“Uno siempre tiene en mente esto: la vida del sacerdote y del obispo es de misión. Hoy estamos aquí, y mañana donde Dios disponga. Ahora hay que ir a prestar servicio a una diócesis cuyo obispo está con una enfermedad bastante seria –señaló Fernández-. La Iglesia ha querido liberarlo de toda responsabilidad, para que pueda abocarse a poner todas sus fuerzas en su recuperación. Ese es el motivo por el cual me voy a Jujuy”, dijo el prelado.
Fernández había sido nombrado por la Santa Sede como obispo auxiliar de Paraná el 21 de septiembre de 2007. Hasta entonces, se desempeñó como rector del Seminario Metropolitano de la Inmaculada Concepción, en Villa Devoto, Buenos Aires, cargo en el que había sido designado por el cardenal Jorge Bergoglio, titular del Episcopado Argentino.
“De Paraná me voy con mucha gratitud, con mucho cariño. En la carta que redacté para enviar a los sacerdotes y fieles, les digo que me cuesta irme, que en estos cuatro años aprendí a quererlos, y me sentí muy querido por la gente. Estaba bien aquí, sin ninguna apetencia personal de querer ir a otro lugar, aunque fuera con mayor responsabilidad”, expresó.