo pasó con la Embajada argentina que nunca se supo finalmente cómo salieron los venezolanos que estaban allí”.

En cuanto a la cotidianeidad del país, Villegas describió que “hay una situación salarial muy difícil, el Bolívar que es nuestra moneda está muy deteriorada, el poder de compra del venezolano está muy afectado, aunque hay sectores de la población que tiene acceso a divisas y quizás el golpe a su bolsillo es mucho menor. Básicamente, tenemos un grave problema de orden social que se verá incrementado en la medida en que aumente la presión sobre Venezuela porque todo eso tiene un impacto económico: las importaciones se pueden afectar, ya hemos visto cómo el gobierno de Estados Unidos confiscó un buque petrolero, hay un clima donde la gente tiene miedo de invertir, la posibilidad de muchos venezolanos de viajar para encontrarse con su familia en Navidad y Año Nuevo se ha visto truncada porque hay muchos vuelos suspendidos, y hay mucho temor a salir del país y no poder regresar y viceversa”.

“Es un clima bastante complicado, pero sin embargo hay un bolsón de población que está en el tema navideño, no se ve un ambiente militar en la calle, no es un ambiente miliciano ni de pre guerra, el propio Maduro aparece bailando en eventos públicos, en medio de una situación que no deja de ser muy grave. Pero en la calle hay un patrullaje normal, el gobierno convoca a movilizaciones casi todos los días y las transmisiones en cadena del Presidente se repiten”, detalló.

Analizó que “para algunos es transcendente, pero para la mayoría es intrascendente; las cadenas podrían ser transmitidas por el canal del Estado, pero sucede que la gente no ve el canal del Estado, tiene muy poca sintonía, y entonces obligan a los medios a conectarse”.

Por otra parte, resaltó que “hay una situación grave con los presos políticos, que son más de 800, muchos profesores universitarios, y nunca en la historia hemos tenido tantos periodistas y trabajadores de comunicación presos, que hoy son alrededor de 22; dirigentes gremiales y políticos”.

“La totalidad de esos presos no tienen derecho a escoger sus abogados, sino que se los designa y paga el gobierno y obviamente no cumplen su labor de brindar el debido proceso, muchos están incomunicados, unos 6 o 7 han muerto en cautiverio por falta de atención médica, por depresión, por aislamiento. Es una situación bien compleja desde el punto de vista de los derechos humanos, y por eso aquí no puede haber una solución política que no pase por la libertad de los presos políticos, por la libertad de expresión y la reconquista del espacio público, y además por el hecho de que las instituciones venezolanas cumplan con sus funciones porque no pueden seguir colonizadas por el partido que gobierna. Es un drama desde todo punto de vista”, aseveró.

Consultado por el rol de la Iglesia, comentó que “ayer le prohibieron la salida del país al cardenal Baltazar Porras en una acción violatoria de sus derechos y de los convenios con el Vaticano, en un atropello cometido contra el cardenal en el aeropuerto internacional de Maiquetía. Una cosa insólita, muy parecido a las malas mañas que tiene Daniel Ortega de agresión y persecución a la Iglesia”. “Ese es uno de los problemas del gobierno de Maduro, que en vez de tomar el camino de Lula o de Petro que son gobernantes que hasta ahora han mantenido formatos democráticos, ha ido por la vía de parecerse a la Nicaragua de Daniel Ortega, que fue una de las grandes decepciones que hemos tenido”, analizó.

“Por supuesto que el Vaticano debe haber tomado nota de esto, porque el abuso contra el cardenal es absolutamente inaceptable. Ese empeño en pelear con la Iglesia mientras el Presidente se declara católico y cristiano, se entiende porque la iglesia siempre ha sido caja de resonancia del dolor de los venezolanos, de los requerimientos, de las denuncias, y en tiempo de democracia como de dictadura la palabra de la Iglesia en Venezuela tiene mucho peso”.

Edición Impresa