El consultor político de Gualeguaychú, Carlos Elgart, analizó el escenario y las campañas de los principales candidatos presidenciales de cara a los próximos comicios de agosto y octubre.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Elgart analizó que “la elección va adquiriendo un panorama netamente nacional y de mucha polarización, y en los próximos días habrá que ver si (el gobernador Gustavo) Bordet va a salir a la cancha a jugar duro o se mantendrá con un comportamiento más tibio”.

En ese contexto, sostuvo que “el cierre de listas del peronismo entrerriano fue más prolijo, teniendo en cuenta que no aparezcan algunos candidatos que pudieran llegar a perturbar el armado de la lista y generar una reacción adversa del electorado” mientras que “Cambiemos habilitó una interna que está más del lado del radicalismo, que de puro PRO”.

Al respecto, apuntó que la declinación del sector de Emanuel Gainza y Alejandra Viola de participar de las PASO “es un beneficio para la fórmula del PRO que tiene que tratar de limar asperezas porque la elección será muy cerrada, muy dura que se dirime entre el voto político y el voto económico”.

El especialista sostuvo que “estos son los dos ejes donde los votantes van a elegir de cara a octubre: lo que le sirve a la fórmula Fernández-Fernández es que a la hora de elegir pese más el voto económico que el voto político, y en contraposición Cambiemos intentará en su campaña comunicacional que lo que pese más sea el voto político”.

En tal sentido, explicitó que “el voto económico está signado porque en las encuestas, muy por encima del 65 por ciento la gente admite que tiene problemas económicos, que no puede llegar a fin de mes, la inflación, la pérdida del empleo y el miedo a perder el empleo. En tanto, en el voto político están las expectativas: el pensar que no se está bien pero confiar en que se estará mejor, el pensar que no vuelvan los que ya gobernaron y el votar porque se confía en los candidatos”.

“Lo que se ve en esta campaña es que el gobierno apunta más a fortalecer ese voto político y para eso necesita tener controladas ciertas variables macroeconómicas, que son medidas que se tomaron a principios de año y que están teniendo cierto efecto: como un cierto control de la inflación que tiende a bajar y un cierto control del dólar”, puntualizó.

Posibilidades de triunfo

Consultado por el vaticinio del diputado provincial Sergio Keeteman que manifestó su confianza en el triunfo del presidente Mauricio Macri en base a algunas encuestas, Elgart afirmó: “No podría asegurar que vaya a ganar Cambiemos en la provincia porque no tengo encuestas provinciales, pero sí puedo decir que el escenario electoral es otro, con lo cual no se van a tener los mismos guarismos que en las elecciones provinciales porque es otra la forma de votar de la gente”.

En tal sentido, indicó que “básicamente el voto estará motivado por lo político o por lo económico y Entre Ríos es una provincia donde hay un sector agrario fuerte, donde se ve en aquellos pueblos muy ligados al agro una cierta reactivación económica, que no se ve en los grandes centros urbanos pero donde el gobierno tiene esperanzas de que se comiencen a ver algunos atisbos de reactivación más cerca de octubre”.

Describió que “un escenario muy parecido es el de 2017 donde, por ejemplo en los centros urbanos no había reactivación económica y la recuperación se veía más en los centros agrarios, y allí pesó más el voto político de confianza al gobierno, que lo llevó a un gran triunfo. Pero no es lo mismo en esta situación electoral porque es un gobierno que ya viene con cuatro de gestión y hay un desgaste de la propia gestión”.

En ese contexto, advirtió que “la cuestión más difícil que tiene hoy el gobierno no es tanto el interior del país sino la provincia de Buenos Aires, donde está el mayor cordón de pobreza de Argentina y ahí la situación es mucho más complicada porque en Buenos Aires se va a dirimir la gobernación, no hay segunda vuelta y por un voto se pierde. Con esto, la posición de máxima del gobierno es ganar la provincia de Buenos Aires, y la posición de mínima es arrimar lo más que se pueda porque si no se achica, no hay chances de ser presidente porque ahí está el 37 por ciento de los votos del país”.

Explicitó ante ello que “los guarismos que se vieron en la elección pasada, de junio en Entre Ríos no serán los mismos porque la situación electoral es otra: acá se dirime la cuestión presidencial y otras cuestiones  que atraviesan la vida económica y social de los argentinos, que va más allá de una provincia”.

Consultado respecto de la tracción que puedan generar los intendentes de Cambiemos en favor del presidente, Elgart comentó que “alguna imagen de algún intendente local que salga a hacer campaña será favorable, pero acá la cuestión es netamente nacional, por eso hay que ver qué juego tendrá Bordet, si saldrá firmemente a jugar como un hombre que ya fue el gran electo, o si tendrá una postura distante como el gobernador de Córdoba que plantea que sus electores voten libremente”. “Hasta ahora a Bordet se lo ha visto muy tibio y no ha tomado un rol protagónico en esta campaña nacional”, advirtió.

La imagen de los políticos  

Respecto de la imagen y las expectativas que despiertan los candidatos, el consultor sostuvo que “esta es una campaña muy atípica” y mencionó que “del lado de la fórmula Fernández-Fernández, hay un hombre que no tiene votos propios ni estructura política propia, sino que la estructura se la da básicamente el kirchnerismo que aporta un voto duro, pero Cristina Fernández de Kirchner, que es la gran electora, no aparece porque cuanto más aparece menos chances de crecer tiene Alberto por el rechazo que genera en ese núcleo de votantes que necesita Alberto Fernández para poder ganar”. “Es una cosa atípica: la mayor electora, la que mayor votos aporta, la protagonista de esta elección es la que menos aparece, y quien está apareciendo es una persona que no tiene votos propios”, refirió.

“Por otro lado está el presidente que genera también un gran rechazo porque hay un gran sector del electorado que cree que esto fracasó por la situación económica. El clima electoral no es bueno, no hay un clima de fuerte expectativa, como fue en 2015 o en 2011, de que algo va a cambiar. Gane quien gane las cosas no van a cambiar mucho porque la situación económica de Argentina está todavía comprometida, no se puede ver que se van a reeditar los tiempos de oro de la década pasada”, describió.

Estrategia de comunicación

Sobre el particular, Elgart sostuvo que “las últimas elecciones que transcurrieron a nivel internacional y en países vecinos demostraron que el tema de las redes sociales es muy fuerte”. “Las encuestas hoy son un complementario para los equipos de campaña, son como una directriz que va marcando ciertas cosas, pero la gran información se obtiene de las redes sociales porque se puede ir viendo el seguimiento de las personas en función de como opinan y se van mandando los mensajes y publicidad”, afirmó.

En ese marco, apuntó que “la comunicación por parte del gobierno apelará en parte a la conciencia moral de la gente, que ya se está viendo; con mensajes contra el voto hacia un gobierno que fue corrupto, apuntando la comunicación al voto político, a la esperanza, a reflotar las expectativas para que el país comience a funcionar”.

En comparación, planteó que “del lado Fernández- Fernández no es mucho el esfuerzo que tienen que hacer porque el esfuerzo ya lo hizo el propio gobierno por los indicadores económicos que no logran repuntar y apuntan a rememora el pasado donde había empleo y consumo. Comunicacionalmente y publicitariamente apuestan al voto económico, que ya se ve en el discurso”.

“Es tan atípica esta elección que la principal electora no aparece, está como oculta porque en la medida en que aparezca el sector duro del kirchnerismo, como La Cámpora, empieza a repercutir en aquellos votantes políticos, no tan ideológicos, y genera una situación negativa para Alberto Fernández de pérdida de votos, por eso es que Cristina tiene un rol moderado en la campaña y casi inexistente. Es una candidata a vicepresidente con una docena de causas judiciales, lo que no se ha visto en toda América Latina”, concluyó.