En este 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, la Asociación de Ex Presos y Presas Políticas y Exiliados/as La Solapa de Entre Ríos reafirma —junto a los organismos de la región— que la democracia solo se fortalece con más derechos, más igualdad y más memoria, verdad y justicia.
Los derechos humanos son inalienables, universales, indivisibles e interdependientes. Allí donde un derecho es vulnerado, se debilita el tejido democrático; allí donde se deterioran las condiciones de vida, el Estado y la sociedad tienen la responsabilidad indelegable de actuar.
Hoy enfrentamos situaciones que exigen una respuesta firme y colectiva. Persisten graves hechos de violencia institucional, especialmente contra jóvenes de sectores populares, así como procesos de militarización del espacio público que atacan principios democráticos básicos. La criminalización de la protesta, con detenciones arbitrarias, vigilancia indebida y estigmatización mediática, constituye un retroceso inaceptable para las libertades públicas.
En el presente nacional y regional, marcado por discursos de odio, desigualdades crecientes y ataques a políticas sociales esenciales, el retroceso permanente en políticas sociales y en el acceso a derechos básicos, que golpea especialmente a niñeces, mujeres, diversidades, personas mayores, comunidades indígenas y migrantes. La precarización laboral, el aumento de la inseguridad alimentaria, la privatización y explotación indiscriminada de recursos naturales y la reducción de presupuestos destinados a educación, salud y cultura profundizan desigualdades históricas que nuestra sociedad no puede tolerar.
Defendemos el derecho a una vida digna, a la igualdad real de oportunidades, a la libertad de expresión, a la protesta social, a la educación pública, a la salud, al trabajo decente, a la identidad, a la diversidad y a vivir libres de violencias. Estos derechos no son concesiones: son conquistas colectivas que deben ser protegidas y ampliadas.
En Argentina, continúa siendo una tarea urgente avanzar en las causas pendientes de lesa humanidad, profundizar las políticas de memoria, verdad y justicia, y resguardar los sitios de memoria frente a cualquier intento de relativización o negacionismo del terrorismo de Estado.
En este 10 de diciembre, reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable con una América Latina justa, soberana, inclusiva, digna y solidaria.


