El oficialismo impuso su mayoría en el Senado y, en abierto desafío a la Corte Suprema de Justicia, ratificó los decretos de necesidad y urgencia dictados por el gobierno de Alberto Fernández que reinstalaron las restricciones de actividades con motivo de la segunda ola de la pandemia de coronavirus, entre ellas la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles educativos en la Capital Federal y el conurbano bonaerense.

El debate replicó las fuertes acusaciones cruzadas que el oficialismo y la oposición de Juntos por el Cambio vienen haciendo desde que el gobierno firmó el 14 de abril el decreto 235/21, que disparó la polémica.

El máximo tribunal declaró inconstitucional el decreto 241/21 (al momento de fallar, el 235 ya había vencido) en respuesta a un recurso presentado por el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Esta tarde, el Frente de Todos ratificó esos dos decretos más el 287, que extendió hasta el próximo 21 de mayo las medidas sanitarias.

“Se dedican a hacer una política carancho en la gente, con el lema de cuanto peor, mejor”, sentenció la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), en dirección a la principal fuerza opositora, a la que acusó de hacer política con la pandemia. “No solo promueven el odio, sino que promueven que la ciudadanía no respete las medidas”, agregó.

La réplica no tardó en llegar. “Hacer política es abrir las escuelas, no cerrarlas”, le salió al cruce la porteña Guadalupe Tagliaferri (Pro). “Para ustedes, hacer política es liberar a violadores y presos con la excusa de la pandemia”, completó.

La legisladora opositora fue más allá y le advirtió al oficialismo que estaba por ratificar un DNU rechazado por la Corte. “El fallo les puede parecer cualquier cosa; lo que no pueden es ignorar que fue declarado inconstitucional”, sentenció Tagliaferri.

Con la ratificación de esta tarde, los tres decretos quedaron a resguardo de que puedan ser rechazados por el Congreso. La ley que reglamenta el trámite legislativo de los DNU establece que para derogarlos se necesita el rechazo de ambas cámaras, publicó La Nación.

En la óptica de la vicepresidenta Cristina Kirchner, el movimiento realizado esta tarde por el oficialismo en el Senado es, además, una señal a la Corte Suprema, a la que acusó de llevar adelante un golpe no tradicional contra las instituciones luego de haber fallado contra el decreto 241 del Poder Ejecutivo.

Así lo plasmó en el recinto Fernández Sagasti, quien calificó de “fallo político” el pronunciamiento del máximo tribunal luego de recordar que, durante todo el año pasado, Rodríguez Larreta había acompañado las medidas sanitarias, más restrictivas que las actuales, adoptadas por el presidente Alberto Fernández.

“¿Qué cambió? Cambió que decidieron judicializar la política, una vez más. Ahora de repente entienden que es inconstitucional con un fallo político de la Corte”, acusó la senadora mendocina.

Sumó su crítica el jefe de la bancada oficialista, José Mayans (Formosa), quien acusó a los magistrados del tribunal de “sacar un fallo por Zoom” y criticó a la oposición por “discutir cuestiones de reglamento cuando hay gente que se está muriendo”.

Antes, el líder de la bancada de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff (UCR-Formosa), había defendido el fallo de la Corte.

“No hay emergencia que avale al poder central no respetar las autonomías, las competencias propias que fueron delegadas a las propias provincias por la Constitución del 94”, afirmó Naidenoff.

Por último, el senador radical se quejó por la acusación de hacer “política carancho” que había lanzado la mendocina Fernández Sagasti contra la oposición. “Es un golpe bajo”, dijo Naidenoff, antes pasar al ataque y afirmar que “lo que irrita a la sociedad argentina es la incertidumbre de la falta de rumbo, porque el tiempo corre y las vacunas llegan a medias”.