-Un duro conflicto. No bien terminado el discurso de Cristina Kirchner en Plaza de Mayo, los cinco agrupamientos gremiales anunciaron en conferencia de prensa el levantamiento de la medida de fuerza que habían mantenido durante 16 días. Desde ya que la noticia provocó un alivio de las tenciones en cada filamento de la sociedad. Las góndolas vacías habían sensibilizado extremadamente a la población. Constituye un impacto emocional considerable, sobre todo si se tiene hijos pequeños, recorrer supermercados y despensas sin encontrar la leche indispensable.
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-El punto de encuentro. Un dato sobresaliente en el discurso de cada referente era el de saberse representando a la sociedad. Sobre todo en el discurso del representante de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) esto fue destacado. Éste es un aspecto importante para tener en cuenta al momento de buscar los acuerdos. Un mentor de cuanta canallada a hecho Estados Unidos sobre el planeta, Henry Kissinger, supo decir que el momento de la negociación era cuando cada uno de los polos en pugna llegaba a la conclusión de que no podían vencer al otro. Es claro que para llegar al punto que señala Kissinger cada cual tiene que tener una noción de sus fuerzas y de sus límites. En ese sentido, el escenario entre el gobierno y el campo aparece complicado.
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-La fuerza del gobierno. En la opinión que se relata aparece este razonamiento como el nudo por donde pasan los acuerdos y desacuerdos. Los ruralistas con su convencimiento de que la sociedad apoya que sus ganancias no se vean afectadas por la intromisión del gobierno; por la otra parte, el gobierno que esgrime como base de sus argumentos los cinco años de crecimiento a tasas record y el retroceso de todas las variables que afectan a las capas más humildes de la población. Desde esas afirmaciones cada cual arma el discurso respectivo. El ruralismo despliega argumentos que suenan atractivos para muchas orejas. Todo lo que recauda el Estado Nacional en concepto de retenciones no se coparticipa. Por lo tanto, son recursos que salen de los territorios provinciales y que no vuelven a las provincias. En la parte filosa de sus argumentos los dirigentes rurales agregan que esos cuantiosos recursos tienen como destino el pago de la deuda externa y el remanente como apriete a los gobernadores para su alineo junto al gobierno nacional. En esta lectura el mandatario que se hace kirchnerista recibe obras públicas y apoyo financiero, el que resiste no recibe nada. De pasada le agregan la cuota de rasismo propia del lenguaje de los sectores más poderosos. Entonces llegan a decir que con esos recursos se mantienen las bandas patoteras de D’Elía, entre otras cosas.
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-Las cosas en Entre Ríos. La movilización ruralista se hizo sentir en diferentes cortes en la provincia pero tuvo en la ruta nacional 14, a la altura de Gualeguaychú, uno de los núcleos más duros del conflicto. La importancia de este corte estuvo en directa relación con la importancia de esta ruta como arteria que liga a la Argentina con el Mercosur. Se puede decir que De Ángeli se bancó la dura como lo supo destacar el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, en la Asamblea Federal de Gualeguaychú. Este corte de la ruta 14 se cargó de tensión desde el primer día y sólo se descomprimió cuando a la hora 10 del 2 de abril el piquete patronal decidió liberar la ruta y permitir el libre tránsito de todo vehículo. A su vez este dirigente, De Ángeli, además de cobrar altura por la gravitación que tiene la ruta 14, fue uno de los dirigentes de la Federación Agraria que más se pegó a la posición de bajar las retenciones. Este dato no es una cuestión menor. El tema de bajar o eliminar las retenciones es una bandera propia de los grandes productores nucleados en CRA-CARBAP, y en cambio nunca ha sido el centro de las posiciones de la Federación Agraria. Entonces esta posición asumida por el referente más importante del conflicto marca el grado de penetración y de control del conflicto por parte de los sectores productivos de mayores ingresos, los que perciben la renta más grande. Pero volviendo a Entre Ríos, es importante tomar en cuenta que a medida que el corte de ruta se prolongaba otros sectores, también productores agrarios, comenzaron a hacer notar su incomodidad.
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-Movilización y consenso. Se lo ha dicho muchas veces: en esta actualidad que se vive, la complejidad que presenta la Argentina dentro de un mundo caracterizado precisamente por el inmenso abanico de sectores, clases y capas sociales, la lucha en los diferentes niveles y sectores enriquece la vida social. El propio vértigo que tienen los problemas en la Argentina hace que “el que no llora no mama”, como reza sabiamente el proverbio popular. Con la espontaneidad que lo caracteriza, De Ángeli se lo señaló a un periodista capitalino: “Si no hubiéramos cortado esta ruta ustedes no estarían acá, cubriendo esta situación”. Si bien esto es cierto, también es necesario tener una visión global de lo que acontece. Ya lo decía con mucha lucidez un gran filósofo, Herber Marcuse, en la década del 60-70. Luego de ese gran acontecimiento que fue el Mayo Francés, este filósofo decía que la sociedad moderna es como la máquina de un reloj, donde una pelusita detiene todo el engranaje. Vale la aclaración de que en ese entonces los relojes eran a cuerda con un delicado sistema de engranajes. En el nuevo siglo la densidad de la sociedad hace que un simple soplo ponga en vilo el entramado social. Varias veces se han tocado estos temas cuando los conflictos docentes irrumpían en la cotidianeidad familiar. Días pasados un conflicto en el transporte paralizó totalmente a una sociedad súper moderna como es la alemana. Entonces la movilización, en tanto hace sentir que algo no anda bien, es un hecho ponderable. Por otra parte, hace a una cuestión básica por parte del Estado estar atento a los sucesos, seguir con un pulso fino lo que acontece en todos los ámbitos y ser muy tolerante cuando el conflicto aparece. Cuando un sector reacciona es porque se siente lesionado en algo que cree le pertenece. Dependerá de la tolerancia como se tome el conflicto y de la sabiduría de los sectores que quedan involucrados encontrar los puntos de acuerdo sobre la razonabilidad de cada planteo. En ese sentido es indispensable, además de la apertura del diálogo, la ausencia de represión por parte del Estado.
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-El trajín. Todos los cargos con responsabilidades ejecutivas son revalorizados desde el 2003 a la fecha. Este dato novedoso ha sido puesto sobre la mesa de la opinión pública en este conflicto. Cada gobernador, cualquiera fuera su camiseta, se vio comprometido de diferente manera con el conflicto. Pero si esta intromisión fue importante en el propio desarrollo de la contienda, lo es mucho más a esta hora en que se abren las negociaciones. Se requiere de estos aportes de manera que el conflicto zafe los puntos irreconciliables. Mejor dicho, que se encuentren formas de acuerdo que incorporen pero en una perspectiva integradora los puntos de no conciliación. Da la impresión de que este conflicto tiene todas las posibilidades de cerrar en buena base en tanto el debate sobre roles y proyecciones se extienda en la participación territorial sumando a mayores actores. Sin ir más lejos, si no se para la sojización de la explotación agraria pasaremos a tener sufrimientos y carencias de volumen igual o mayor a los vividos en los días de conflicto. En este ambiente y valorando estas necesidades surge importante el trabajo realizado por Sergio Urribarri. Su situación no era fácil pues de movida no especuló con la posición que viene sosteniendo y desde un primer momento estuvo al lado de la Presidenta respaldando cada uno de sus pasos.
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