“Estos gobiernos no tienen nada de progresistas, todo lo contrario, son regresivos y van quitándonos los derechos históricos del movimiento obrero conseguidos con gran sacrificio”, cuestionaron desde el Colectivo de Trabajadores por la Ventana.
Ante el inminente tratamiento de una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, en un duro documento al que accedió ANALISIS el Colectivo de Trabajadores por la Ventana –que nuclea a un importante grupo de docentes independientes- apuntó que “Entre Ríos también es parte del ajuste a partir del congelamiento salarial 2020, la Ley de Emergencia y la pérdida del 82% móvil, y ahora anulando el 3X1 de los régimen especiales”.
“Estos gobiernos no tienen nada de progresistas, todo lo contrario, son regresivos y van quitándonos los derechos históricos del movimiento obrero conseguidos con gran sacrificio”, cuestionaron.
Ante ello, denunciaron que “si el ajuste viene pasando en muchos lugares, es por la traición de las burocracias sindicales de la CGT y las CTA, que siguen jugadas al pacto con el gobierno” y plantearon “recuperar el 82% móvil del salario en actividad financiado sobre la base del aumento de los aportes patronales, el salario mínimo igual a la canasta familiar, el combate al trabajo informal, el reparto de las horas de trabajo para terminar con la desocupación, terminar con las jubilaciones de privilegio sin los aportes correspondientes”.
El documento completo
Siguen los ajustes a las jubilaciones nacionales
El gobierno de Alberto Fernández se apresta a imponer un nuevo ajuste contra millones de jubiladas y jubilados. Todo para cumplir con el FMI y pagar una deuda externa usurera y fraudulenta. El Fondo Monetario ordena, el gobierno cumple. La nueva movilidad jubilatoria va a estar atada a índices que están planchados (salarios y recaudación) y no a la inflación; tendrá un tope y se actualizará cada seis meses en vez de tres. Este mayor ajuste se da a pesar de que hoy 4 millones de jubilados cobran $18.000 miserables. Con él “aumento del 5%” anunciado la jubilación mínima ascenderá a 19.035 pesos, un incremento de apenas 906 pesos y teniendo en cuenta que la inflación proyectada para 2020 asciende al 37%. Un chiste de mal gusto, mientras que la canasta básica del sector asciende a $49.000.
De las 6,64 millones de prestaciones (jubilaciones y pensiones) que paga la Anses, 63,1% corresponde al haber mínimo, según los datos al mes de septiembre de la Secretaría de Seguridad Social. Estamos hablando de 18.129 pesos, cuando la canasta básica de los jubilados ya alcanza los 49.614 pesos, según la Defensoría de la Tercera Edad.
Fernández no cumplió con “llenar la heladera” o “priorizar a los jubilados antes que a los banqueros”, como prometía hace poco más de un año en la campaña electoral.
El gobierno nacional se apresta a aprobar en el Congreso Nacional una reforma previsional que implicará un nuevo golpe para millones de jubilados. El presidente de la comisión es Marcelo Casaretto (FdT-Entre Ríos) asesorado por el ex presidente de la Caja de Entre Ríos durante 16 años, Daniel Elías, cuestionado por pagos indebidos/millonarios de jubilaciones de fallecidos.
El eje de la reforma previsional consiste en eliminar la indexación por inflación de las jubilaciones. La modificación se debe a que asistimos a un nuevo salto de los precios en el país y la proyección 2021 es mayor al del corriente año.
La nueva fórmula establecerá un índice de actualización que contempla la recaudación impositiva de la ANSES y el aumento de los salarios. En momentos de crisis como el actual, cuando cae la recaudación y por responsabilidad del gobierno y las patronales las paritarias quedan por debajo de la inflación, ese índice de movilidad traerá aparejado una nueva rebaja de las jubilaciones.
Además, la recaudación de la ANSES crece menos que la recaudación impositiva general, porque de modo sistemático el gobierno, las empresas y la burocracia sindical firman acuerdos que reducen significativamente el pago de los aportes a la seguridad social. Invocando la pandemia, el gobierno estableció que esa reducción puede llegar hasta el 95% de los aportes patronales.
Si hubiese un ciclo de crecimiento económico (hoy estamos en una profunda recesión), el gobierno puso un techo al crecimiento de las jubilaciones, que no podrán crecer por encima del 3% de la recaudación de la ANSES. Pero mientras puso un techo al crecimiento de las jubilaciones eludió poner un piso a su reducción.
Otro agravante de la nueva fórmula es que los aumentos pasarán a ser semestrales en vez de trimestrales. Así, las jubilaciones van perdiendo frente a la inflación mes a mes, sin recuperar esa pérdida en el nuevo aumento semestral.
Esta reforma previsional va en la línea de la primera medida tomada por el gobierno de Alberto Fernández en el mes de diciembre del 2019. Allí decidió suspender la vigencia de la movilidad que había aprobado Macri y pasar a aumentos por decreto, ya que de lo contrario todas y todos los jubilados hubieran recibido en 2020 un 42% de aumento basado en la inflación del año anterior. Fernández lo hizo no para aumentar las jubilaciones sino para reducirlas. Los números son elocuentes: con la suspensión de la movilidad a los jubilados le robaron entre 7 y 18% de sus haberes.
En la ofensiva contra los jubilados no hay ninguna “grieta”, es una verdadera cuestión de Estado para todos los gobiernos y partidos patronales. Si la fórmula vigente permitiese que los jubilados recuperen algo frente a la inflación, se encargan de cambiarla por otra que haga que sigan perdiendo.
Los responsables políticos, negligentes como mínimo, del vaciamiento y desfinanciamiento de los regímenes jubilatorios quieren descargar y abandonar a los trabajadores y trabajadoras que aportaron toda la vida laboral.
Nuestro planteo es recuperar el 82% móvil del salario en actividad financiado sobre la base del aumento de los aportes patronales, el salario mínimo igual a la canasta familiar, el combate al trabajo informal, el reparto de las horas de trabajo para terminar con la desocupación, terminar con las jubilaciones de privilegio sin los aportes correspondientes.
Entre Ríos también es parte del ajuste a partir del congelamiento salarial 2020, Ley de Emergencia y la pérdida del 82% móvil, y ahora anulando el 3 X 1 de los régimen especiales. Estos gobiernos no tienen nada de progresistas, todo lo contrario, son regresivos y van quitándonos los derechos históricos del movimiento obrero conseguidos con gran sacrificio.
Si el ajuste viene pasando en muchos lugares, es por la traición de las burocracias sindicales de la CGT y las CTA, que siguen jugadas al pacto con el gobierno.
¡Plata para las jubiladas y jubilados, no para la deuda usurera y el FMI!
Entre Ríos, Diciembre de 2020.
COLECTIVO DE TRABAJADORES POR LA VENTANA