Claro que la realidad no es la misma en toda la ciudad. Las carnicerías más tradicionales siguen vendiendo “muy bien”, aceptan sus propietarios y en las que están afuera de los bulevares mantienen “los clientes de siempre”, pero la venta no mejora.
En una tradicional carnicería de calle Fraternidad aseguraron que ahora “se está vendiendo muy bien”. Luego de reconocer que las ventas llegaron a caer un 40 por ciento, pero ahora todo volvió a la normalidad.
“Lo que tengo que hacer es mantener la cantidad de kilogramos que vendo en promedio. Por eso puede ser que gane menos, pero no es que pierdo”, acentuó el dueño del local. Por ejemplo las tradicionales pamplonas, que fabrican desde hace 25 años, hace tiempo que cuestan 28 pesos.
La realidad cambia en una de las carnicerías de calle Artigas, en donde siguen “vendiendo a clientes” pero la gente dejó de entrar luego de la suba sideral que se produjo en febrero. Uno de los encargados consultado detalló a diario Uno: “Bajamos los precios hace 15 días. Por ejemplo el kilo de aguja y falda se mantienen a 12 pesos”. En cuanto al kilo de asado en los barrios se consigue a 18 pesos. Respecto a los cortes más económicos, en la carnicería de calle Corrientes llegando al sector residencial, el kilogramo de puchero se consigue a 7,50 pesos.
La falda y la aguja se pagan a 12,65 pesos. El encargado de la carnicería aceptó que los precios vienen bajando y esperan que en los próximos días siga la tendencia. Habrá que ver si sólo es una expresión de deseo o se convierte en realidad. Por estos días los carniceros tienen otra preocupación. No entienden el porqué de la suba constante del precio de pollo.
Armado de un plan
Representantes de la Mesa de Enlace Agropecuaria se reunieron el miércoles por la noche con el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, y coincidieron en que el encuentro “fue positivo, después de mucho tiempo”. Entre otros puntos, destacaron que Domínguez elevará a la Presidenta Cristina Fernández, la propuesta de suspender por un tiempo la aplicación del IVA a la carne y modificar las compensaciones y el apoyo del consumo de los sectores de menos recursos.
No hubo acuerdo aún para llevar el peso mínimo de faena de los actuales 260 kilos a 320 kilos en enero de 2011. Es que el gobierno cree que este es el momento ideal para esta medida porque, ya que con buenos precios y mucho pasto en los campos, los productores retienen naturalmente sus animales.
Por otro lado, se buscará un acuerdo con la exportación para liberar los embarques de cuota Hilton, termoprocesados y algunos cortes enfriados y congelados por un volumen cercano al promedio de los últimos años.