Un conflicto que seguramente continuará en el tiempo.
Por Juan Cruz Butvilofsky*
Se conoció que el grupo empresario Buses Paraná (ERSA Urbano y Mariano Moreno) logró un acuerdo con la Unión Tranviarios Automotor (UTA) en el que se ofreció como trofeo para resolver un conflicto que llevaba 50 días sin servicio y ya varios años de continuidad.
Esas casualidades de la vida hicieron que el acuerdo sea sellado a poquitas horas del vencimiento del plazo impuesto por la intimación del Municipio de Paraná, que preveía hacer caer los contratos de concesión si no se reestablecía el servicio.
Además, la conducción del sindicato encabezada por Juan Carlos Dittler acordó con los empresarios sin haber consultado a los trabajadores que dice representar. Otra muestra más de una clase dirigente que lejos está de defender los derechos de los trabajadores.
La falta de democracia en el sindicato no es novedad. El último capítulo de esto fue cuando los trabajadores fueron convocados a una asamblea cuya decisión no fue respetada por los que la habían convocado. Si tenemos en cuenta esto, quizá esta vez no consultaron a los trabajadores por las dudas resuelvan algo que no quiere la conducción y evitar quedar en offside.
El acuerdo al que se llegó es otra muestra de la crítica situación: lo que se debía de julio se termina de pagar este miércoles; el medio aguinaldo en dos cuotas a cobrarse este viernes y el resto en septiembre; a finales de agosto la primera cuota de cuatro que completarán el pago de lo adeudado desde diciembre 2019: y el salario de agosto a pagarse un 50% con los subsidios provinciales y un 50% con subsidios nacionales.
Es decir, otro ejemplo más de como estas empresas se acostumbraron participar del negocio mientras el esfuerzo lo hace el Estado (osea nosotrxs). Para colmo, el intendente Adán Bahl tuvo que gestionar que los subsidios sean directamente destinados a pagar la deuda con los trabajadores porque si no los empresarios lo derivaban a otros gastos.
Habría que preguntarse si las gerencias cobraron en tiempo y forma durante todo este tiempo que se acumuló deuda con los trabajadores. Aunque teniendo en cuenta el monto destinado al pago mensual de sus 4 gerentes, no creo que tengan problema de llegar a fin de mes si es que no se le pagó. Cada uno cobra mensualmente $981.000.
Se trata de una situación que vuelve a encontrar un paliativo coyuntural sin solucionar la cuestión de fondo, pero que celebran los empresarios. En un par de meses volveremos a tener conflicto, porque esto no es solución para quienes le ponen el cuerpo al trabajo, más en tiempos de pandemia.
* Periodista de ANÁLISIS