Por JCB de ANÁLISIS

La perspectiva de género sigue siendo el eje central de los últimos días de debate en el juicio que busca determinar las responsabilidades en el homicidio de Nahiara Cristo. Las pruebas a lo largo del juicio han demostrado el claro accionar violento de Miguel Cristo, papá de Nahiara y principal acusado del homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento.

Sin embargo, la defensa de Yanina Lescano -imputada en el juicio por un delito de omisión- ha logrado mostrar que Lescano estaba sometida en un contexto de violencia de género en manos de Cristo. Esto no implica -necesariamente- la inocencia de Lescano, pero si contextualiza su conducta y esto acerca una futura sentencia a la verdad de los hechos. 

En ese marco, el testimonio central de la jornada fue el de la abogada Raquel Ascencio, quien es Coordinadora de la Comisión sobre Temática de Género del Ministerio Publico de la Defensa de la Nación. Su presencia fue solicitada por la defensa de Lescano, representada por Patricio Cozzi y Miguel Cullen, para expresar la necesidad de que el Poder Judicial aplique la perspectiva de género por una cuestión de igualdad pero, además, por un mandato de convenciones internacionales a las cuales adhirió la República Argentina y tienen valor constitucional. 

Los fiscales Juan Malvasio y Santiago Brugo intentaron impedir el testimonio por considerarlo improcedente, pero el Tribunal compuesto por Gervasio Labriola, Alejandro Cánepa y Carolina Castagno rechazó el pedido porque la testigo fue validada en la instancia de remisión a juicio. Antes de la decisión del Tribunal, el abogado querellante Eduardo Gerard y el defensor de Miguel Cristo, Carlos Antico habían adherido al pedido rechazado de los fiscales. 

"Se trata de verificar si hay un contexto coactivo que restringe la voluntad de las mujeres"

Ascencio arrancó explicando las motivaciones de su tarea como funcionaria: "Trato de asegurar que los operadores judiciales adopten un enfoque de género en las prácticas internas y los servicios que brindan. Lo que hacemos es generar herramientas institucionales para que todas las áreas que existen puedan desarrollar la tarea desde esta perspectiva".

La funcionaria aseguró que "tenemos que tener ojos entrenados para detectar cuando hace falta incorporar la perspectiva de género" y que ésta es "un instrumento que permite evaluar en que medida las normas, los procedimientos, las prácticas y las instituciones incluyen o no las vivencias de las mujeres".

Basó su declaración en distintas conceptualizaciones, empezando por como operan los estereotipos a la hora del quehacer judicial y como estos "se infiltran en la Justicia porque estan instalados en la sociedad" aunque a veces se hagan "de forma tácita". En el caso de los estereotipos como así también en los otros conceptos, Ascencio aseguró que al analizar la información que tuvo acceso de la causa Nahiara, se le "prendieron algunas alarmas" respecto a como encaró la investigación el Ministerio Público Fiscal (MPF). 

En el caso de los estereotipos, para Ascencio en la acusación contra Lescano hubo "una expectativa de buena madre" que si bien no está regulada por la norma, establece una especie de deberser que se le exige a la mujer y no al varón. Otra cuestión que apuntó en este sentido, se refirió a la presunta capacidad de mentir que tiene la mujer y como se parte del descreimiento ante una denuncia de violencia de género: "El Estado tiene la responsabilidad de comprobar lo que una mujer denuncia, no partiendo desde el preconcepto de mendacidad sino que en contraste con el contexto y los hechos". 

Otro de los ejes en los que puntualizó fue "el sesgo de género que se tiene en derecho". "El derecho pretende ser objetivo, neutral e imparcial pero fue creado desde las necesidades, vicencias y valores de los varones dejando de lado las necesidades, vivencias y valores de las mujeres. Esto deriva en lo que se conoce como un resultado discriminatorio, que es independientemente de la voluntad. No hace falta que alguien quiera discriminar a una persona para que se configure la discriminación", explicó.  

También criticó las acusaciones a mujeres por delitos omisivos tal como es la imputación contra Lescano. Según la profesional, son muchos los casos en donde la mujer llega a juicio por la muerte de sus hijos en manos de su pareja y se las responsabiliza a pesar de estar sometida a una relación de poder, desigual y de violencia. 

"Lo que propone la norma internacional es hacer un análisis contextualizado desde donde relata una mujer. No cualquier  contradicción, imprecisión u olvido es suficiente para restarle valor al relato de la mujer. Lo mismo pasa con la demora en las denuncias: hay un mito de que las mujeres si quieren, pueden salir de la relación de violencia y que si no salen es porque la mujer no quiere o está mintiendo cuando denunció violencia. Surge habitualmente la pregunta ¿por qué no lo denunció antes? Hay que entender las dificultades y obstáculos que existen para que las mujeres puedan denunciar en la situación que se encuentran", describió.

Esto fue reiterado ante una pregunta de los fiscales, que buscan mostrar que Lescano había denunciado con anterioridad a otra expareja -denuncia que se resolvió con condena para el violento- y que en este caso la acusada no denunció a Cristo como violento: "Hay mujeres que no quieren volver a denunciar por haber vivido malas experiencias", expresó. Los fiscales le consultaron por los casos en donde una primera denuncia tuvo "buenos resultados" y la especialista fue contundente: "Habría que ver que son los buenos resultados, porque muchas veces lo que conlleva la denuncia es un proceso por el cual una mujer no quiere volver a pasar, aún con esos 'buenos resultados'". 

En otro de los ejes que importan en la causa, Ascencio se refirió a como opera la violencia de género a la hora de inhibir los actos de quien está en el lugar de víctima: "La mujer que está inserta en un contexto coactivo, de lo que se trata es verificar ese contexto porque muchas veces es ese contexto coactivo el que restringe la voluntad de las mujeres a la hora de denunciar".

"El Estado no puede exigir conductas heróicas. Hay que analizar la exigibilidad de la conducta en ese contexto desde el deber de garantías porque sino pasamos a un Estado autoritario", fustigó. 

Finalizaron los testimonios

Este jueves declararon dos integrantes del Centro de Asistencia a la Víctima de la provincia: la directora Marcia López y la psicóloga Candela Soledad Acebal. Ambas acompañaron a Lescano en el proceso como denunciante de su expareja condenado por violencia de género. Reconocieron que ella fue víctima de violencia de género y que su máxima preocupación siempre fueron sus hijos. 

También declararon Silvia Burgos, una empleada del Registro Civil de Paraná; el funcionario policial Norberto De la Valle, quien acudió ante el llamado del 911 cuando Lescano notificó la situación de Nahiara; y, por último otro de los médicos del Hospital Materno Infantil San Roque Gustavo Terra. 

De este modo, cerró la etapa de producción de pruebas y el próximo martes se desarrollarán los alegatos de cada una de las partes. Luego de esto, el tribunal resolverá sobre las responsabilidades respecto a la muerte de Nahiara Cristo, niña de dos años que falleció por una falla multiorgánica derivada de al menos tres meses de desnutrición y torturas aplicadas en el seno familiar.