El senador respaldó el cuidado del recurso y preguntó qué acciones se impulsaron para determinar el origen de la floración algal que se observa en el norte de la provincia, con la advertencia de que la inacción podría perjudicar a toda la costa. En ese contexto precisó: “No tenemos conocimiento si estamos frente a una especie que podría propagarse con rapidez y afectar toda la zona en el corto plazo provocando un perjuicio más al que ya se ha denunciado como consecuencia de la instalación de Botnia”.
Si bien Chesini ponderó la iniciativa de controlar la exportación de agua dulce presentada en la Legislatura por Ballestena -“ya que se trata de un recurso no renovable, un elemento vital para el desarrollo del hombre y sobre el cual toda la región ha potenciado, entre otras cosas, el atractivo turístico”-, evaluó que “no basta con limitar y controlar la exportación”. “A esa acción positiva debemos sumar una acción permanente y una inversión que garantice a los ribereños las obras que les deben, y al resto de los entrerrianos, y más aún a los que vivimos sobre la misma orilla, deben asegurarnos que invierten también en la solución de los problemas”, acotó.
Finalmente, Chesini adelantó su voto positivo al proyecto de Ballestena para limitar la venta de agua dulce e insistió: “No sólo hay que regular la venta. Es indispensable cuidarla y para eso es fundamental el control y el monitoreo para evitar que en el corto plazo nuestras playas se vean perjudicas por un problema que no se atendió en el momento en que se debió hacerlo”.