Una pelea entre internos de la Unidad Penal N°4 de Concepción del Uruguay, motivó la intervención del personal penitenciario a través del uso de las armas, pasadas las 18 de este viernes.

Hubo vecinos de la zona que aseguraron que fueron más de 40 minutos de balacera y gritos de los internos de forma constante. Por momentos parecía que llegaba la calma pero luego todo volvía ser ensordecedor con el griterío, insultos y disparos de bala de los agentes del Servicio Penitenciario.

Algunos dijeron haber escuchado más de 100 detonaciones, lo que resulta difícil de comprobar, pero algunos hasta tenían registros de audios y filmaciones en sus celulares que bien graficaban la locura y violencia que se vivió en la UP4.

Según reportó diario La Calle, en horas de la noche se advirtió el traslado de entre seis y siete internos en camionetas del Servicio Penitenciario desde la Unidad Penal, pero con rumbo desconocido.

Pese al silencio en torno a los hechos, se pudo saber que algunos presos del Pabellón 1, mantuvieron un enfrentamiento, que obligó a la intervención de los guardias, y se supo que no se habrían registrado personas con lesiones de consideración, informó el sitio 03442.

Es importante señalar que la Unidad Penal tiene casi 350 internos alojados, con lo que esto representa para la convivencia, sumado a la época del año, donde surgen mayores problemas de conducta.

Por el momento no hubo un informe oficial desde las autoridades del Servicio Penitenciario, pero trascendió que previo a los incidentes se habían realizado requisas en las celdas y se habrían secuestrado elementos de fabricación casera, de los denominados chuzas.

Preocupación de los familiares

Muchos familiares de los internos se hicieron presentes en las afueras de la Unidad Penal para conocer cómo se encontraban y poder obtener mayor información sobre lo sucedido. Se veían caras de preocupación y llantos de algunas madres y parejas desconsoladas por la falta de información respecto de lo que había sucedido dentro.

Algunos pocos agentes, que estaban sumamente movilizados, tuvieron pequeños gestos para llevar tranquilidad y responder si los apellidos de sus familiares habían formado parte del hecho.