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La herencia de una demanda millonaria de víctimas de abuso

Uno de los temas urticantes que heredó el nuevo arzobispo de Paraná, Raúl Martín, de su antecesor, Juan Alberto Puiggari, es la resolución de la demanda civil que iniciaron tres víctimas de los abusos del cura José María López,  condenado en 2023 a una pena de 8 años y 6 meses de cárcel, hoy alojado en la Unidad Penal N° 1.

No sólo está demandado el Arzobispado, sino también las parroquia San José Obrero y San Miguel, de Bovril -de la cual depende la capilla de Sauce de Luna- lugares en los que estuvo destinado el sacerdote, y además el reclamo se dirige a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).

Las tres víctimas de los abusos del cura López -mantiene el estado clerical y no ha sido expulsado de la Iglesia, aun estando en prisión- ya empezaron a transitar el largo camino de la demanda civil con sendas mediaciones que no han concluido. De acuerdo a fuentes que tienen acceso al expediente, cada uno demandaría una cifra cercana a los $300 millones. Pero como Puiggari presentó su renuncia al Vaticano en noviembre de 2024 no quiso avanzar en su resolución y el tema quedó para ser abordado por su sucesor, que fue designado en mayo pasado y asumió en julio último.

En un juicio abreviado, el cura José María López fue condenado el 1º de diciembre de 2023 a la plena de 8 años y 6 meses de prisión por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante cometido contra tres menores, ocurridos uno en la capilla de Sauce de Luna, en el departamento Federal, y dos en la casa parroquial de San José Obrero, en Paraná.

El vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Paraná Rafael Martín Cotorruelo, que refrendó el acuerdo de juicio abreviado, sostuvo en la sentencia que, “independientemente de la admisión expresa que ha efectuado el encartado en torno a la existencia material de los hechos ilícitos enrostrados y a la participación que tuvo en los mismos, he de adelantar que entiendo que en este proceso en el cual las partes han acordado el procedimiento abreviado, se reúnen los elementos de certeza necesarios para arribar a un pronunciamiento condenatorio, ya que los sucesos históricos que se describen han quedado demostrados racionalmente por las evidencias colectadas en la investigación penal preparatoria, las cuales tienen aptitud suficiente para hacer madurar en el plano intelectual el pleno convencimiento acerca de su existencia y de su autoría, comprobándose ambos extremos de forma tal que resultan evidentes”.

Una de las víctimas radicó la denuncia en la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual el 7 de agosto de 2023; antes, el 12 de febrero de 2023 había contado los hechos que se enrostraron al cura López ante el Moderador de la Comisión Judicial del Arzobispado de Paraná.

El 7 de agosto de 2023 también presentó la denuncia la segunda víctima del sacerdote ante la Unidad Fiscal de Violencia de Género. Diez días después.

El 17 de agosto, el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, eleva informe a la Justicia “que contiene adjunto la declaración” de la primera víctima, realizada el 13 de mayo de 2019, y su declaración ante la curia el 12 de febrero de 2023.

El 29 de agosto de 2023, el Arzobispado pone en conocimiento de la Justicia de la presentación hecha por la tercera víctima de los abusos del cura  que efectuara el 15 de agosto de 2023. Esa tercera víctima se presenta en la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual el 4 de septiembre de 2023.

Los hechos ocurrieron cuando las víctimas tenían entre 13 y 20 años, las situaciones de abuso ocurrían en las habitaciones del cura en los distintos templos donde estuvo destinado. Aunque se sospecha que no todos quienes soportaron su asedio sexual han presentado denuncias.

Uno de los hechos ocurrió circa 1989, cuando la víctima tenía entre 12 y 14 años cuando acompañaba al cura López a las celebraciones religiosas a una parroquia del interior de Entre Ríos. “Bajo el pretexto de la celebración de las misas los días sábados por la noche y domingo por la mañana, se alojaban en la casa parroquial. El cura, luego de forjar un vínculo de confianza, aprovechándose de la situación de encontrarse a solas con la víctima le efectuaba tocamientos en el pene, practicaba juegos sexuales simulando que el miembro era una palanca de cambio de auto, lo hacía bañarse junto a él e incluso dormir desnudo en la misma cama”.

Al cabo de ese juicio abreviado, el juez Cotorruelo declaró al cura José María López autor material y responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante gravado reiterado por tres hechos y lo condenó a la penal de 8 años y 6 meses de prisión de cumplimiento efectivo y dispuso incorporar “el perfil genético” del sacerdote al Registro Provincial de Datos Genéticos y al Registro Nacional de Datos Genéticos.

(Fuente: Entre Ríos Ahora)

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