En el segundo día de la intensa búsqueda de Franco Toro, el joven argentino que desapareció tras tirarse al mar a rescatar a una mujer en Uruguay, la Policía ya confirmó que “buscan un cuerpo sin vida”.

El operativo de este jueves, que involucró equipos de buzos especializados, guardavidas y drones, se interrumpió por la tarde debido a las condiciones climáticas que presentan fuertes ráfagas de viento.

En una conferencia de prensa que se llevó a cabo en las últimas horas, la Prefectura de Punta del Este informó que los equipos de búsqueda serán los mismos para este viernes, ya que son las personas que mejor conocen el mar y la zona.

Por otra parte, si bien no se estipuló el tiempo en el que se extenderá el procedimiento, las autoridades aseguraron que continuarán buscando a Franco en la medida que así lo permitan los recursos y las condiciones. Sin embargo, fueron contundentes al afirmar que la búsqueda ya está centada en un cuerpo sin vida.

Franco Toro, el joven argentino que está siendo intensamente buscado, tenía el objetivo de juntar dinero para viajar junto a su novia a Europa.

Para aprovechar la temporada alta en Punta del Este, Toro fue a trabajar con un grupo de amistades y su pareja en el área de gastronomía. Todo transcurría con normalidad hasta que el miércoles 1 de enero se reportó su desaparición en la costa, luego de intentar rescatar a una mujer que se ahogaba.

Siendo tatuador, una de las opciones que Toro evaluó al momento de viajar a Uruguay fue conseguir un espacio dentro de ese rubro. En su perfil profesional de Facebook, publicó un mensaje el 19 de noviembre: “Me empiezo a despedir y, de paso, si conocen artistas, tatuadores e ilustradores por Uruguay y quieren ayudarme a conectar, ¡me viene joya!”.

Incluso, unos días antes de ir a Punta del Este, estaba estrenando una máquina para tatuar que se había comprado hace poco, según explicó Facundo Sánchez Sosa, amigo de Toro, a Clarín.

Sánchez Sosa fue quien compartió el motivo por el que Toro se trasladó a Uruguay: “Viajó con su novia, Georgina, a principios de diciembre, para hacer plata porque tenían el objetivo de sacar pasajes e irse a Europa. Estaban los dos con ese objetivo”.

Unos días antes de la desaparición de Toro, él y su amigo había hablado. Recordando ese diálogo en el medio citado, Sánchez Sosa dijo: “Estaba contento. Los dos estaban trabajando como camareros porque les costó hacerse un espacio como tatuadores. Pensaron que podía resultarles más sencillo, pero hasta ahora no habían conseguido nada”.