El virus no discrimina según la clase social, contagia a todos por igual. Sin embargo, las condiciones materiales de existencia de las personas son clave en cómo se afrontan los cuidados necesarios para combatir una pandemia. Un aislamiento por contagios en un hogar de clase media tiene una determinada dificultad diferente a las que condicionan el cuidado en un hogar de pobreza o indigencia.

Si bien el Ministerio de Salud de la provincia no cuenta con el dato concreto que refiere a los contagios según su clase social, el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) realizó un informe que sirve como radiografía de como la desigualdad condiciona el abordaje de la pandemia.

 El secretario de Políticas de Salud y Bienestar, Guillermo Zanuttini, analizó el trabajo realizado a poco más de un año de pandemia: "Los indicadores que tienen que ver tanto con educación, trabajo, salud y en el campo de mediciones que tomemos, la dimensión del desarrollo humano y social que  tomemos, claramente se profundizaron. Tenemos más pobreza, más desocupación, más informalidad laboral, y eso se expresa sustancialmente entre los distintos grupos etarios con los cuales nos toca trabajar desde salud".

"Cuando se profundizan las desigualdades, la mayores brechas las encontramos en la población materno infantil. Básicamente cuando uno ve el impacto de la pobreza en la población general cuando lo trasladás a los menores de 15 años, en Argentina, el impacto es claramente mayor. En los dos aglomerados urbanos donde nosotros medimos pobreza porque tienen más de 100.000 habitantes que es el gran Paraná y Concordia, cuando hacemos las proyección de lo que ocurre a nivel nacional con el indicador de pobreza en Concordia nos lleva la pobreza en la infancia al 67,5%, es decir que dos de cada tres pibas y pibes menores de 15 años que viven en Concordia viven en una situación de pobreza por ingreso en los lugares que habitan", explicó Zanuttini.

La primera línea de atención sanitaria, principalmente conformada por los centros de salud, son los encargados de afrontar las dificultades de llevar adelante las conductas adecuadas para prevenir la propagación del virus.  

"Hay que destacar enormemente el trabajo que se ha hecho desde el primer nivel de atención, que no es el nivel de internación pero que es el sector que cuida y atiende la salud de la comunidad, donde es de mano de obra intensiva, donde muchos tomaron la premisa que en el marco del trabajo de equipo donde un odontólogo, un administrativo, un psicólogo, tenían que abocarse junto con el médico, con el enfermero, un poco más en la especificidad de lo biológico, a abordar familias", describió Zanuttini. 

Además, explicó: "Los sectores más vulnerados de la sociedad que están hacinados en sus domicilios y obviamente el impacto de una infección como esta, que además tiene como caracterización la informalidad laboral, el impacto es totalmente diferente a mi situación, por ejemplo, que me puedo aislar y separar al resto de mi familia y ubicarla en otro espacio porque no estoy hacinado donde vivo"

"Hay un despliegue enorme de trabajo, cansador, agotador, y también hay mucha frustración, angustia e impotencia en ese espacio, porque no es solamente del terapista, del médico, de la enfermera, el que tiene angustia y malestar por el comportamiento social, sino que también los otros actores menos visibles del sistema que cumplen un rol esencial en el cuidado y protección de la gente y más cerca, en los barrios, también es sumamente destacable hasta ahora el desempeño que hay tenido todo este tiempo", valoró.

Efectores de salud por región

• Región 1 (Paraná - La Paz - Diamante - Victoria - Nogoyá)

- Centro de salud: 99

- Hospitales: 26

- Sanatorios: 9

• Región 2 (Concordia - Feliciano - Federal - Federación - San Salvador - Villaguay)

- Centro de salud: 52

- Hospitales: 16

- Sanatorios: 4

• Región 3 (Uruguay - Colón - Tala)

- Centro de salud: 32

- Hospitales: 13

- Sanatorios: 3

• Región 4 (Gualeguaychú - Gualeguay - Islas)

- Centro de salud: 22

- Hospitales: 10

- Sanatorios: 3

La escuela es un espacio de contención social para los sectores populares. En las últimas semanas fue eje de la discusión el qué hacer con la presencialidad en el marco de una crisis sanitaria. Zanuttini destacó la importancia que tiene la presencialidad en ese contexto y explicó como los datos permiten tomar medidas más precisas: "En educación también visualizamos que además de la experiencia bibliográfica, de la evidencia científica descripta hasta el momento en el mundo, observamos claramente con nuestros indicadores de la semana epidemiológica 9 -desde el primero de marzo- hasta esta semana que es la 19, claramente el 80% de los que nosotros logramos confirmar de casos ligados al sistema educativo, corresponden a personas mayores de 25 años, esto es personal docente y no docente".

"Dentro de los niños, niñas y adolescentes, menores de 18 años inclusive, observamos también que el 80% de los casos confirmados se dieron en ese grupo etario que corresponde al ciclo secundario. Entonces a la hora de pensar y de diseñar medida tomadas y futuras es también considerar variables que logramos sistematizar para tomar conductas intentando preservar siempre a los más excluidos del sistema, que también son excluidos del sistema educativo, que abandonan más rápidamente en todos los ciclos informativos", señaló el funcionario.

Para finalizar y respecto al futuro inmediato, Zanuttini agregó: "Es también la posibilidad de tomar medidas complementarias alternando la presencialidad con la no presencialidad, tomando los grupos de mayor riesgo, que afectan más al grupo de adolescentes. Sería una medida acertada poder decir vamos a garantizar cierta presencialidad, logramos menor movilidad social, en consecuencia menor propagación viral y generamos escuelas un poco más seguras". "El abanico de posibilidades en la toma de decisiones para ver qué medidas pueden genera más impacto son varias, no es una sola", aseveró.