Los detenidos son los efectivos policiales sospechados de haber tenido participación en el grave hecho que se investiga, siete suboficiales y un oficial que estaban de guardia aquella noche y fueron separados de la fuerza, no así el subjefe relevado Leandro Molina, quien a pesar de haber estado a cargo de la comisaría, resultó desvinculado del hecho por la misma víctima en su denuncia judicial. Incluso, junto con el jefe local, Diego Godoy, han brindado colaboración permanente con la Fiscalía de La Paz.

A los ocho policías puestos a disposición de la Justicia se les secuestraron sus teléfonos celulares, en el marco de tres bloques de procedimientos simultáneos con presencia de personal de Fiscalía y de las Brigadas El Quebracho y Bovril de Delitos Rurales de La Paz, en los que se efectivizaron registros personales y detenciones en comisarías y domicilios -del personal que se encontraba de franco-, en las ciudades de Santa Elena, Bovril y La Paz.

La detención de los efectivos fue solicitada tras determinar, en base a la información relevada por la Fiscalía de La Paz en el allanamiento del lunes a la Comisaría de Santa Elena, que fueron ellos quienes intervinieron de alguna manera en el hecho. Se concretó, además, para asegurar otras medidas de prueba, por lo que probablemente retomen su libertad tras ser imputados.

La tarea que tiene ahora el fiscal Alfieri en las próximas horas, es establecer qué hizo cada uno de los ocho policías, es decir qué grado de participación tuvieron en el hecho y entonces, qué delito se les imputa en cada caso.

En este sentido, este miércoles por la mañana se realizarán nuevas testimoniales y por la tarde, se prevé que sea la audiencia imputativa a los policías. También serán sometidos a una rueda de reconocimiento para que el adolescente víctima identifique a sus atacantes.

La Sexta supo que conforme avance la investigación, no se descarta que en la delimitación de las distintas responsabilidades se convoque y eventualmente se impute al médico policial, a los otros policías que de momento han quedado desvinculados y al personal del Área de la Niñez, Adolescencia y Familia (ANAF) que intervinieron la noche del sábado 27 de julio.

El hecho

La madre del adolescente de 16 años brindó su relato para La Sexta el domingo 28, lo que se formalizó como una denuncia judicial de la propia víctima el lunes 29 por la mañana en la Fiscalía de La Paz.

La mujer sostuvo que a su hijo lo vejaron y golpearon "entre más o menos ocho policías" dentro de "un cuarto oscuro" de la dependencia policial para luego amenazarlo de muerte, "de que no hable o lo iban a encontrar en la calle y lo iban a matar".  En el episodio también habría resultado lesionada la novia del joven, a quien algunos funcionarios habrían golpeado "en los pechos y la nariz" cuando salió en defensa de su pareja.

La madre mostró fotos que evidencian las lesiones en el cuerpo de su hijo y afirmó que durante la agresión, incluso "le sacaron las zapatillas, el cinto, le bajaron el pantalón y le tocaron la cola". "Le decían: 'Hacete el malo ahora, puto'", contó también el abuelo del joven.

El hecho se desencadenó en un entredicho ocurrido entre el adolescente y un policía de civil afuera de la Comisaría, donde el joven se encontraba acompañando a su novia y al tío de ésta -quien había concurrido a radicar una denuncia-. Luego "lo metieron adentro entre varios policías y lo golpearon, supuestamente porque le faltó el respeto a la autoridad", indicó la madre, quien reconoció que su hijo "escupió ahí afuera, porque está atacado del pecho, y le contestó al policía de civil cuando lo llamó 'pelotudo' y 'guanaco'". "Pero no le pueden pegar así a una criatura; mi hijo es menor, voy a hacer la denuncia y esto no va a quedar así", sostuvo la vecina.