Con el paranaense Luciano González, Instituto de Córdoba se consagró campeón de la Supercopa de La Liga después de imponerse en tiempo suplementario 86-81 (78-78) ante Quimsa de Santiago del Estero en el Mega Estadio “4 de Junio” de Puerto General San Martín, provincia de Santa Fe. Fue el primer título para La Gloria en este certamen, sumándose a San Lorenzo y a la Fusión, ganadores de las anteriores tres ediciones.
El escolta entrerriano con pasado en Talleres, Sionista y Echagüe anotó 17 puntos, producto de 3/6 en dobles, 2/5 en triples y 5/6 en simples; bajó dos rebotes y dio dos asistencias en 25:56 minutos de juego, para un total de 14 de valoración. La figura y MVP fue el pivote Tayavek Gallizi, con una gran tarea al firmar 16 puntos, seis rebotes y 19 de valoración.
Quimsa arrancó mucho más incisivo, desde su dinámica, pero también con mucha decisión. Baralle tomó las riendas del equipo, dañando desde larga distancia. El base estuvo intratable, convirtiéndose en el principal problema de la defensa del equipo cordobés.
También se sumó el siempre presente trabajo de Ramírez Barrios y Brandon Robinson, anotando, reboteando y fajándose. Eso le permitió a la Fusión lograr una primera diferencia, aunque nunca se pudo alejar demasiado en el marcador. A la Gloria le costó mantenerse las veces que lideró el tablero, y el punto por punto que planteó en el juego no lo pudo sostener hasta el final. El primer período fue para los santiagueños por 19 a 17.
Todo Instituto estuvo poco fino de frente al aro. Se sostuvo, de hecho, por la presencia de ese jugador de otra categoría que es Gallizi. Taya, con su potencia y electricidad en la penetración, fue amenaza permanente. También, Copello comenzó a aparecer con pequeños destellos. De todas maneras, Quimsa siguió estirando las distancias y se quedó con el tercer período por 67 a 54.
Llegó entonces el último cuarto del partido: Instituto fue por todo y en cuestión de minutos se puso a 5 puntos de su rival. El partido se transformó en golpe por golpe, un ida y vuelta constante en donde ningún equipo le regaló nada al otro. Taya Gallizzi y Chuzito González llevaron a La Gloria a empatar el cotejo a falta de dos minutos del final. Los últimos momentos de este segmento fueron intensos y el mismo finalizó 78 a 78 y forzó a jugar el tiempo extra.
El final no tuvo mucho más para decir: Instituto con su jerarquía, intensidad y lucidez, terminó firmando un gran triunfo, convirtiéndose nuevamente en el verdugo del último campeón de este certamen y bañándose de gloria una vez más, ratificando su gran presente. Fue un 86-81 luchado, emotivo, y merecido por lo hecho en el último tiempo. Instituto fue campeón. Una vez más.