P. R.

Tenía 5 años cuando su mamá lo llevó a practicar básquet al club San Agustín. Ángel Ielpo vivía a tres cuadras del club de su barrio y desde ya era un chico inquieto.Si bien jugar al básquet le gustaba, el fútbol era su deporte preferido. Meses después, empezó en Peñarol, el club del cual hoy es hincha.

En el “Tricolor” fue parte de la Categoría ’89. Jugó algunos encuentros. Pero, debido a la acondroplastia no pudo continuar.

Nunca abandonó el fútbol. Siguió haciéndolo en el barrio San Agustín, con sus amigos. Fue todo muy entre casa hasta que en 2016 recibió un llamado muy particular. Emanuel Ledesma lo invitó a formar parte de la Selección de Talla Baja. Ahí empezó todo. Hoy, seis años después, Ángel vive su mejor momento con el seleccionado: fue campeón de la Copa América, ganó la Eurocopa y días atrás fue recibido por el papa Francisco en el Vaticano.

“La buscamos a esa Copa América porque en el 2018 la perdimos acá, en Argentina. Caímos en la final ante Paraguay. Y este año volvimos a llegar a la final y en la definición le ganamos 5 a 0. Fue histórico”, dijo el protagonista.

Por haber salido campeón de la Copa América, a la Selección Argentina la invitaron a la primera edición de la Eurocopa, en Murcia, España. Y también salieron campeones.

“Ganamos con mucha autoridad. Ahora hay un torneo internacional en Colombia, a principio de diciembre. No nos quieren invitar. Parece que nos tienen miedo”, bromeó.

-Cómo es tu historia con la Selección Argentina y qué podés decir de este grupo de jugadores.

-La Selección Argentina se formó hace 10 años en Corrientes, con Facundo Rojas. A partir de ahí se fueron integrando chicos de diferentes provincias. En mi caso, lo hice gracias a Emanuel Ledesma, quien me invitó a participar. Arranqué en el 2016 y todavía sigo. Tengo 32 años y si bien algunos me quieren retirar voy a seguir un tiempito más. El grupo es extraordinario. Somos familia. Esa unión es la que hace que ganemos, que consigamos cosas importantes y que sigamos creciendo. En la Copa América pasada no pudimos conformar un grupo sólido y se notó. Llegamos a la final,pero no era un grupo tan fuerte como éste. Estoy muy contento de integrar la Selección con todos mis compañeros. 

-Viajaron a Murcia a jugar la Eurocopa, pero también estaba programado la visita al Vaticano y la reunión con el papa Francisco.

-Nos pasó algo insólito. Teníamos que estar en el Vaticano a las 7:45. Era el horario que nos habían designado. Salimos a las 7:30 porque estábamos cerca. Cuando íbamos en la camioneta, quien llevaba el GPS era el kinesiólogo. En un momento teníamos que doblar a la derecha y no sé porqué doblamos a la izquierda. Allá no es como acá, que das la vuelta a la manzana y listo. Frenó la camioneta y empezamos a correr. Ni en la cancha corrimos tanto como ese momento. Llegamos media hora después que nos convocaron.

- ¿Y entonces?

-Nos pidieron que nos apuremos porque por suerte el papa todavía no había llegado. Ingresamos, nos sentamos rápido y enseguida apareció. Tuvimos mucha suerte porque ahí si no cumplís, te cierran la puerta y no entrás.

(La nota completa en la edición 1136 de la revista ANALISIS del jueves 17 de noviembre de 2022)