El gualeyo recordó su paso por la Lepra, donde inició su carrera como profesional.
Su salida de Newell’s Old Boys de Rosario en el comienzo de su carrera marcó al futbolista entrerriano Lisandro Martínez, posteriormente campeón del mundo y de América con la selección argentina de fútbol. Al respecto se refirió en una entrevista, mientras se recupera de la fractura en el quinto metatarsiano que sufrió en los cuartos de final de la Europa League con Manchester United.
"En Newell's no sentía que iba a jugar profesionalmente, más allá de haber debutado. Fui campeón en la Reserva donde había muchos chicos con proyección y sueños, pero mediante el técnico que estuvo en ese momento y gente que no proyectaba con esos chicos, hoy tal vez están sin clubes o en lugares donde no se merecen”, expresó el oriundo de Gualeguay, formado en los clubes Libertad y Urquiza de su ciudad natal, en una charla a corazón abierto con Secta Deportiva.
Cabe recordar que fue Juan Manuel Llop quien decidió que el gualeyo Martínez fuera a préstamo a Defensa y Justicia, donde se consagró campeón de la Copa Sudamericana y se convirtió en uno de los jugadores de mayor proyección del fútbol argentino. Luego fichó para el Ajax de Países Bajos, que lo transfirió a Manchester United en una operación millonaria.
Más allá de no haberse ido de Rosario con una sonrisa en el rostro y con un buen recuerdo, el Carnicero de los Red Devils le quitó responsabilidad al pueblo leproso y destacó el apoyo: "Lo que a mí me pasó no tiene nada que ver con la gente. Los hinchas me demostraron todo su cariño".
El caudillo entrerriano de apenas 25 años también palpitó las Eliminatorias Sudamericanas de septiembre: "El próximo desafío es seguir ganando. Hay que seguir consolidándose, pensar partido a partido. Ahora toca la parte más difícil que es mantenerse porque todos van a querer ganarle al campeón del mundo".
Consultado sobre la tercera estrella que se bordó en Qatar, Martínez no pudo ocultar su alegría: "Soy feliz porque hicimos felices a millones de argentinos". Y aseguró como varios compañeros: “La derrota con Arabia (Saudita) nos hizo muy fuertes, nos despertó. Fue justo a tiempo. Este Mundial nos enseñó que hay que pelear por lo que uno quiere y no darse por vencido. Hay que luchar por los sueños porque se pueden hacer realidad".
Por último, luego de reconocer que “escuchar el himno te pone los pies sobre la tierra: te lleva a los principios, a cuando arrancaste en el fútbol, a cuando jugabas en el barrio”, Licha se refirió a la Banda del Palo Santo junto a Cuti Romero y Nahuel Molina: "Nosotros teníamos un hábito: nos levantábamos a la mañana, agradecíamos, prendíamos el palo santo y nos visualizábamos campeones. Sentíamos que se podía, que teníamos que confiar en nosotros. Iban pasando los días y cada día creíamos más".