El oficialismo entrerriano ingresó a una etapa de silencio, pese al año electoral. No se habla de candidatos a legisladores, pero también se dejó de mencionar la proyección nacional del gobernador. Nadie debate en torno a hechos de corrupción, ni de necesidad de transparencia pública. Tampoco se menciona el frustrado proyecto del estadio único.

Las principales ciudades entrerrianas no tienen terrenos disponibles en los que se puedan levantar viviendas sociales. Mientras un millar de familias de Paraná debió trasladarse, el año pasado, a Colonia Avellaneda para acceder a sus viviendas, debido a la falta de terrenos disponibles en la capital provincial, tan solo 69 propietarios se reparten 250 parcelas de más de 10 mil metros cuadrados cada una. En tanto hay 90 personas que son dueñas de 424 parcelas de más de 3.000 metros cuadrados. Todo eso en plena ciudad de Paraná. Los dueños no venden por pura especulación, mientras los servicios les son llevados subvencionados por toda la sociedad. La provincia intentó desalentar la tenencia ociosa de tierras para fines especulativos mediante el aumento de los impuestos inmobiliario a baldíos, pero eso no alcanzó. Los municipios no plantean políticas fiscales que permitan que los ciudadanos, pese a los créditos inmobiliarios lanzado por el Gobierno nacional, puedan acceder a sus viviendas.

La causa en la que una cooperativa de agua de Strobel fue defraudada por una suma millonaria tras el desvío de fondos públicos tuvo un preso la semana pasada. La noticia de ninguna manera puede ser tomada como un avance en el proceso judicial, sino por el contrario, como una demostración más de la impunidad que gozan quienes están cerca del poder. En esta nota, ANÁLISIS reconstruye la historia que nada tiene para envidiarle a la que tuvo como condenado a Oscar Mori. Aparecen nombres que andan dando vueltas en las inmediaciones del Estado.